MI VIDA EN SOLEDAD

CONTENIDO PSICOLÓGICO

Por René Dubois

En esa época tomé una decisión muy sabia: asumí que no me relacionaba bien con los hombres, aunque no sabía muy bien por qué, y decidí que iba a estar seis meses sin liarme con ninguno.

Siempre he sido bastante atractiva, pero a mis 31 años estaba esplendida, se me acercaban muchos hombres, pero me sentía tan decepcionada con ellos al tiempo que comenzaba a vislumbrar que el problema estaba en mí, que tomé la férrea decisión de no acercarme a ninguno, al menos hasta que comprendiese qué había pasado y cómo había sido capaz de generar tanto desamor.

Miro retrospectivamente a esa niña que se había perdido en el juego de la vida, que estaba tan sola y perdida, y que aun así supo sacar la fortaleza y la entereza para permanecer sola a pesar de que tantos hombres querían estar a su lado, que supo quedarse sola para encontrarse a sí misma.

Esa «niña» que supo comenzar a mirar dentro en lugar de seguir buscando fuera, esa niña rota que destilaba sabiduría tomando una decisión tan poderosa que le llevó a confrontarse consigo misma al tiempo que se permitía jugar y experimentar en otros aspectos de la vida.

Tuve el coraje de aprender a amarme, y para poder amarte a ti mismo es necesaria la soledad.

Tuve el coraje de emprender un trabajo interior que solo la soledad hace posible. Fui muy valiente, fui muy honesta conmigo misma asumiendo que no podía, ni sabía, relacionarme con los hombres y esa decisión me permitió florecer y fue el primer paso hacia la mujer poderosa y decidida en la que me he convertido, fue el primer paso hacia la diosa en la que elegí convertirme, el primer paso de un profundo proceso de crecimiento personal que no solo me llevó a aprender a amarme a mí misma, sino a apoyar ese mismo proceso en otras personas y a encontrar el sentido de mi vida.

Bendito el día en que decidí que iba a experimentar la soledad, pero no la soledad por imposición (esa ya la había vivido) sino una soledad elegida, autoimpuesta y necesaria. Una soledad desde la libertad personal, desde el decir NO a cualquier oportunidad o relación que se presentase; una soledad elegida en aras del autodescubrimiento y de la sanación interior, un movimiento valiente que hice de modo intuitivo y que supuso un paso gigante hacia delante.

Por aquel entonces me sentía vacía, tenía tiempo, tenía dinero y quería cambiar radicalmente de vida. Una de las contraseñas que formulé por aquella época fue «vida nueva».

No sabía por dónde comenzar a cambiar mi vida ni cómo hacerlo, pero me apunté a un máster. Estaba cansada de ser visitadora médica, tenía tiempo y dinero pero estaba siempre sola, quería tener compañeros de trabajo, además notaba un vacío, quería ser jefa.

Pensaba que podía cambiar las cosas de fuera, aunque intuitivamente ya estaba comenzando a mirar dentro, así que en ese empeño de mejorar mi vida y cambiar mis circunstancias externas me matriculé en una escuela de negocios de las más prestigiosas del país con la esperanza de que volver a estudiar me ayudase a dar un giro a mi vida.

Aprovecho estas líneas para proclamar a los cuatro vientos que en mi opinión las escuelas de negocios se limitan a una cuestión de dinero ya que si pagas no hace falta ser ningún lumbrera para que te den el título. Cuando terminé el máster no sentí que tuviera más conocimientos que antes; y cuando, años después, monté mi propia empresa esos conocimientos no me ayudaron en absoluto al ser poco prácticos y realistas. En mi opinión, mucho lalala y poca aplicación real. Una pérdida de tiempo y dinero.

Pero volvamos a mi historia personal.

Fundamentalmente, mi vida estaba marcada por un profundo desconocimiento de mí misma. No sabía quién era. Mi vida no tenía sentido, no sabía para qué estaba aquí. Ni me lo planteaba, la dimensión espiritual no existía para mí. De hecho cuando veía una de esas revistas de yoga y chakras en algún bar pensaba que eran todos una chupi pandi de colgaos que no podían con la vida, que les parecía demasiado dura y por eso se tenían que inventar esas milongas.

Pensaba que eran todos unos esotéricos descerebrados, médiums y pitonisas. Locos sin norte que no tenían nada mejor que hacer ni mejor forma de evadirse de la realidad.

Qué bonito que la vida me llevara a base de palos a cambiar de opinión.

PENSAMIENTO

La voz del ego también se activa cuando te enamoras y empieza a contarte todas las cosas que van a mejorar en tu vida gracias a esa persona.

Ten cuidado es una quimera mental, la verdadera felicidad no se halla fuera de ti,

Y nadie puede completarte por qué ya estás completo

!Hola bienvenidos¡

René Dubois

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