Por Xatziri Garcia Arano

Contenido Cristiano
Lo importante es entender quién soy en Dios, Juan dijo esto en Juan 1:12” Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.
Esto quiere decir que, si tú aceptaste a Cristo en tu corazón, eres hijo de Dios, perfecto a su imagen y semejanza. Tú no eres el sueldo que ganas o los muchos o pocos talentos que puedas tener, tú solamente eres un hijo de Dios, perfecto en su amor.
No importa cómo sea tu físico, no importa si eres gordo o flaco, moreno o rubio, como quiera que seas eres perfecto, hecho a la imagen y semejanza de tu Padre Celestial.
Suele ser difícil encajar con los estándares de belleza y perfección que la sociedad impone, recuerda que estos altos estándares están diseñados con la finalidad de que la mayoría de nosotros no los cumplamos y esto nos genere lo que vemos hoy; falta de autoestima, frustración por no ser lo que se no dice que debemos ser, depresión, ansiedad, preocupación por tener más y más; y de esta manera estemos más ocupados en nosotros mismos que en Dios, esto es básicamente la misma artimaña del diablo a través de la historia humana, confundirnos y alejarnos de Dios.

Quiero que sepas que los estándares de belleza de Dios no son los tuyos ni los míos, la belleza depende de muchos factores, incluso culturales, por eso para nuestros estándares occidentales actuales, tiene que ver con ser esbeltos y altos. En tiempos de la antigüedad se consideraba a una mujer bella con algo de grasita extra, aunque me parece que esto está cambiando poco a poco.
Hay algunos factores que creo que generan tu identidad:
- Cómo te percibes a ti mismo: Autoestima
- Quién eres para los que te rodean: Tu rol dentro de la sociedad
Quiero que pienses en cómo te ves a ti mismo, ¿te gusta lo que ves en el espejo? ¿Te gusta quién eres y lo qué haces? Si tu respuesta es no, te exhorto a revisar con qué ojos te estas mirando, ¿con los ojos de Dios o con los ojos de la mentira del diablo?
Una persona con autoestima se siente bien consigo mismo, con lo que ve en el espejo, sin importar sus defectos, y se sabe valioso para su entorno, sabe que lo que hace y lo que es, es sumamente valioso para todos.
Por otro lado, ¿cuál es tu rol en la sociedad? Puedes tener distintos roles en diversos contextos, puedes ser esposo, padre, hijo, hermano y jefe en tu empresa; o puedes ser esposa, mamá, hija y emprendedora; o podrías no ser mamá. Sabes…
como mujer he notado que existe una carga tremenda por convertirnos en madres; te puedo decir que tú eres más que una mamá, eres una hija del todopoderoso.
En Cristo no es diferente, tu autoestima debe depender de quién eres para Dios y, verás, las cosas para Él son sumamente sencillas, “eres perfecto a su imagen y semejanza” esa es la parte interna y en cuanto a tu rol, eres hijo del todopoderoso, no hay más.
Los seres humanos somos muy complicados, y creamos teorías sumamente elaboradas acerca de todo, incluso acerca de Dios, sin embargo, Dios es muy práctico, nunca dará sermones de tres días, ni conferencias de 3 horas porque una sola palabra puede cambiarlo todo, como lo vemos en:
“Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará”
Mateo 8:8
La palabra, según google, “es una unidad léxica constituida por un sonido o conjunto de sonidos articulados que tienen un significado fijo y una categoría gramatical “, esto quiere decir, que lo que palabra encierra en sí misma, es un todo. A través de ella puedes dar vida o muerte, puedes crear o destruir; la palabra de Dios es la que hizo que este mundo en el que vives se haya materializado.
Por lo tanto, si Dios dice que eres perfecto, hecho a su imagen y semejanza, lo eres; si Él dice que eres su hijo, sólo lo eres.
En Génesis 1:3 Dios sólo dijo: “Sea la luz; y fue la luz”. Así de sencillo.
Ahora, sólo empieza a actuar como tu Padre y que mejor ejemplo tenemos de cómo se comporta un hijo de Dios que el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, es Él quien nos dice cómo es un hijo de Dios en la práctica.
Jesús era misericordioso, amaba a todos, incluso, murió por aquellos que lo condenaron.
Él era perfecto. Aunque la misma escritura dice que no era de hermoso parecer (Isaías 53:2), seguramente tenía el atractivo del Espíritu Santo, el cual, hacía que miles se juntaran a escuchar su mensaje. Su hermosura provenía del Padre, tal como la tuya proviene de Él.


SUELTA LA VOZ
14Y vinieron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó. 15Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron, 16y le dijeron: ¿Oyes lo que estos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman Perfeccionaste la alabanza? Mateo 21:14-15
De niña, participaba del coro infantil de mi iglesia. Aún recuerdo las palabras y la mirada del director del coro: «Canta más bajo porque tu voz opaca a los demás». Desde de ese día, mi voz se calló y la alegría y el entusiasmo que tenía en alabar se terminó. En los cultos cantaba lo más bajo posible para que no se me escuchara.
Ya adulta, cuando me mudé a Uruguay, empecé a dar clases de educación cristiana y cantar era parte de la planificación de las clases. Desde ese momento, me di cuenta del daño que me había dejado las palabras del director del coro. Le pedí a Dios que me ayudara a superar el trauma. Le ofrecí mi voz como instrumento de paz y bien para las demás personas.
En una de mis primeras clases, tuve a un alumno que no quería cantar. Decía que su voz no era bonita. Compartí con todo el grupo lo que me había pasado y los invité a alabar a Dios con todo su ser y con gozo. Tiempo después, la mamá de este mismo alumno se me acercó para contar que estaba impresionada de cómo su hijo le gustaba cantar las canciones que aprendía en mis clases, y que además enseñaba a su familia.
Doy gracias a Dios por la oportunidad de enseñar a mis alumnos a través de canciones. Disfrutamos alabar al Creador con todo nuestro ser y con gozo. Cuando canto con mis alumnos, siento el obrar de Dios en mi vida y en la vida de ellos.
ORACIÓN DE HOY
Señor, te entregamos todos nuestros traumas y voces despectivas que nos impiden ser libres. Gracias por el gozo y la plenitud que nos proporcionas. En el nombre de Jesús. Amén.
¡ Hola Bienvenido!

Xatziri Garcia Arano
Te invito a leer otro artículo mío con el titulo:
¡ Gracias !





