
Por Rebeca Estrada C.
A veces nos preguntamos porque Dios no nos responde cuando le rogamos con mucha fe por un milagro, hoy te voy a decir que los milagros si llegan pero a través no solo de tu fe sino también a través de tu obediencia.
Tenemos un ejemplo en;
11 Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba.
Hechos 12:11 Reina-Valera 1960
En esta historia podemos ver como Pedro fue liberado de la cárcel a través de la obediencia ,él siempre estuvo en comunión con Dios y le envió un ángel quién le pidió que se calzara, se vistiera, se abrigara y lo siguiera hasta fuera de la ciudad.
Así fue liberado probablemente de la muerte, pero este milagro sucedió gracias a que Pedro obedeció todo lo que el ángel le pidió si Pedro hubiera desobedecido por su puesto el milagro no hubiera sucedido.
4 Cuando acabo de hablar, le dijo a Simon:
4-Lleva la barca hacia aguas mas profundas, y echen alli las redes para pescar.
5 -Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada -le contesto Simón-. Pero, como tu me lo mandas, echaré las redes.
6 Así lo hicieron, y recogieron una cantidad tan grande de peces que las redes se les rompían.
Lucas 5:4-7 Nueva Versión Internacional
Aquí podemos ver que Jesús les pide a los pescadores que arrojen las redes en medio del mar , ellos obedecieron a pesar de sus dudas y lo que paso fue otro milagro las redes se rompían de tantos peces y tuvieron que pedir ayuda a sus amigos .

Tenemos muchos ejemplos en la palabra sobre la obediencia y por lo tanto de los milagros.
¿Si quieres que te lleguen los milagros para tus hijos ,para ti, para tu sanidad , para tú prosperidad? hay algo importante que se te puede estar olvidando.
¿Has estado obedeciendo a Dios? seamos sinceros muchas veces no hacemos lo que Dios nos pide, nos pide estar en comunión con el a través de la lectura de su palabra, pero pueden pasar días sin que la leamos pueden pasar semanas sin que oremos, es increíble como nosotros mismos nos hacemos tanto daño, queremos moldear a Dios confirme a nuestros caprichos ,sacando de contexto y distorsionando , su palabra.
Pensamos puedo fingir que oro y que leo, puedo hacer lo que quiera ya que final Dios me perdonara todo.
Sin embargo cuando tenemos la necesidad de un milagro queremos una respuesta !!inmediata!!. Pero esto no va a suceder ya que necesitamos poner nuestra parte qué es !!OBEDECER!!
Estando en comunión con Dios a través de la oración diaria, la lectura de la palabra, la asistencia la iglesia, permitiendo que fluya el Espíritu Santo con poder sobre nuestras vidas y sobre las de nuestros seres queridos, haciendo milagros increíbles.
No seamos espectadores sino hacedores.
Así que no olvidemos lo importante que es hacer lo que nos corresponde .Señor dame la tenacidad y el amor por ti para obedecerte cada día.

23Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. 24Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Marcos 11:23

Oración
Padre celestial, al iniciar este día quiero encomendarme a Ti. Gracias por este momento de encuentro, porque contigo siento que nada hay que pueda arrebatarme los dones abundantes que me das. Sé que voy a seguir, aunque se haya apagado mi sonrisa por algún instante, ahora tengo claro que la alegría de mi ser eres Tú. Quiero alabar y bendecir tu Nombre por cada una de las maravillas que haces en mi vida. Toma cada una de mis caídas, de mis desilusiones y lléname de tu amor y de tu paz para seguir luchando.
Quiero adorarte y bendecirte por tu protección, por la Paz que Tú me das, gracias porque eres mi esperanza para cumplir con mis sueños. Gracias por escuchar cada una de mis súplicas y revestirme de tu alegría. Quiero conquistar en tu nombre toda batalla, puesto en tus manos sé que así será porque fortaleces mi debilidad en Ti. Lléname de esperanzas, afirma mi fe, sé para mí la certeza de mi victoria. Amén
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