¿ Tienes el mismo sentir que Jesucristo ?

Haya pues en vosotros este sentir que hay en Cristo Jesús.

Filipense 2:5

El apóstol Pablo nos está diciendo que tengamos la misma actitud que tuvo Jesús, que, aunque era Dios, no se consideró igual; renunció a sus privilegios divinos y se hizo humilde, tomando la posición de esclavo haciéndose humano; se humilló a sí mismo obedeciendo a Dios y muriendo en una Cruz, como moría cualquier criminal de esa época.

Se nos está diciendo, que debemos actuar, pensar y caminar de la misma manera que Jesús lo hizo, y que, ese debe ser nuestro estilo de vida.

Jesús estuvo dispuesto a dejarlo todo por obedecer a su Padre, y ese debe ser nuestro sentir fundamental.

Jesús, renunció a su posición en el cielo, su Gloria, su Majestad, su Autoridad y su esplendor; todo esto, por nosotros, para salvar lo que se había perdido.

¿Te das cuenta de que, Él no tuvo que pensarlo dos veces para dejar su posición e ir tras de una humanidad llena de pecado?

¿Tu trato con los demás, se caracteriza por ese mismo sentido de renuncia? ¿O te aferras a tus propios intereses? 

¿Eres capaz de poner en primer lugar las necesidades de los otros antes que las tuyas?

¿Vive en ti, ese mismo sentir de Jesús?

Jesús, se despojó de sí mismo y se hizo siervo. 

Ser siervo, es ser esclavo, alguien que no tiene libertad y que recibe las órdenes de su amo. En la época del Nuevo Testamento, un siervo era un esclavo que llevaba una vida limitada, con privaciones, llena de trabajo y servicio. 

Jesús, fue el siervo perfecto.

El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en recate por muchos.

Mateo 20:28

Esta es la misma actitud fundamental que debemos de tener como creyentes; renunciando a nuestra propia voluntad y someterla a la voluntad de Dios.

Jesús, sirvió a los hombres sin acepción de personas; tanto a ricos como a pobres. Llamó amigo al que lo traicionó, e incluso, le lavó los pies; todo esto, hizo Jesús para que nosotros siguiéramos Su ejemplo.

Jesús renunció a Su Omnipotencia, a Su Omnisciencia y a su Omnipresencia.

Nosotros, muchas veces, no renunciamos a nuestro orgullo, a nuestra soberbia y no queremos hacerle un favor a nadie, y menos aún, si no lo conocemos.

El sentir de Jesús, era tomar el lugar del débil, del menospreciado, del miserable.

¿Este proceder de Jesús, es el mismo que hay en ti?

Jesús, fue obediente hasta el día de su muerte y muerte de Cruz.

Nosotros, no queremos ser sacados de nuestra zona de confort para servir a los demás, y creemos, que lo que hemos hecho, ya ha sido suficiente, pero, sólo para nosotros; pero, nunca pensamos si ha sido suficiente para honrar a Dios.

Dios nos dice, que no es necesario hacer grandes hazañas, ni tampoco podemos cambiar al mundo, pero, sí podemos ser un creyente verdadero, que da el primer paso para marcar la diferencia e identificarnos como hijos de Dios, siendo obedientes hasta la muerte, y poniéndonos en la misma posición de Cristo.

Debemos ser esos luminares en medio de esta generación perversa y maligna.

Ahora, nos toca a nosotros recorrer el camino de la obediencia, demostrando el mismo sentir de Jesús; y créeme, que,si queremos ver algún cambio dentro de nuestra sociedad, debemos empezar por cambiar nosotros; pues, nuestra personalidad, nuestra mentalidad, nuestra manera de actuar, deben determinar nuestra vida.

Debemos estar dispuestos a renunciar a nuestros propios derechos y a nuestras comodidades, pues, esta actitud, debería ser básica en el trato con los demás; pensando siempre, que todo es:

“PARA LA GLORIA Y LA HONRA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO”