¿ Racionalizar el Amor ?

Por Nicole di Mateo

CONTENIDO DE PSICOLOGÍA


Se sufre demasiado por amor, ésa es la verdad. Incluso los que se vanaglorian de estar perfectamente acoplados a su pareja, en lo más recóndito de su ser a veces albergan dudas, inseguridades o pequeños miedos anticipatorios respecto a su futuro afectivo. Nunca se sabe…

¿Quién no ha sufrido alguna vez por estar con la persona equivocada, por sentir un bajón en el deseo o simplemente por la caricia que nunca llegó?

No hay nada más hipersensible que el amor, nada más arrebatador, nada más
vital. Renunciar a él es vivir menos o no vivir.

El amor es múltiple. La experiencia afectiva está conformada por un conjunto de variables que se entrelazan de manera compleja. Sin lugar a dudas, sentir el amor es más fácil que explicarlo porque nadie nos ha educado para amar y ser amados, al menos de manera explícita. El afecto, en casi todas sus formas, nos embiste y trasciende.

Se me dirá que el amor no es para «entenderlo» sino para sentirlo y disfrutado y que el romanticismo no soporta ningún tipo de lógica: nada más erróneo. La actitud sentimentalista, además de ingenua, es peligrosa, ya que una de las principales causas del «mal de amores» nace precisamente de las creencias irracionales y poco realistas que hemos elaborado sobre el afecto a lo largo de nuestra vida.

Las concepciones erróneas del amor son una de las principales fuentes de sufrimiento afectivo.

¿Racionalizar el amor?: así es, no demasiado, solamente lo necesario para no intoxicarnos. Amor deseado (principio del placer) y amor pensado (principio de realidad), lo uno y lo otro, razón y emoción en cantidades adecuadas.

Al amor no solo hay que degustarlo sino incorporado a nuestro sistema de creencias y valores. Se trata de incrementar el «cociente amoroso» y ligar el corazón a la mente de tal manera que podamos canalizar saludablemente el sentimiento.

Dicho de otra forma: hay que ordenar y regular el amor para hacerlo más amigable y próximo a las neuronas. No hablo de restringido o cortarle las alas, sino de enseñar le a volar.


¿Qué queremos decir cuando hablamos de amor o cuando decimos que estamos enamorados? Utilizamos como sinónimos de amor un sinnúmero de palabras que no significan lo mismo: pasión, ternura, amistad, erotismo, apego, enamoramiento, simpatía, afecto, compasión, deseo y expresiones por el estilo.

No hemos podido precisar qué es el amor ni unificar su terminología. Para algunos, amar es sentir pasión, para otros, amor y amistad son la misma cosa, y no pocos asocian el amor a la compasión o a la entrega total y desinteresada.

Pero, ¿quién tiene razón? ¿Los que defienden el sexo, los que prefieren el compañerismo o los que piensan que el verdadero amor es un hecho espiritual?
De acuerdo con los filósofos Comte-Sponville y Gution, entre otros, pienso que el amor podría estudiarse mejor a partir de tres dimensiones básicas. Guando estos elementos logran acoplarse de manera adecuada, decimos que estamos en presencia de un amor unificado y funcional.

De acuerdo con sus raíces griegas, los nombres que reciben estos tres «amores» son: eros (el amor que toma y se satisface), philia (el amor que comparte y se alegra) y ágape (el amor que da y se compadece).


Hace algunos años, en otra publicación, propuse una estructura tripartita similar del amor: amor Tipo I (más emocional) referido al enamoramiento, Tipo II (más cognitivo/racional) referido al amor conyugal y Tipo III (más biológico) relacionado con el amor maternal. Sin embargo, la nueva clasificación arriba propuesta es más completa y rica en conceptos, más aplicable a la vida práctica y más sustentada.


Un amor completo, sano y gratifican te, que nos acerque más a la tranquilidad que al sufrimiento, requiere de la unión ponderada de los tres factores mencionados: deseo (eros), amistad (philia) y ternura (ágape). La triple condición del amor que se renueva a si misma, una y otra vez, de manera inevitable.


Una pareja funcional no necesita tener sexo cinco veces al día (la calidad es mejor que la que prefieren el compañerismo o los que piensan que el verdadero amor es un hecho espiritual.


