El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia
Romanos 4:18
El principio que subyace en el trato de Dios con la humanidad, judía y gentil, a su pueblo, es que da sus promesas por gracia, y las personas las reciben por fe.
Dios prometió a Abraham, sin hijos, que engendraría una multitud de personas. Aunque Abraham y Sara ya habían pasado la edad en la que normalmente esperarían tener hijos, Abraham siguió confiando en la promesa de Dios y creyó que Dios podía hacer lo imposible.
Dios aceptó a Abraham como justo porque éste confió en que haría lo que había prometido. Del mismo modo, Dios aceptará como justos a quienes confíen su salvación en lo que Cristo ha hecho por ellos mediante su muerte y resurrección.
La fe es certeza y convicción.
La fe se ríe de las imposibilidades porque se apropia de las promesas del que no puede fallar.
La fe ve más allá de la oscuridad de las circunstancias adversas y camina resuelta y supremamente, incluso cuando la esperanza humana ya ha entregado los puntos.
La fe espera contra la esperanza, sin disminuir nunca. ¡Hemos sido salvados por la fe y caminamos por fe y en fe! Dios nos llama a vivir por fe y no por lo que vemos.
La fe ve lo que los ojos no ven, toca lo que las manos no sienten y se apropia de lo que es humanamente imposible.
Abraham fue justificado por su fe, no por las buenas acciones que realizó. La justicia es un don que se recibe por la fe, no un pago por el trabajo que hace la persona. David, al igual que Abraham, sabía que la justicia viene sólo por la gracia de Dios, no por las buenas obras.
Abraham, creyó el testimonio de Dios y esperó el cumplimiento de su promesa, con una firme esperanza cuando el caso parecía sin esperanzas.
Es debilidad de la fe lo que hace que el hombre se agobie por las dificultades del camino hacia una promesa. Abraham no la consideró como tema que admitiera discusión ni debate. La incredulidad se halla en el fondo de todas nuestras dudas de las promesas de Dios.
El poder de la fe se demuestra en su victoria sobre los temores. Dios honra la fe y la gran fe honra a Dios.
La seguridad en Jesús, va más allá de liberar a un hijo de Dios, lo capacita,para sentir que el gran negocio de la vida es que en Dios es un negocio establecido, que la gran deuda, es una deuda pagada, la gran enfermedad, es una enfermedad sanada, el gran trabajo, es un trabajo terminado; y todos los otros negocios, enfermedades, deudas y trabajos, son pequeños en comparación al proposito que tenemos en El Señor.
En este sentido, la seguridad hace paciente a un hijo de Dios en la tribulación, tranquilo ante la pérdida, inamovible en el dolor, sin temor de malas noticias;
En toda situación está satisfecho, ya que le da estabilidad en su corazón. Endulza su copa amarga, aligerar la carga de sus cruces, suaviza las asperezas del lugar por donde viaja e ilumina el valle de sombra de muerte.
Lo hace sentir, que él tiene algo sólido bajo sus pies y algo firme en sus manos, que tiene a un amigo confiado y un hogar seguro al final del camino.
No se quien necesita leer este mensaje el día de hoy, pero escudriña tu corazón y si no tienes suficiente Fe, pídesela a Jesús que te ayude, te guie, cofia y obedece Al Señor.
Amado Dios
Te saludo lleno de alegría en esta hermosa mañana y te doy gracias por la dicha de haber despertado a vivir un nuevo día que sin duda estará lleno de triunfos, bendiciones y oportunidades para alcanzar mis más grandes anhelos, ser feliz y ayudar a los demás.
Señor, cada nuevo día trae consigo nuevos retos y nuevos desafíos. Te pido que por favor me colmes de voluntad y valentía para vivir esta nueva jornada con alegría y entusiasmo.
Dame humildad para los triunfos y dignidad en las derrotas. En tus manos dejo cada una de mis misiones de hoy, te pido que guíes mis acciones y me ayudes a alcanzar mis propósitos.
Tómame de la mano y por favor avanza junto a mí en este bello camino de la vida, pues si Tú estás conmigo, no habrá mal que me derrumbe, envidia que me afecte, ni pruebas que no pueda superar; porque eres Tú quien llena mi existencia de dicha, bendiciones y prosperidad.
Te pido también, amado Padre, que me concedas paz y entendimiento, para así poder tener control de mis palabras, mis pensamientos y mis acciones; y a través de ellas edificar, iluminar y sembrar solidaridad y amor entre mis hermanos; te suplico que me conviertas en un instrumento de tu obra.
Eres un Dios maravilloso y me has regalado un hogar seguro y una bella familia. Por medio de esta oración nos entregamos a tu sublime protección, todo nuestro ser, nuestra casa y lo que nos has dado estará bajo tu fiel cuidado.
Amado Dios: Nuestra confianza esta en Ti y por eso también confiamos en cada uno de los planes que tienes para nosotros. Y aunque a veces no entendemos algunas cosas que suceden, nuestra fe es inquebrantable porque sabemos que contigo en nuestras vidas todo siempre saldrá bien,