Cuando nuestra vida está llena del Espíritu de Dios, Dios podrá guiar y controlar nuestras vidas. ¿Tendrá algo que ver la llenura del Espíritu con la familia?
Dios quiere que escuchemos y obedezcamos al Espíritu Santo llenándonos de Él. El resultado de una vida con orden y bendecida por el Espíritu se podrá reflejar en la vida de todos los integrantes de la familia.
Cuando una familia cristiana elige vivir bajo la guia y sometimiento del Espíritu Santo, habrá orden una esposa sometida a su esposo, un esposo amando a su esposa, hijos obedeciendo a sus padres y padres educando a sus hijos.
Una familia sometida al Espíritu Santo, no necesitará mas que de la sabiduría y de la palabra de El Señor sin necesitar de psicólogos o consejeros. La vida familiar en armonía tiene una clave: «someterse a Dios». Nuestro hogar puede ser un pedazo de cielo o una olla express, nosotros tenemos el poder de elegir.
Pero el vivir lleno del Espíritu implica una única condición: que nosotros queramos. Es decirle a Dios, «si quiero tu voluntad y no la mía». O vivimos llenos y controlados por Dios, o vivimos vacíos y controlados por nuestras emociones
Para poder ser controlados por Dios, debemos examinar nuestras vidas y ver si vivimos en pecado, y en su caso debemos confesarlo a Dios. Si hay un verdadero arrepentimiento nos perdona , restituye, por que Él nos ama. Nadie puede vivir lleno del Espíritu Santo y tolera el pecado. Se trata de entregar nuestra vida a Cristo.
Decidir ser llenos del Espíritu ocurre cuando hemos limpiado y colocado nuestra vida en las manos de Dios. Esto nos llevará a caminar en el Espíritu con un anhelo profundo de estar en comunión con Dios a través de la lectura de la Biblia y de la oración, así como vivir una vida en santidad.
El matrimonio siempre estará expuesto a un gran enemigo que buscará destruirlo: ser controlados por nuestras emociones. Lo que somos emocionalmente es lo que realmente somos. La calidad de nuestras vidas depende del control que tengamos sobre nuestras emociones. Dios puede solucionar esto siendo el Espíritu Santo nuestro guía.
Nada afecta más a los hijos que tener padres emocionalmente alterados. Nuestros hijos no esperan que seamos perfectos, pero sí necesitan que tengamos control sobre nuestras emociones y esto sólo lo puede hacer Dios a través del Espíritu Santo.
Un día llegaba de la calle acompañada de mi esposo, cansada y con ganas de recostarme un rato a pesar de que era la hora del almuerzo. Pensé cocinar el almuerzo más tarde pero al entrar, el primero que me saludó fue un hermano que estaba esperándome desde hacía largo rato. Tuve que comenzar a cocinar porque sabía que el hermano esperaba algo de comida debido a que no tiene un empleo fijo.
Me molestó mucho tener que cambiar los planes y mientras cocinaba hablábamos. En ese momento llegó un hombre indigente. Se veía muy mal. Estaba pidiendo algo de dinero, me asomé y desde donde estaba, alcanzaba observarlo. Me conmovió ver su estado y me percaté de que era una persona adicta a las drogas. Miré a mi hermano y le di gracias a Dios por haberlo rescatado hace algunos años gracias a las oraciones y ayunos de mis hermanos en Cristo y de mi parte.
De inmediato, se me fue el enojo y sentí remordimiento por mis pensamientos. El gozo me fue llenando y recordé la gran misericordia de Dios y cómo respondió a nuestras oraciones de intercesión. La misericordia de Dios es tran grande que debemos agradecer todos los días por su bondad y su gran amor.
ORACIÓN DE HOY
Dios misericordioso, gracias por tu amor y tu cuidado. Gracias por tu fidelidad y tus bendiciones, nuevas cada mañana. En tu nombre oramos.