¿EN QUIÉN ESTÁS CONFIANDO REALMENTE?

Por Mariant Peña Nava

Después que el pueblo judío experimentó el exilio en Babilonia, el rey Ciro de Persia permitió que 50.000 de ellos regresara a Jerusalén y reconstruyeran el templo bajo el mandato de Zorobabel.

Zorobabel era un líder cívico que tenía la responsabilidad de terminar la obra de reconstrucción del templo. El trabajo se había detenido y Zorobabel necesitaba mucho ánimo para poder continuar y terminar con su labor; en ese mismo momento, un profeta llamado Zacarías recibió varias visiones del Señor, y una de esas visiones del Señor decía así:

Entonces respondió y me habló diciendo, esta es palabra de Jehová a Zorobabel que dice: ¡NO CON EL EJÉRCITO NI CON LA FUERZA, SINO CON MI ESPÍRITU; ¡HA DICHO EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS!

ZACARÍAS 4:6

En este periodo, los profetas Zacarías y Hageo estaban ministrando; mientras Hageo animaba a los exiliados que regresaran a reconstruir el templo, Zacarías los exhortó a que se arrepintieran de sus pecados y renovaran su pacto con Dios, pues la renovación espiritual era primordial para su supervivencia y las muestras de adoración a Dios una vez que reconstruyeran el templo.

A medida que se realizaba la labor física de la reconstrucción, también se producía una renovación espiritual; tanto Josue, como Zorobabel no debían confiar en los recursos económicos, ni en sus fuerzas militares, sino en el gran poder del Espíritu obrando a través de ellos.

Aquí podemos ver que la obra de Dios también necesitaba de recursos y la fuerza, o el ejército humano. Dios no se refiere a la ayuda de muchos ni de uno, sino de su propio Espíritu, que es mayor que nosotros, pues no será por la astucia, ni por la habilidad y fuerza humanas que el templo será reconstruido, sino por “EL ESPÍRITU SANTO DE DIOS” que es el que tiene el “poder”.

El ESPÍRITU SANTO es el único recurso de Dios para llevar a cabo su obra, y nos dice claramente que cuando nosotros confiamos en nuestros propios recursos, ya sean pequeños o grandes, ¡no podemos disfrutar del suministro poderoso del Espíritu!

Nosotros no fuimos diseñados para hacer las cosas independientemente de Dios, Nos diseñó para tener una relación con Él, y depender de Él. Nos recuerda en este pasaje que necesitamos de Dios para pelear nuestras batallas, y para que se lleve a cabo la terminación de su obra en nuestra vida.

Zorobabel fue desafiado, no a pelear confiando en Dios, y es así también con nosotros, Él quiere que lo involucremos en nuestra vida, pues de antemano sabemos que no podremos hacer nada sin Él.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos, el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.

JUAN 15:15

Esto quiere decir, que cuando damos un paso en Fe, lo estamos escuchando a Él y obedeciendo su guía, y que cuando nos llama para un propósito, su Espíritu nos lleva y nos equipa para completarlo.

JUAN 3:34 pues nos da su Espíritu por medida.

Dios nos garantiza que esta obra dada por Dios tendrá éxito, no por la fuerza y poder humano, sino por la guía y el poder de su Espíritu Santo; derramado en nuestra vida, pues todo aquel que le ha creído, ha sido sellado con el mismo Espíritu de poder con el que Él lo ha creado todo.

Así que, echa mano de la eternidad y fortalécete en el ESPÍRITU SANTO DE DIOS, por medio de su Palabra, pues sólo así verás la obra de Dios terminada en tu propia vida.

Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.

FILIPENSES 1: 6

¡¡Que Dios te bendiga y te guíe!!