Ps. Jason Huddleston

El segundo par de verdades que debemos comenzar a considerar son las enseñanzas de que Dios es un Dios soberano y, sin embargo, un Dios que sufre.
Estas son las enseñanzas bíblicas que usan los filósofos para describir a Dios como alguien que es «todopoderoso» y «completamente bondadoso».
Pero la Biblia va más allá, presentándolo no solo como omnipotente sino como soberano sobre cada evento en la historia; también nos muestra a Dios no solo como «bueno y amoroso» sino como un Dios que entra a nuestro mundo y se sujeta a más maldad, sufrimiento y dolor de lo que cualquiera de nosotros pudiera experimentar jamás.
Rittgers escribe que a menos que conozcamos ambas verdades, el sufrimiento no puede tener ningún sentido ni ninguna solución final:
El Dios de la Biblia… sufre con la humanidad en la cruz y sin embargo, en cierto sentido también es soberano sobre el sufrimiento. Ambas creencias eran (y son) esenciales para la afirmación cristiana tradicional de que el sufrimiento en última instancia tiene

algún significado y de que el Dios trino puede liberarnos de él. debe 50% a la actividad de Dios y 50% a las decisiones humanas O tal vez sea 80-20, o 20-80.
Pero la Biblia muestra que toda la historia está 100% bajo la dirección deliberada de Dios y al mismo tiempo, llena de seres humanos que son 100% responsables de su comportamiento. Esta forma de pensar contradice tanto las formas de pensamiento antiguas como las modernas. La noción griega del «destino» y la noción islámica de «kismet’ son bastante diferentes a la doctrina cristiana de la soberanía de Dios.
El mito griego de Edipo cuenta que, según el oráculo, él estaba destinado a matar a su padre y casarse con su madre.
Aunque Edipo y todos a su alrededor hicieron todo lo posible por evitar este destino, lo único que lograron con todas sus hazañas fue apresurarlo. El destino se cumple a pesar de las elecciones de todos.
El concepto cristiano de la soberanía de Dios es bastante diferente, El plan de Dios funciona por medio de nuestras elecciones, no independientemente ni a pesar de ellas. Nuestras elecciones tienen consecuencias y Dios nunca nos obliga a hacer nada, siempre hacemos lo que más deseamos hacer. Dios lleva a cabo Su voluntad de forma perfecta a través de nuestras acciones voluntarias.
Toda la Biblia presupone este «compatibilismo» entre el plan de Dios y nuestras acciones, y en muchos lugares lo enseña explícitamente.
En Isaías 10, Dios llama a Asiria «vara de Mi ira» (v 5) cuando dice que la está utilizando para castigar a Israel por sus pecados, pero al mismo tiempo asume que Asiria es responsable de lo que está haciendo.
«Lo envío [a Asiria] contra una nación impía [Israel]’, dice Dios, «
pero esto Asiria no se lo propuso; y ni siquiera lo pensó! Solo busca destruir aniquilar a muchas naciones» (v6-7). Aunque Dios usa a Asiria como Su vara según Su plan sabio y justo, la motivación interna de esa nación no es una pasión por la justicia, sino simplemente un deseo cruel y orgulloso de dominar a los demás.
Así que Dios juzgará al instrumento de Su juicio. Las acciones de Asiria son parte del plan de Dios, pero los asirios son responsables de sus elecciones.
Es un equilibrio notable. Por un lado, el mal se toma en serio como una realidad. Sin embargo, hay una garantía de que, al final, nunca podrá triunfar.
Dios es llamado «Aquel que hace todas las cosas conforme al designio de Su voluntad» (Ef 1:11). «Todas las cosas están en armonía con el plan de Dios. Esto significa que el plan de Dios incluye «cosas pequeñas Proverbios 16:33 dice: «Las suertes se echan sobre la mesa, pero el veredicto proviene del Señor».Hasta el lanzamiento de una moneda es
parte de Su plan. A fin de cuentas, no hay accidentes. Su plan también
incluye cosas malas. El Salmo 60:3 dice: «Has sometido a Tu pueblo a duras pruebas; nos diste a beber un vino embriagador «El sufrimiento no está fuera del plan de Dios, sino que forma parte del mismo.
En Hechos 4:27-28, los discípulos cristianos oran a Dios diciendo: «En efecto, en esta ciudad se reunieron Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y con el pueblo de Israel, contra Tu santo siervo Jesús, a quien ungiste para hacer lo que de antemano Tu poder y Tu voluntad habían determinado que sucediera». El sufrimiento y la muerte de Jesús fue un gran acto de injusticia, pero también fue parte del plan de Dios

ORACIÓN

Dios mío, que mis oídos permanezcan abiertos a tu voz, que no me olvide nunca que me has hecho una promesa:
estarás conmigo todos los días de mi vida, hasta el fin del mundo. Amparo de mi vida, sanador de mi ser, confío en Ti, porque sé que eres mi armadura, el escudo de mi vida.
Nada me hará temblar, nada me robará la Paz. Estoy tranquilo porque Tú vas conmigo, en medio de las oscuras cañadas de la vida.
6Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6
Te lo pedimos Dios padre que la gracias del Señor Jesús este contigo. Amén.🙏
¡ Hola Bienvenido !

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¿Qué pasó después del Sacrificio de la Cruz?
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