¿Cómo hacer que a los niños les gusten las verduras?

Por Paola Kegel

Los picky eaters son niños muy selectivos con los sabores y las texturas. Tienden a probar e integrar pocos alimentos nutritivos, rechazan con facilidad la comida si no les parece familiar y se casan con ciertos alimentos que les parecen cómodos porque los han aceptado y repiten con mucha frecuencia estos alimentos.

Esto causa una verdadera frustración para los padres, porque el aporte de diferentes nutrimentos se puede ver afectado.

Es normal que cualquier niño pase por una etapa en la que no le gustan ciertos alimentos. Se ha visto que los niños prueban de 8 a 10 tipos distintos de verduras antes de que les gusten. Es importante desde pequeños ofrecerles diferentes frutas y verduras. Ofrecer verduras con regularidad, incrementa la capacidad del niño de reconocer dicha verdura y de integrarla a su dieta.

¡La presentación y la manera de cocinar las verduras también cuenta!

Las texturas son algo que puede hacer a algún alimento atractivo o no, así que, si les diste a tus hijos verduras al vapor y no tuviste éxito, prueba darla de otra manera, tal vez crudas con crema de cacahuate, con limón y sal, o con algún platillo que les guste.

Por ejemplo: Pasta con crema de brócoli y champiñones picados.

En cuanto a la presentación, hacer platillos divertidos y atractivos puede ayudar a aumentar el gusto por algún alimento. Procura hacer platillos coloridos, decora de manera sencilla con algunas verduras.

Es importante mencionar que los niños aprenden del ejemplo, así que los adultos deben de darles un buen ejemplo consumiendo frutas y verduras, o los alimentos que estemos tratando de integrar.

Por último, darles la oportunidad a los pequeños de formar parte de la elección y preparación de sus alimentos, es un punto clave para el éxito de una alimentación saludable. Asignarles tareas en la cocina de acuerdo a su edad como picar, cortar, batir, mezclar etc, puede resultar muy motivador para que prueben diferentes alimentos.

¿Dar premios es bueno?

Dar premios puede ser un gran reforzamiento, siempre y cuando no sean alimentos ni golosinas. Es mejor reforzar con alguna actividad como jugar su juego favorito, salir al parque, llevarlos al cine o un pequeño premio como stickers, un lápiz o un juguetito.