¿Cómo abandonar a las emociones negativas?

Por Roberta Sánchez Smith.

CONTENIDO PSICOLOGICO

Son peligrosas porque desmantelan nuestros sueños, nos detienen o nos bloquean para vivir plenamente e invariablemente nos roban la paz mental; nos roban nuestra salud, energía, afectan nuestras relaciones amorosas, nuestra independencia financiera, o nuestra salud.

Y podríamos dividir en dos partes, la primera, la persona que se hace responsable, y la segunda, la persona que pone pretextos y la podemos catalogar como irresponsable y ocasiona que perdamos el control, y conlleva una falta de libertad porque ya no nos podemos ver a nosotros mismos como agentes libres, no pudiendo escoger la guía de nuestras vidas, haciéndonos ser víctimas del destino y falta de control y libertad, que nos lleva a tener emociones negativas.

Puede ser que te cuestione las circunstancias adversas, tu educación, tu capacidad financiera, tu inteligencia, tu salud, etc. Puedes hacer todo esto a un lado y enfocar tus pensamientos en tu fe, gozo, amor, paciencia, humildad, empatía, dominio propio, templanza.

Y como no afecta todo esto, existe una relación directa en la cantidad de responsabilidad que se acepta para tener resultado en tu vida, ahora y en el futuro. Donde la felicidad viene de adentro, y el éxito le sigue, y no al revés.

Te quiero plantear la relación que existe entre las relaciones negativas y la irresponsabilidad ilustrándolo con un ejemplo:

Imaginemos un árbol (de las emociones negativas) y en este, en el follaje, crecen temor, duda, odio, envidia, resentimiento, y su hermana de este, la culpa, auto compasión, los celos, vergüenza, desamparo, pena, hastió, desesperación; todos tenemos una favorita. Y todas estas son expresadas de dos maneras internamente, que es cuando se somatizan y caemos en enfermedad; y la segunda externamente, y es cuando hacemos que se enfermen los demás.

Este árbol imaginario tiene debajo de la tierra sus raíces, que son las que nutren estas emociones para que puedan dar finalmente frutos.

Existen dos principales nutrientes, esencialmente la “Justificación” donde nos decimos a nosotros mismos o explicamos a quien quiera escuchar, porque mantenemos esa emoción negativa; esta emoción posiblemente no dure mucho, pero depende qué tanto la justifiquemos y la alimentemos para que perdure.

Y la segunda es la “Identificación”. Esta última voy a ilustrarla con un ejemplo:

Supongamos que recibes la noticia que chocaron un carro en el estacionamiento, pero descubre que no es suyo, y no te preocupas, porque no te identificas con el evento; pero en cambio, si es tu carro, ahora sí puedes estar molesto.

¿Cómo nos deshacemos de las emociones negativas?

Es “No juzgando” Evita juzgar, huye del juzgar, en vez de emitir un juicio de que alguien o algo es culpable, permanece abierto y neutral; evita que tus emociones negativas se sigan nutriendo y que sigan creciendo.

Photo by Margarita

Cuando te “Identificas” con la situación adversa, lo que tienes que hacer, es permanecer neutrales, “existe el problema, pero, yo no soy ese problema” y lo mantienes alejado.

Una vez que dejamos de justificarnos, de identificarnos, y no nos involucramos emocionalmente.

Podremos cortar el tronco de ese árbol imaginario, y para hacerlo, tenemos que cortar “la culpa”, que es el 99% de las emociones negativas, y estas vienen de tu interior, no tiene que ver con tus circunstancias o personas externas.

Las emociones negativas son causadas por tu respuesta.

Para ilustrarte te doy un ejemplo de dos circunstancias. En la primera, vas camino al trabajo y se poncha un neumático, el tráfico, y llegas tarde al trabajo; te “enfadas y te molestas”. El mismo ejemplo, te levantas temprano, te desayunas con tu familia; sales de tu casa con tiempo de sobra, y se te poncha la llanta, y hay tráfico, pero no importa porque tienes tiempo de sobra para llegar a tiempo a tu trabajo.

