Una familia disfuncional es aquella en que los miembros juegan roles rígidos y en la cual la comunicación está severamente restringida a las declaraciones que se adecuan a esos roles.
Los miembros no tienen libertad para expresar todo un espectro de experiencias, deseos, necesidades y sentimientos, sino que deben limitarse a jugar el papel que se adapte al de los demás miembros de la familia.
En todas las familias hay roles, pero a medida que cambian las circunstancias, los miembros también deben cambiar y adaptarse para que la familia siga siendo saludable.
De esa manera, la clase de atención materna que necesita una criatura de un año será sumamente inadecuada para un adolescente de trece años, y el rol materno debe alterarse para acomodarse a la realidad.
En las familias disfuncionales, los aspectos principales de la realidad se niegan, y los roles permanecen rígidos.
Cuando nadie puede hablar sobre lo que afecta a cada miembro de la familia individualmente y a la familia como grupo es más, cuando tales temas son prohibidos en forma implícita (se cambia el tema) o explícita (» ¡Aquí no se habla de esas cosas!») aprendemos a no creer en nuestras propias percepciones o sentimientos. Como nuestra familia niega la realidad, nosotros también comenzamos a negarla.
Y eso deteriora severamente el desarrollo de nuestras herramientas básicas para vivir la vida y para relacionarnos con la gente y las situaciones.
Es ese deterioro básico lo que opera en las mujeres que aman demasiado. Nos volvemos incapaces de discernir cuándo alguien o algo no es bueno para nosotros. Las situaciones y la gente que otros evitarían naturalmente por peligrosas, incómodas o perjudiciales no nos repelen, porque no tenemos manera de evaluarlas en forma realista o auto protectora.
No confiamos en nuestros sentimientos, ni los usamos para guiamos. En cambio, nos vemos arrastradas hacia los mismos peligros, intrigas, dramas y desafíos que otras personas con antecedentes más sanos y equilibrados naturalmente evitarían. Y por medio de esa atracción nos dañamos más, porque gran parte de aquello hacia lo cual nos vemos atraídas es una réplica de lo que vivimos mientras crecíamos. Volvemos a lastimarnos una y otra vez.
Nadie se convierte en una mujer así, una mujer que ama, por casualidad. Crecer como miembro femenino de esta sociedad y en una familia así puede generar algunos patrones previsibles.
Las siguientes características son típicas de las mujeres , mujeres como yo y, tal vez, como tu.
1. Típicamente, tu provienes de un hogar disfuncional que no satisfizo sus necesidades emocionales.
2. Habiendo recibido poco afecto, tratas de compensar indirectamente esa necesidad insatisfecha proporcionando afecto, en especial a hombres que parecen, de alguna manera, necesitados.
3. Debido a que tu nunca pudiste convertir a su(s) progenitor(es) en los seres atentos y cariñosos que usted ansiaba, reacciona profundamente ante la clase de hombres emocionalmente inaccesibles a quienes puede volver a intentar cambiar, por medio de su amor.
4. Como la aterra que la abandonen, hace cualquier cosa para evitar que una relación se disuelva.
5. Casi ninguna cosa es demasiado problemática, tarda demasiado tiempo o es demasiado costosa si «ayuda» al hombre con quien usted está involucrada.
6. Acostumbrada a la falta de amor en las relaciones personales, tu estás dispuesta a esperar, conservar esperanzas y esforzarse más para complacer.
7. Estás dispuesta a aceptar mucho más del cincuenta por ciento de la responsabilidad, la culpa y los reproches en cualquier relación.
8. Tu amor propio es críticamente bajo, y en el fondo usted no cree merecer la felicidad. En cambio, cree que debe ganarse el derecho de disfrutar la vida.
9. Necesitas con desesperación controlar a sus hombres y sus relaciones, debido a la poca seguridad que experimentó en la niñez. Disimula sus esfuerzos por controlar a la gente y las situaciones bajo la apariencia de «ser útil».
10. En una relación, estás mucho más en contacto con su sueño de cómo podría ser que con la realidad de su situación.
11. Eres adicta a los hombres y al dolor emocional.
12.Es probable que tu estés predispuesta emocionalmente y, a menudo, bioquímicamente, para volverse adicta a las drogas, al alcohol y/o a ciertas comidas, en particular los dulces.
13. Al verte atraída hacia personas que tienen problemas por resolver, o involucrada en situaciones que son caóticas, inciertas y emocionalmente dolorosas, usted evita concentrarse en su responsabilidad para consigo misma.
14. Es probable que tu tengas una tendencia a los episodios depresivos, los cuales trata de prevenir por medio de la excitación que proporciona una relación inestable.
15. No te atraen los hombres que son amables, estables, confiables y que se interesan por usted. Esos hombres «agradables» le parecen aburridos.
Si te identificas con algunos puntos de esta lista busca ayuda profesional que te ayude a ver tu identidad, valores, y tu realidad.
He visto a las mujeres más bellas del mundo, convertirse en diminutas sombras satisfaciendo los deseos de sus seres queridos.
He visto a las mujeres más inteligentes de la vida haciendo añicos sus argumentos frente al protagonismo de sus amantes.
He visto a mujeres con alas sacando lustre a los barrotes de las jaulas que les compran sus maridos.
Las he visto bajarse de la luna para vivir en la cueva de sapo de su amado. Las he visto superar el hambre, las guerras, la muerte y luego caer de rodillas frente al beso deshonesto. Las vi esconder su fuerza,
Las vi esconder su fuerza, maquillar su poder, frenar sus éxitos, masticando frustraciones ajenas, haciéndose cargo de necesidades impropias, cediendo, cediendo, cediendo tanto que sus cuerpos parecen desintegrarse, derretirse, desdibujarse, deshabitarse, estallar y recomponerse como un hueso tras el impacto de una bala.
Las he visto, las veo, yo también he sido, (soy) presa fácil y presa difícil de mandatos rancios y amores mediocres. Romperé el espejo todas las veces que haga falta y respetaré y esperaré paciente el día en que todas podamos vernos liberadas de tanta pena por nada.
Romperé el espejo todas las veces que haga falta y respetaré y esperaré paciente el día en que todas podamos vernos liberadas de tanta pena por nada.