¿Si aparte de servirnos, servimos a otros?

Por Rebeca Estrada C.

CONYENIDO CRISTIANO

Cuando dejamos de tratar de encontrarnos y servirnos a nosotros mismos y en cambio nos damos en el servicio a Dios y a otros, y cuando ponemos la fe en Cristo, nos encontramos a nosotros.

Sin duda, este es el camino de Jesús, quien tuvo la mayoría Gloria y Honor, pero lo abandonó todo con el fin de salvarnos y servirnos.

1Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, 2completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 3Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 5Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Filipenses 2:1-11

y como consecuencia, ahora tiene aún mayor Gloria y Honor que antes.

Para el creyente está la seguridad imbatible de nuestro propio valor y dignidad, y al mismo tiempo nos demanda el servicio humilde y la pérdida de nuestra propia independencia.

Por eso, no crea una cultura de realización personal y promoción; ni de abnegación y privación. Nos ofrece ninguno y, sin embargo, en el mejor sentido, satisfacer ambos. No infla ni aplasta el ego. Ni la sociedad, ni mis propios sentimientos me controlan, ni me indican quién soy. “El que me juzga es el Señor”

4Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor. 

1 Corintios 4:4

Por lo que C.D. Lewis pudo escribir:

Sabemos que el mismo principio tiene su aplicación en los asuntos rutinarios de la vida. Aún en la vida social, no lograremos causar buena impresión en los demás hasta que dejemos de pensar qué clase de impresión les estamos causando.

Y aún en la literatura y en el arte, quien se afana por la originalidad, nunca llegará a ser original. En cambio, si sencillamente tratamos de decir la verdad (sin preocuparnos ni por poco ni mucho de las veces que se haya dicho) nueve de cada diez veces llegaremos a ser originales sin siquiera habernos dado cuenta de ello.

Este principio se aplica a todo en la vida, desde el inicio hasta el fin.

Pongamos a un lado nuestro “yo” verdadero. ¿Perdamos la vida? Y salvaremos (…) nada de lo que entreguemos llegará a ser nuestro en la realidad.

Nada que nosotros no haya muerto resucitará. Preocupémonos sólo de nosotros mismos y a la larga ganaremos solamente odio, soledad, desesperación, ira, ruina y desintegración. Pero busquemos a Cristo y lo hallaremos, y con Él, todo lo demás por añadidura.

El sentido de dignidad o el de valor que viene mediante la fe en Cristo, es sin duda más seguro que cualquier otro.

El primer aspecto tiene que ver con el valor que tenemos como creaciones de Dios. Todos los seres humanos somos hechos a la imagen de dios.

26Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Genesis 1:26-27

hechos para reflejar muchas de las cualidades y el carácter de Dios. La implicación es que, independientemente de quiénes son, de dónde son, o qué han hecho o han dejado de hacer en la vida, hay una gloria irreducible y trascendencia con respecto a cada ser humano.

Dios es ahora un Padre perfecto para nosotros, nos da la seguridad inalterable que sólo una relación padre-hijo puede dar.

Se deleita en nosotros, se alegra por nosotros, con cantos

14Canta, oh hija de Sion; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén. 15Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos; Jehová es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás el mal. 16En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos. 17Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.

Sof. 3:14-17

Nunca nos dejará, ni nos abandonará, aunque caigamos o pequemos

 5Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; 6de manera que podemos decir confiadamente:

Hebreos 13-5

8¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.

Oseas 11: 8

¿Por qué? ¿No tiene estándares? Sí, Él es perfectamente justo y santo, pero Jesús los a cumplidos por nosotros. Asumió y pagó nuestro castigo

 5Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

Isaías 53:5-6.

En lo que el corazón confía, la mente justifica, las emociones desean y la voluntad ejecuta. 

El corazón no es sólo el lugar donde se guarda las emociones, sino también la fuente de nuestras creencias, esperanza y confianzas más profundas.

Por lo tanto si pudiéramos escuchar con atención  en el corazón del otro,

entenderíamos los desafíos a los que cada uno se enfrenta a diario, 

nos  trataríamos con más gentileza, respeto, tolerancia, bondad y cuidado, eso es belleza y ternura.

“Deléitate asimismo en Dios, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.”

‭‭Salmos‬ ‭37:4‬ ‭RVR1960‬‬

‭‬‬

Rebeca Estrada C.

¿Quieres seguir leyendo otro artículo mpio dale «Click» al enlace

NOTICIAS DEL REINO

PERIÓDICO DIGITAL

! EVENTO ESTE PROXIMO SÁBADO

NO TE LO PIERERDAS ¡

ARIADNA TRUJILLO

TE PUEDES REGISTRAR ANTES

Deja un comentario