Crónicas Bíblicas: Contexto Histórico de la Venida del Mesías.

Por Rafael de la Sierra

CONTENIDO CRISTIANO

Siempre me ha gustado la historia y nos ayuda a conocer el porqué de los diferentes actores religiosos, políticos, sociales, económicos, de esa región del mundo, y en específico, de la Palestina de esa época.  De tal manera que, Jerusalén es una ciudad que está ocupada, conquistada, y dirigida por el Imperio Romano, a través de un Rey vasallo, que está impuesto y sometido por Roma, y que obliga al pueblo conquistado, a pagar tributo (impuestos), servir y trabajar para el imperio.

El pueblo judío sabe del mesías, de las profecías escritas, viniendo con la descendencia y el linaje del Rey David. Espera a un libertador divino, para quitar la opresión económica y social a su pueblo. Por lo tanto, el mensaje del Sr. Jesús, del Reino de los Cielos, no fue aceptado, ni creído por ciertos grupos religiosos y de poder de la época. Y lejos de eso, los confrontó, los cuestionó sobre sus creencias, tradiciones y conocimiento.

En contraste, por otro lado, hubo creyentes, algunos Judíos, pero los más Gentiles, que no pertenecían al pueblo Judío, que venían de diferentes regiones, culturas, religiones del vasto imperio Romano;  que se hicieron seguidores, siervos fieles, que sí aceptaron, y que si creyeron en Él,  en Su mensaje poderoso de amor, esperanza, libertad, valor, verdad, misericordia, y paz; que iba dirigido en rescate a su pueblo, a los más necesitados, desprotegidos, relegados, olvidados, sometidos y enfermos;  y que se colgaron y agarraron de cada una de sus palabras,  confiaron, amaron, guiaron, y creyeron en Él, como el mesías, el hijo de Dios.

 Te animo a abrir la Biblia, y si puedes ver el último libro del Antiguo Testamento, es el de Malaquías, registrado en el año 425 a.C.

Por otro lado, podrás leer el Nuevo Testamento; que empieza con el evangelio de San Mateo. Dentro de este, describe un personaje muy conocido y último profeta, Juan el Bautista.

Pues bien, entre estos dos libros, de Malaquías y Mateo, fue un periodo de tiempo de 444 años, donde Dios se quedó callado, no hubo profecía, ni Palabra, ni mensaje divino para su pueblo, sin embargo, no significó que no estuviera actuando para llevar a cabo sus Santos propósitos. A este periodo de tiempo se le llama, periodo “Intertestamentario”.

En este tiempo, suceden acontecimientos religiosos, históricos, políticos y sociales muy importantes, que definieron el destino de la humanidad, y en específico, para el pueblo judío. En esta época, se tiene y conserva los registros proféticos y mensaje de Dios, y que habla a través de sus profetas, como Hageo, Zacarías, Malaquías, Abadías, Jonás, Daniel, Isaías y Jeremías, por citar algunos, y que los podemos leer en la Biblia y en panorama de la Historia Mundial.

Para nuestro relato, específicamente nos concentraremos de lo que estaba pasando en Palestina del primer siglo.  

En el transcurso del tiempo hubo cinco imperios que conquistaron, sometieron, destruyeron, y tomaron en cautiverio al pueblo de Dios, a los Israelitas y la ciudad de Jerusalén; afectando, reordenando, como es lógico, su cultura, sus costumbres, creencias, economía, en su comercio, en lo político, social, por decir algunos, y fueron en el siguiente orden:

 Imperio Babilónico en el 586 a a.C. dirigida la conquista por el Rey Nabucodonosor, posteriormente, el Imperio Persa, encabezado por el Rey Ciro segundo, luego el Imperio Griego, dirigido por Alejandro Magno 334 a.C. donde empieza el periodo “Intertestamentario”, posteriormente, el Imperio Romano, con Pompeyo, en el año 63 a.C. y posteriormente el Reino Otomano.

Bueno, establecido esto, te quisiera narrar algunos acontecimientos importantes de cada uno de estos imperios en este periodo de tiempo, del como afectaron y marcaron al pueblo judío, su lucha por no perder su identidad, mantener sus costumbres, cultura, creencias, y cómo sobrevivieron como extranjeros, exiliados, migrantes, mandados, sometidos a otros territorios y pueblos, que también lo podemos leer en la Biblia.   

