¿Sufrimos mucho por ignorancia?

Por René Dubois

CONTENIDO PSICOLÓGICO


Un tema apasionante.
Existen tres grandes pasiones: el amor, el odio, y la ignorancia.

Sobre el amor y el odio se ha dicho y escrito mucho. Sin embargo la ignorancia es un aspecto esencial de la condición humana.  Y en términos de psicoanálisis es dar la espalda al inconsciente. Es el no querer saber nada sobre la verdad que nos determina, sobre el deseo que nos mueve, sobre la oscura satisfacción que nos mueve.

Somos capaces de penetrar en los secretos más oscuros del universo y a la vez nos defendemos como uñas y dientes contra lo que yace dentro de nosotros mismos.

Somos capaces de penetrar en los secretos más oscuros del universo y a la vez nos defendemos como uñas y dientes contra lo que yace dentro de nosotros mismos.

Tal ves sea el único modo de poder soportar y funcionar en nuestra existencia, viviendo con los ojos cerrados y oídos tapados para todo aquello que pueda poner en entredicho lo que hemos fabricado de nosotros mismos.


La ignorancia es el estado que te encuentras mejor, es el principio de placer, pero tarde o temprano nos hace pagar una factura a muy alto precio.

Provocando angustia provocado cuando el velo de la ignorancia se desgarra y se asoma ese de lo que jamás hemos querido saber. Sobre aquello que desconocemos de nosotros mismos y que preferimos no mirar. Eso se llama inconsciente una instancia que cuanto  más la ignoramos más encuentra el modo de manifestarse en lo que sentimos y finalmente en nuestra vida.


Se requiere reunir cierto coraje ético que definiría como el sistema de valores que guía y orienta el comportamiento humano hacia el bien, para afrontar los deseos a los que hacemos oídos sordos, dándonos oportunidad a no desconocerlos.

No todo el mundo está dispuesto a eso, y hay que respetarlo.

Querer saber es una opción y no una obligación.

«¿Cuándo te enamoraste de ti, de tu cuerpo?»

Me preguntó una alumna hace unos días y la respuesta brotó instantáneamente:

«Cuando empecé a ver
mi alma»


Pues ahí descubrí que mi cuerpo es el vehículo de lo divino y como tal debía tratarlo, amarlo y respetarlo, cuando me
miro al espejo, me detengo, trato de ver más allá, ver mi historia, mis infinitas caídas pero también las infinitas veces que me he levantado, como este cuerpo siempre ha estado ahí, con todo su amor cuando a veces ni de comer le di, como este cuerpo me regala tanto, más de lo que cualquier otro cuerpo pueda darme y a veces aún me sorprende que por momentos no fue mi prioridad.

A veces ponemos tanta atención en el exterior, empieza por adentro, porque así tengamos el cuerpo socialmente bien
visto, si no logras ver tu alma, no viste nada, relájate chula, no te compares, no te preocupes por esas «imperfecciones»
tanto, no te olvides, cuida tu cuerpo, hónralo, el transporta tu historia, tu linaje, tus caídas, tus batallas ganadas, tus amores, tus secretos, de verdad te da
todo, nútrelo en todos los niveles pero principalmente escúchalo.


¿Qué le dirías a tu cuerpo hoy?

Cierra los ojos pon tu mano en corazón, que él siempre te va escuchar.

Créditos al Autor

¡ Hola Bienvenido !

RENÉ DEBOIS

Te invito a leer otro artículo mío con el titulo:

No te cases cuando estas enamorado

¡ Gracias !

NOTICIAS DEL REINO

TU PERIÓDICO DIGITAL

Dale » Click » a la imagen para que puedas leer su contenido.

Comparte con amigos, familia y en tus redes sociales

¡ Gracias !

Deja un comentario