Ambos ejemplos sirven para que te ilustre que las emociones negativas nos la provocan una situación.

Tú puedes escoger la calidad de tu vida emocional, escoges estar enojado, irritado o molesto; tú decides cómo te vas a sentir, y si no tienes cuidado, caerás en un patrón de hábitos negativos de culpar a otra persona o circunstancias. La culpa es el centro de todas las emociones negativas, cuando dejas de culpar, derribas el árbol de las emociones negativas.

Acabas con el pensamiento de la culpa y lo reemplazas con esta verdad “soy responsable” y es la afirmación de lo que nos indica Dios.

Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús-

Filipenses 4:19 RVR1960

“…todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”

Filipenses 4:8 RVR1960

Soy “responsable” de “elegir” tener pensamientos positivos, entonces asumes el control total de tus emociones, echando fuera de tu mente cualquier emoción negativa.

Existe una gran diferencia entre aceptar una “responsabilidad” que siempre mira al futuro y estás a cargo desde ese momento de la calidad de tu emoción, en contra “culpabilidad” que ésta siempre se remonta y mira hacia el pasado, y es algo que no se puede cambiar.

La responsabilidad te lleva a hacerte esta pregunta ¿Qué podemos hacer? La persona irresponsable siempre pregunta ¿Quién lo hizo? Y se obsesiona por encontrar quién lo hizo; por supuesto, no sirve de nada para resolver la dificultad.

No puedes avanzar en la vida si no dejas a un lado tus pensamientos de las emociones negativas, tal vez has invertido mucho tiempo en ellas y te cueste trabajo dejarlas, pero tú eres el responsable de tu vida, tienes el poder de elegir; no estás solo, ríndete al Señor, Él te ayudará a poner en orden tus pensamientos; te dará esperanza, paz, amor; y tú pondrás en marcha lo más poderoso con lo que cuentas, tu fe.

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

2 Timoteo 1:7 RVR1960

REFLEXIÓN

CUANDO NELSON MANDELA OFRECIÓ EL ALMUERZO AL QUE SE ORINÓ EN SU CABEZA.

Después de convertirme en Presidente, invité a mi acompañante a almorzar a un restaurante. Nos sentamos y cada uno preguntó qué quería. En la mesa de enfrente, había un hombre esperando a que lo sirvieran. Cuando le sirvieron, le dije a uno de mis soldados que invitará a esa persona

El soldado fue y le dio mi invitación. El hombre se levantó, cogió su plato y se sentó a mi lado.

Mientras comía, sus manos temblaban constantemente y no levantaba la cabeza de la comida.

Cuando terminamos me saludó sin mirarme, le estreché la mano y se alejó. El soldado me dijo:

Madiba ese hombre debe haber estado muy enfermo ya que sus manos no dejaban de temblar mientras comía.

– ¡No, no, absolutamente! La razón de su temblor es otra. así que le dije:

Ese señor era el alcaide de la prisión en la que yo estaba. Después de que me torturó, grité y lloré pidiendo un poco de agua y él vino y me humilló, se rió de mí y en lugar de darme agua, me orinó en la cabeza.

No está enfermo, tenía miedo de que yo, ahora presidente de Sudáfrica, lo mandara a la cárcel y le hiciera lo que me hizo a mí. 

Pero yo no soy así, este comportamiento no es parte de mi carácter, ni de mi ética.

Las mentes que buscan venganza destruyen estados, mientras que las mentes que buscan reconciliación construyen naciones.

Al salir por la puerta de mi libertad, supe que si no hubiera dejado atrás toda la ira, el odio y el resentimiento, todavía sería un prisionero

Nelson Mandela.

Cuestión de esencia no de apariencia.

Somos lo que hacemos no lo que decimos que vamos a hacer.

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Roberta Sánchez Smith.

Te invito a leer otro artículo mío con el tema:

«Un resentimiento largamente cultivado puede calcinar el cuerpo»

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