Como ya citamos el primer Reino el Babilónico en el año 586 a.C. invadió, robó sus riquezas, conquistó y destruyó la ciudad de Jerusalén, y con el templo que edificó el Rey Salomón y al pueblo de Israel, su población fue llevada en cautiverio a Babilonia.

Para el año 550 a.C. el imperio que se extiende por toda Asia y el mediterráneo, fue el Imperio Persa. Derrotó al imperio Babilonio, y, en consecuencia, todos los pueblos que tenía en sujeción, pasaron al control y dominio persa; formado también, por Medos y constituyendo el Imperio Aqueménida. Entre las ciudades conquistadas, fue la ciudad de Jerusalén, la que cambio a manos   persas.

El Rey Ciro Segundo de Persia, le dio un respiro al pueblo judío. Dios le habla al Rey y a sus profetas Nehemías y Esdras, y les da la misión de la reconstrucción del templo y las murallas de la ciudad de Jerusalén, que fueron destruidos por el Imperio Babilónico.

Hasta entonces, permitió el Rey Ciro a la población judía fiel, regresar a Jerusalén, dándole facilidades y recursos para su propósito, todo esto está registrado en los libros Bíblicos de Nehemías y Esdras, que corresponden a los últimos cien años relatados en el Antiguo Testamento.

El periodo intertestamentario, da comienzo en el año 334 a.C. con la conquista de Alejandro Magno, derrotando al Imperio Aqueménida de los persas. Este genio militar, con tan solo 24 años, hijo del Rey Filipo de Macedonia, discípulo de Aristóteles, y este a su vez, de Platón, y este a su vez de Sócrates; fue influenciado con un sistema de pensamiento, que tenía en la mira, la unificación de todos los pueblos conquistados en lo político, comercial, cultural, idioma único, el griego, creando la Cultura Helénica; la que claramente, se oponía con las costumbres y creencias del pueblo judío.

Cuando muere, también muy joven Alejandro Magno, su reino se divide entre cuatro generales, los que, tras buscar la hegemonía de sus territorios, se enfrentaron en batallas sangrientas; predominando dos de los más poderosos. El primero Ptolomeo, quien gobernaría Egipto, y que cuyo territorio abarcaba Palestina. Y segundo, el Seleuco, que tenía en sujeción, los territorios de Babilonia y Siria.

En el año 175 a.C. Antíoco Epifanes, nieto de Seleuco, entra en guerra con Egipto, Ptolomeo, que gobernaba Egipto tenía de aliado al Imperio Romano, y le ordena Antíoco que salga de Egipto.

Entonces Antíoco cambia de plan, y en el año 169 a.C. entra en la ciudad de Jerusalén, saqueando y robando; convirtiendo a Jerusalén, en fortaleza y almacén de armas para su ejército.

Antíoco IV, fue un personaje funesto en la historia del pueblo judío, pues quiso aplicar una “Helenización” violenta, a la fuerza y radical, en Jerusalén. Prohibiendo las prácticas religiosas judías, como el Shabat y la circuncisión. Levantó la estatua de un ídolo Zeus en el templo instaurado.

El pueblo fiel, se opone a las políticas y costumbres que quiere instaurar Antíoco IV; una especie de Hitler de nuestra época. Se oponen, y están dispuestos a perder su vida en el intento. A otros tantos, no les importa aceptar estas nuevas reglas, sin mayor problema, se aculturizan.

Antíoco IV, resultó ser la “Abominación desoladora” que profetizaría años atrás, el Profeta Daniel; y lo podemos leer en Daniel 6:31 en los textos bíblicos: “Y se levantará de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora.”

Quisiera tomar la siguiente reflexión por un momento hasta aquí. Hemos leído de un pueblo judío, de cómo perdió su reino 586 a.C. frente a Babilonia. En el que no supieron retener el reino entregado por Dios a su pueblo, y por el simple hecho de estar alejados de Él, de sus mandamientos, sus preceptos; por medio de profetas, como, Jeremías, Nahúm, Sofonías, Habacuc, Ezequiel y Daniel; Dios les llama la atención, les pide que se arrepientan, pero no hacen caso.  

A los Reyes Judíos, como Josías, que fue de los pocos monarcas que sí obedecieron, que sí escucharon a Dios, siendo un buen Rey de Judá, Rey que amaba al Señor, quería ayudar a su pueblo, los israelitas, a obedecer a Dios, y dejar de adorar ídolos.