De acuerdo con los filósofos Comte-Sponville y Gution, entre otros, pienso que el amor podría estudiarse mejor a partir de tres dimensiones básicas. Guando estos elementos logran acoplarse de manera adecuada, decimos que estamos en presencia de un amor unificado y funcional.

De acuerdo con sus raíces griegas, los nombres que reciben estos tres «amores» son: eros (el amor que toma y se satisface), phília (el amor que comparte y se alegra) y ágape (el amor que da y se compadece).


Un amor completo, sano y gratifican te, que nos acerque más a la tranquilidad que al sufrimiento, requiere de la unión ponderada de los tres factores mencionados: deseo (eros), amistad (philia) y ternura (ágape). La triple condición del amor que se renueva a sí misma, una y otra vez, de manera inevitable.

Entonces no hay un amor de» pareja, hayal menos tres amores reunidos alrededor de dos personas, y
la alteración de cualquiera de ellos hará que el equilibrio vital del afecto se pierda y el sufrimiento aflore.

La alteración afectiva puede provenir de eros (por ejemplo, cuando sentimos que no somos deseados o que ya no deseamos a nuestra pareja), de philia (por ejemplo, cuando el aburrimiento se hace cada vez más patente y la alegría languidece), de ágape (por ejemplo, cuando la falta de respeto y el egoísmo comienzan a hacerse frecuentes) o de cualquier combinación de ellos que resulte disfuncional.

Algunas personas intentan resignarse a un amor inconcluso, pero tarde que temprano, el déficit termina por alterar la relación y la tranquilidad personal ¿Amor de pareja sin deseo?: lo dudo, o entonces es otra cosa.

¿Convivir con el enemigo? insostenible ¿Despreocuparse por el bienestar de la persona amada?: demasiado cruel.

Insisto: sólo en la presencia activa e interrelacionada del deseo, la amistad y la compasión, el amor se realiza. El amor incompleto duele y enferma.

Conozco gente que ha disociado los tres amores hasta configurar una especie de Frankenstein afectivo. Eros: una o dos veces por semana con el o la amante. Philia: en el hogar, junto a la esposa o el esposo.

Y ágape: los domingos en misa. Cuanto más disgregados estén los componentes del amor, mayor será la sensación de vacío y desamor. En otros casos, las necesidades y expectativas de los integrantes de la pareja no coinciden y los componentes del amor se pierden en una maraña de confusión y malos entendidos. Si no tenemos un esquema cognitivo (mental) para interpretar los hechos, será imposible resolverlos.

Un matrimonio llevaban once años de casados. Su matrimonio había sido aparentemente satisfactorio, al menos ésa era la imagen que proyectaban ante la gente, sin embargo, lentamente y de manera encubierta, el amor había comenzado a fragmentarse. Mario sentía que su vida sexual ya no era tan gratificante (necesitaba más frecuencia y mejor calidad) y Adriana se quejaba de soledad afectiva (necesitaba un compañero con quien compartir y comunicarse). Ambos estaban atrapados en
un círculo vicioso del cual no eran muy conscientes: ella no era capaz de abrirle las puertas a eros, sin el prerrequisito de la amistad de pareja, y él se negaba a cualquier aproximación amistosa (philia) sin eros.

La trampa psicológica también se hacía extensiva a ágape, ya que al estar frustrados y dolidos por la carencia que sentían, ninguno se preocupaba por el bienestar del otro.

En conclusión: ni eros, ni philia, ni agape. La solución no era fácil porque implicaba que ambos dejaran la obstinación a un lado y pensaran en el bienestar del otro, es decir, había que activar ágape para hacer que la sexualidad y la amistad
pudieran encontrarse dentro y fuera de la cama.

Más concretamente: Mario debía mejorar su philia, independientemente de que el matrimonio pusiera a funcionar su eros, la esposa debía mejorar su eros,
independientemente de que el esposo se volviera más comunicativo y amistoso.


Como una canción de los años sesenta que decía: «Hay medio mundo esperando/ con una flor en la mano/ y la otra mitad del mundo/ por esa flor esperando». El orgullo inmoviliza.

Sólo con ayuda profesional fueron capaces de reestructurar e integrar (equilibrar, armonizar) cada una de amor, pero su aparición tampoco desplaza o suprime a sus dos antecesores: una vez más, los incluye y los completa.

