¿Somos los padres instrumentos de Dios en la Educación de los Hijos?

Por Lourdes Saucedo Cárdenas

CONTENIDO CRISTIANO

La Biblia no es un libro de sugerencias, sino de mandamientos. La obediencia a los mandamientos de Dios, es la clave para una vida feliz y de éxito.

¿Cuál es el gran mandamiento?

(Mat. 22:36-38) Si este es el “Gran Mandamiento”, tengo especialmente que obedecerlo. Muchos nos preguntaremos, ¿cómo puedo lograrlo? Es a través de la Biblia como conocemos a Dios.

El mundo tratará de evitar que los padres tomen su lugar como Dios lo planeó. Satanás ha orquestado todo un plan en contra de la familia. Nos ha hecho pensar que debemos buscar en los bienes materiales, llenar nuestras vidas y encontrar seguridad en lo económico; descuidando así a la familia.

Es importante que tanto el hombre como la mujer tomen su lugar de acuerdo al plan de Dios. Cuando recibimos la enseñanza de Dios, nos damos cuenta qué es necesario cambiar en aquellas áreas de nuestra vida, donde estamos equivocados.

Cuando tomamos nuestro lugar dentro del matrimonio, se vive en equilibrio, y los hijos también vivirán en equilibrio. En ocasiones, no entendemos, ni obedecemos lo que Dios planeó. El depender de Dios, y el obedecerle, nos abrirá las puertas del entendimiento.

Definitivamente, a los padres nos tocó enseñar.

Papá y mamá, enseñan a través de sus vidas; a través de sus valores, de sus objetivos, ¡y de su ejemplo!

La promesa de Dios, es la de proveernos y cubrir nuestras necesidades. La enseñanza de mamá era clara: del cielo caerá el alimento, aunque las circunstancias que te rodeen, no sean las propicias.

Hay quien le dedica más de 10 horas al trabajo, evitando así, llegar a casa temprano, y evitando la responsabilidad de amar, guiar y pasar tiempo con los hijos. Dios estableció un orden, y el respetarlo debe ser lo más importante dentro del matrimonio.

Dios en primer lugar, después, la pareja; luego los hijos, y al final, todo lo demás.

Photo by Noelle Otto

Al decidir colocar a Dios en primer lugar, hará que Él mismo se encargue de darle el lugar de importancia y correcto a todo lo demás. Quien hace esto, tendrá la gracia para llevar a cabo cada una de sus funciones con éxito, porque la gracia será el resultado de esta decisión.

Nuestros hijos no son el propósito del matrimonio, son la consecuencia.

La primera responsabilidad de los padres, es “amar a los hijos”. Satisfacer las necesidades de amor de los hijos, proporcionar afecto físico (abrazarlos, besarlos).

La segunda responsabilidad es “enseñarlos”. Enseñarles de todo; a caminar, comer, hablar, andar en bicicleta, a amar a Dios, etc.

La tercera responsabilidad es “corregirlos”. Esto no debe ser delegado sólo a mamá; esto es un error; ambos deben participar en la corrección de los hijos. Si no corregimos a nuestros hijos, no los estamos amando.

La corrección y los castigos se dan como resultado de una acción equivocada, y con amor, les enseñamos a través de la disciplina que hay consecuencias.

Enseñar, no es tarea fácil; implica trabajo, constancia, tiempo y sacrificio. La instrucción divina, es la de amar y disciplinar a nuestros hijos. (Efe. 6:4 y Col. 3:21)

Enseñar, implica “ejemplo”. La enseñanza requiere que los padres demos el ejemplo. No podemos enseñar lo que no vivimos. Nuestros hijos necesitan aprender a vivir, necesitan disciplina, autocontrol, carácter.

¿Cómo saber cuáles son las actitudes que pueden destruir sus vidas?

La palabra de Dios nos mostrará lo que debe ser corregido en sus vidas. Qué corregir, cómo corregir, en qué aspectos corregir. Dios nos lo mostrará.

Los mejores años para disciplinar a tus hijos es de 0 a 5 años. De 0 a 1 año, es el mejor tiempo. De 1 a 5 años, tenemos la oportunidad de formarlos. De 5 años en adelante, el niño ya está formado.

15La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él.

Proverbios 22:15

Habla de la necedad que traen nuestros hijos por naturaleza; y

17Corrige a tu hijo, y te dará descanso, Y dará alegría a tu alma.

Proverbios 29:17

es un mandamiento de Dios para corregir a tu hijo; obteniendo con esto, descanso y alegría.

La corrección va a provocar, autocontrol y disciplina.

6Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

Poverbios 22:6

Instruir al niño en el camino en el que debe andar. Los hijos crecerán y permanecerán si los instruimos en el camino en el que deben andar. Instruir, excluye cualquier cosa que se oponga a la Biblia.


27Cesa, hijo mío, de oír las enseñanzas Que te hacen divagar de las razones de sabiduría.

Proverbio 19:27

A pesar de ser creyentes, traemos muchas cosas equivocadas en la cabeza. Hemos sido educados bajo el humanismo; y nuestra generación, ha sido afectada, engañada y saqueada.

8Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. 

Filipenses 4:8

Nos muestra qué es lo que demos enseñar a nuestros hijos, todo lo bueno, todo lo honesto, todo lo puro, todo lo verdadero, todo lo amable, todo lo de buen nombre. Esto dará como resultado, vidas valiosas, que andarán en el camino correcto.

Al educar a nuestros hijos conforme a la Palabra de Dios, va implicar un costo: NUESTRA VIDA.

Pudiera parecer costoso, pero en realidad, sería costoso no obedecer.

No menosprecies la Palabra de Dios, en ella encontramos el manual de Dios. Le proveyó al hombre, para que, al obedecerle, sacara el máximo provecho.

Un hijo, es un acto de confianza de Dios al ponerlo en nuestras manos. Nosotros debemos entender el plan de Dios respecto a ese hijo, y enseñarlo, y guiarlo a cumplir ese plan.

Dios tiene un plan maravilloso y eterno. Educar a nuestros hijos bajo los principios cristianos no es una alternativa, tampoco es un lujo, ni siquiera algo bueno; es la Ley de Dios; la Ley que Él nos ordenó cumplir. Es el gran mandamiento de Dios.

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ORACIÓN


Que este día sea de bendición para los míos y para mí, que podamos entender que el amor tiene que hacerse presente en acciones, palabras y detalles.

Bendice todo mi esfuerzo por ser mejor cada día. Sabes que soy tuyo y que quiero vivir en felicidad.

Te alabo y te bendigo, a Ti acudo buscando Tu amor en este momento.

Gracias porque siempre me escuchas y estás a mi lado, a pesar de mis constantes abandonos,

Tú nunca me dejas y eres siempre fiel. Te amo y confío en Ti.

4Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano.
Salmo 139:4-5

En nombre de Jesucristo.

Amén 🙏

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Lourdes Salcedo Cárdenas

Te invito a leer otro artículo mío con el título:

LAS CINCO MANERAS DE AMAR: EL AM❤R AGAPE

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