Los reyes que le sucedieron, fueron infieles y desobedientes a Dios. Adoraron a otro Dioses. Fueron los Reyes Joacím, Sedequías.

Dios permite y se aleja de su pueblo, y les profetiza que van a ser conquistados por otro Reino, que van a ser muertos, saqueados, sometidos y expulsados de su tierra; muriendo como extranjeros en Babilonia, y que van a estar sometidos durante 70 años al cautiverio de Babilonia. Hasta la llegada del Reino Persa, dirigido por Ciro Segundo, van a ser puestos en libertad. Todo esto lo podemos leer y estudiar en la Biblia.

Regresando a nuestra crónica histórica en 167 a.C. en la Ciudad de Modin, que se encuentra en territorio Palestino, existió un sacerdote fiel llamado Matatías, que mata a un oficial de Antíoco por estar en desacuerdo con las imposiciones puestas.

Y es así como empieza la guerra, con una chispa, la cual se expande rápidamente incendiando todo a su alrededor.  Este líder muere poco tiempo después, y hereda la insurrección a su hijo Judas, apodado Macabeo.

Después de cruentas luchas, los Macabeos destruyen altares de dioses paganos. Continúan con la tradición y mandamiento de circuncidar a sus hijos, forzando a los judíos a la rebeldía.

Logran recuperar su independencia, purifican el templo, y vuelven a celebrar la fiesta de la Hanukka o fiesta de las luces. Lograda su independencia, el poder no lo tiene la descendencia del Rey David, sino los Macabeos. Posteriormente Asmoneos, poniendo a sus sacerdotes llamados Saduceos, que fundan las sinagogas, y posteriormente, el modelo de diáspora, que es cuando viene la dispersión de los judíos

a otros territorios después de la destrucción del reino de Israel, y sirvieron para preservar sus costumbres, religión, cultura, sin importar el país o lugar, en el cual, ellos estuvieran, y lo podemos ver hasta la actualidad, cuando viven fuera de Israel, al día de hoy, constituido como País.

Podemos leer en el Nuevo Testamento, que posteriormente participarían en la revuelta activamente, y se les denominarían Fariseos.

En su afán por reinar, sacan a los sacerdotes originales del templo, y estos sacerdotes huyen al desierto, y forman comunidades apartadas, llamadas, los Esenios.

Quisiera hacer un alto para poder compartir con ustedes al Historiador judeo romano, Flavio Josefo, que vivió todas estas revueltas y complicaciones políticas, económicas, religiosas.

Registró la historia judía, en uno de sus libros “La guerra de los judíos” relata la revuelta judía contra la ocupación romana. Describe la historia del mundo desde una perspectiva judía para que la podamos entender desde esa perspectiva, y citándola a continuación.

“Porque de todas las ciudades que reconocen y obedecen al imperio de los romanos, no hubo alguno que llegase jamás a la cumbre de toda felicidad, sino la nuestra (El Pueblo Judío); ni hubo tampoco alguna que tanto miseria padeciese, y al fin fuese tan miserablemente destruida.

Si finalmente quisiéramos comparar todas las adversidades y destrucciones que después de criado el universo, han acontecido con la destrucción de los judíos, todas las otras son ciertamente inferiores y de menos tono; pero no podemos decir haber sido de ellas autor ni causa hombre alguno extraño (Provocada por los Líderes Judíos), por lo cual será imposible dejar de derramar muchas lágrimas y quejas.

Si me hallare alguno tan endurecido, y juez tan sin misericordia, las cosas que hallará contadas recíbalas. Por historia verdadera;

Declararé después la crueldad de los tiranos que en Judea se levantaron con sus mismos naturales ( Sus mismos líderes judíos contra su  mismo pueblo); la humanidad y clemencia de los romanos con la gente extranjera; ; cuántas veces Tito ( Comandante Militar romano posteriormente, Tito Flavio emperador Romano 79 d.C. que sirvió Josefo en su momento como traductor de él en las revueltas), deseando guardar la ciudad y conservar el templo, compelió a los revolvedores a buscar y pedir la paz y la concordia.

No dejaré de contar las muertes de los que huían, el castigo y suplicio que los cautivos recibieron; menos cómo fue quemado, contra la voluntad de César, todo el templo; cuánto tesoro y cuán grandes riquezas con el fuego perecieron, y la general matanza y destrucción de la principal ciudad, en la cual todo el estado de Judea cargaba”.