Como se verá a lo largo del texto, puede haber sexo agápico (eros y ágape) y amistad
desinteresada (philia y ágape).


Entonces no hay un amor de» pareja, hayal menos tres amores reunidos alrededor de dos personas, y la alteración de cualquiera de ellos hará que el equilibrio vital del afecto se pierda y el sufrimiento aflore.

La alteración afectiva puede provenir de eros (por ejemplo, cuando sentimos que no somos deseados o que ya no deseamos a nuestra pareja), de philia (por ejemplo, cuando el aburrimiento se hace cada vez más patente y la alegría languidece), de ágape (por ejemplo, cuando la falta de respeto y el egoísmo comienzan a hacerse frecuentes) o de cualquier combinación de ellos que resulte disfuncional.

Algunas personas intentan resignarse a un amor inconcluso, pero tarde que temprano, el déficit termina por alterar la relación y la tranquilidad personal ¿Amor de pareja sin deseo?: lo dudo, o entonces es otra cosa.


EL ARCHIMILLONARIO

Se llama Armando Fuentes Aguirre y usa el Seudónimo «Caton», es un Periodista Mexicano brillante y vale la pena leer su Nota que está abajo.

… «Me propongo demandar a la Revista «FORTUNE», pues me hizo víctima de una omisión inexplicable.

Resulta que PUBLICÓ LA LISTA DE LOS HOMBRES MÁS RICOS DEL PLANETA, Y EN ESA LISTA NO APAREZCO YO!

Aparecen, el sultán de Brunei y también los herederos de Sam Walton y Takichiro Mori.

Figuran ahí también personalidades como la Reina Isabel de Inglaterra, Stavros Niarkos, y los Mexicanos Carlos Slim y Emilio Azcárraga.

SIN EMBARGO, A MI NO ME MENCIONAN EN LA REVISTA»FORTUNE».

Y YO SOY UN HOMBRE RICO, INMENSAMENTE RICO.

Y si no, vean ustedes:

TENGO VIDA, QUE RECIBÍ NO SÉ POR QUÉ, Y SALUD, QUE CONSERVO NO SÉ CÓMO.

TENGO UNA FAMILIA, Esposa adorable que al entregarme su vida me dio lo mejor de la mía; Hijos maravillosos de quienes no he recibido sino felicidad; Nietos con los cuales ejerzo una nueva y gozosa Paternidad.

TENGO HERMANOS, que son como mis Amigos, y

TENGO AMIGOS que son como mis Hermanos.

TENGO GENTE que me ama con sinceridad a pesar de mis defectos, y a la que yo amo con sinceridad a pesar de mis defectos.

TENGO CUATRO LECTORES a los que cada día les doy gracias porque leen bien lo que yo escribo mal.

TENGO UNA CASA, y en ella muchos Libros (mi Esposa diría que tengo muchos Libros, y entre ellos una Casa).

POSEO UN PEDACITO DEL MUNDO en la forma de un Huerto que cada año me da Manzanas que habrán acortado aún más la presencia de Adán y Eva en el Paraíso.

TENGO UN PERRO que no se va a dormir hasta que llego, y que me recibe como si fuera yo el dueño de los cielos y la tierra.

TENGO OJOS que ven y OÍDOS que oyen; PIES que caminan y MANOS que acarician; CEREBRO que piensa cosas que a otros se les habían ocurrido ya, pero que a mí no se me habían ocurrido nunca.

SOY DUEÑO de la común herencia de los hombres: alegrías para disfrutarlas y penas para hermanarme a los que sufren.

¿PUEDEN EXISTIR MAYORES RIQUEZAS QUE LAS MÍAS?

¿Por qué, entonces, no me puso la Revista «Fortune» en la Lista de los Hombres más ricos del Planeta ?

¿Y A TI, CÓMO TE CONSIDERAN

¿RICO Ó POBRE?

HAY GENTE POBRE, PERO TAN POBRE, QUE LO ÚNICO QUE TIENE ES: DINERO…»   Bendiciones 

¡ Hola Bienvenido !

Nicole Di Mateo

Te invito a leer otro artículo mío.

Al menos 3 Amores Reunidos Alrededor de 2 Personas.

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