Comentario: Me pongo a pensar que tanto estaban peleando los judíos por preservar sus costumbres su religión donde la mayoría del pueblo quería vivir en paz, o sus líderes buscar un control político y económico de Judea, incitaban y obligaban al pueblo a pelear, yo creo que es una condición humana que podemos ver hasta la fecha en todas las culturas y países, poniendo de pretexto la religión, la justicia, el orden.

Volviendo a nuestro relato, En el año 63 a.C. el Romano Pompeyo conquistó el país, depuso a Aristóbulo II (Rey y Sumo Sacerdote de Judea) y el imperio impone a Rey sometido a Roma, y este fue Herodes el Grande último Rey de Judea en el año 40 a.C. tenía cierta influencia macabea debido a su esposa, que era de ese linaje.

Herodes hizo lo posible por introducir el Helenismo en el país, haciendo grandes obras de construcción, entre ellas el puerto de Cesaría, para promover el comercio y la economía de la región, atrayendo a diversidad de gente, culturas, religiones.

No se tentaba el corazón para socavar rebeliones del pueblo con gran brutalidad.

Cuando Jesús era niño los judíos se sublevaron contra el etnarca Aquiliano (Hijo de Herodes el Grande) recurriendo al ejército romano para apagar la revuelta, destruyendo la ciudad de Séforis, Capital de Galilea, y ahí crucificaron a 2000 judíos.

En este contexto histórico, el ángel Gabriel anuncia a María el nacimiento virginal de Jesús, años más tarde, aparece el último gran Profeta, Juan el Bautista, proclamando arrepentimiento y bautismo, y la llegada del Reino de Dios; anunciada por Dios siglos atrás desde el libro de Génesis, y a través de sus profetas, y consumada en Jesucristo.

El contexto Político, Social y Religioso del pueblo judío, era que llevaba años de violencia, sometimiento, explotados por el pago de tributo al imperio; guerra entre las diferentes facciones religiosas y políticas judías; llevados a vivir como extranjeros a otros países o provincias.

Otro factor importante, fue la construcción de infraestructura, caminos, puertos, de esa región Palestina, y todo de todo el imperio Romano, para un desarrollo Económico, Social y Comercial. Trajo a personas de todas partes del mundo, conocido con diferentes culturas y creencias, muchos con estructura familiar destruida, familias diezmadas por las guerras, violentadas, robadas, enfermas, sin un propósito, ni rumbo; con todo tipo de necesidades se unificó el idioma, con una doctrina helénica.

El grupo religioso llamado los Fariseos, Saduceos y Escribas, que tanto habían luchado por guardar sus costumbres como el pueblo de Dios, a través de tantas invasiones de los diferentes reinos antes descritos, se vieron trastornados con esta nueva doctrina,  amarás a tu prójimo como a ti mismo Mateo 22:39 ( Aunque sea tu enemigo lo amarás) , discutiendo con la ortodoxia de la ley, la forma de enseñar al pueblo, sin considerar la misericordia, ni la piedad, perdiendo de vista el amor, la justicia de Dios.

Ya estaba profetizado, y no vino a ser sorpresa a Jesús que iba a ser rechazado y no reconocido por su mismo pueblo; lo podemos leer en Isaías siglos atrás, y en el Capítulo 6: 10 “Engruesa su corazón de este pueblo y agravia sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vean con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad”.

En los líderes crea confusión, miedo, dudas, cuestionamientos; viendo a Jesús como un peligro a sus tradiciones, al control económico, religioso y político, que ejercen en el pueblo.

Dios, a través de los siglos, en un panorama cósmico, hace las cosas con un Propósito, siempre con Amor, Paciencia y Misericordia, para cada uno de nosotros, aunque, a veces no comprendamos en el momento.

Cuando el pueblo de Israel no acepta a Jesús como su Salvador y Mecías, el evangelio se predica también, no solamente entre los judíos, sino también entre los gentiles, personas como tú y como yo. Pudiendo tener acceso de conocer el sacrificio que hizo Jesús, el pago por nuestros pecados.

El anuncio de las buenas nuevas del reino de Dios; en medio de un mundo convulsionado, sentó las bases para terminar con el antiguo pacto y empezar un nuevo pacto con Jesús.

Mis mas sincero agradecimiento a Ana Muciño y a mi Profesor Ps. Abraham Tabales.

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