La Voluntad De Amar En El Matrimonio.

Con frecuencia, el concepto del amor, es malinterpretado. No es tan sentimental como la mayoría de las personas, dicen. En realidad, el amor, es una decisión, un acto de voluntad.

El amor cristiano, que es la clase de amor divino, es un esfuerzo deliberado, y Dios, nos da la gracia para hacerlo realidad; empezando por nuestra misma casa.

(Juan 3:16) expresa el amor, que excedió todas las expectativas humanas. No fue la expresión de una emoción pasajera, sino, “un acto de la voluntad de Dios”.

Dios, es la fuente de amor. La Palabra de Dios, nos guía y nos conduce a la prioridad del amor. En el matrimonio se debe amar, como Cristo, amó; se debe servir, como Cristo, sirvió; se debe ser puro y santo, como Cristo lo es; y se debe estar dispuesto a dar todo a la pareja.

El matrimonio, revela nuestro egoísmo, pues, llegamos al matrimonio, pensando, que estamos preparados para todo; incluso, para aquello, que pudiera salir mal.

Muchas parejas, planifican todo al inicio de su matrimonio. El plan de los 5 años, el de los 10 años, el de los hijos, a la edad de los 25 años, etc. Sólo para descubrir, que sus planes, se desmoronan alrededor de ellos.

Realmente, no podemos planificar lo desconocido, pero, si podemos planificar, que lo desconocido, puede ocurrir.

La clave de esto, no se encuentra en un listado, ni en libros acerca del matrimonio. El secreto, está en las noticias de las “Buenas Nuevas”. ¡El Evangelio, que puede cambiarlo todo!

El apóstol Pablo, entendió el valor supremo de Cristo, y escribió en su carta a los Filipenses:

“yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor”.

Filipenses 3:8

Cristo, es supremamente valioso, es mejor que alcanzar un éxito económico, salud física, tener hijos, o placeres, que el mundo ofrece. Estas cosas, son bendiciones, pero, no son lo supremo.

Con cada prueba, esta verdad, es más real. En la medida que va cambiando cada aspecto de nuestros planes, podemos ver, la mano de Dios, amorosamente, guiándonos, para ver a Su Hijo, mejor que a nuestros planes. Él, mueve nuestros ídolos, y los reemplaza consigo mismo.

En el matrimonio, debemos planificar para lo desconocido que nos pueda acontecer, aferrándonos a Cristo y a Su infinito amor, que ha sido derramado en nuestros corazones;

orando y pidiéndole a Él, que abra nuestros ojos, para ver a Cristo, más precioso, que la vida misma. Lo desconocido en nuestra vida, nos puede acercar más a Cristo, quitando aquellos ídolos, que nos impiden verlo a Él, con el valor supremo.

Dios, guía nuestros pensamientos a través de Su Santo Espíritu; leyendo Su Palabra y platicando con Él, en oración.

Regocijarse en Su Presencia, nos hace oír su voz; nos hace saber aquello, que aún no conocemos, nos recuerda aquello, que ya nos había enseñado, nos imparte Su Sabiduría, y nos da Gozo y Paz, que sobrepasa todo entendimiento.

Al poner nuestros ojos en el Todopoderoso, podremos aplicar sus enseñanzas dentro de nuestros matrimonios, enfrentando tiempos de bendición, así como, adversidades, donde, Él, nos dará la victoria.

El matrimonio, no es un infierno, pero, sí será un calvario si no tienes a Jesús guiándote, porque en el amor, toca morir a nosotros mismos a nuestro orgullo o egoismo por el beneficio del otro. No es la gloria, pero, es como un pedacito del Edén, donde, en comunión con Dios, los amados, cultivan su huerto. No es difícil, cuando Cristo, es el arquitecto, pero, sin Cristo, ya es fracaso seguro.

No es fácil, no tanto por los defectos de nuestra pareja, sino, por la maldad de uno mismo.

No es siempre, cómodo, pero, hay que trabajar, para que sea delicioso y apartado para Dios. No será eterno. El trato es, “hasta que la muerte nos separe”.

AMADO DIOS

Señor mío, Dios mío, en esta nueva mañana me presento ante Ti para alabarte y darte gracias por cada una de las bendiciones que Tú me das con amor y generosidad.

Tu sublime presencia ilumina mis días, Tu compañía me guía por el buen camino y Tu bondad llena mis jornadas de éxito, prosperidad y alegría; por todo te doy infinitas gracias.

Padre omnipotente, cada día y cada semana que pasa, yo necesito más de Ti; te suplico que tu presencia brille con fuerza en mi vida, la vida de mi familia y la vida de mis amigos, como luz hermosa que nunca se apaga.

Te pido también que seas Tú quien nos guíe, quien nos cuide y quien oriente nuestros pasos por caminos buenos, de bienestar y justicia, protegiéndonos siempre de todo mal y de cualquier peligro.

Permítenos despertar cada día llenos de fuerza, vitalidad y entusiasmo para poder luchar por nuestros objetivos, no asientas que nos perdamos en las penumbras de la desesperación y la desesperanza y siempre cúbrenos con tu maravilloso manto de protección.

Nosotros nos mantendremos cerca de Ti, así como Tú te mantienes cerca de nosotros, porque donde Tú estás todo es perfecto y no hace falta absolutamente nada.

Por favor bendice todo lo que emprendamos en esta nueva semana y cómo sé que todo lo que se pone en tus magnificas manos se multiplica, hoy encomiendo a Ti nuestras vidas, nuestros sueños y nuestras luchas diarias, para que seas Tú quien nos colme de dicha, actitud y triunfo.

Amado Dios, Tú eres maravilloso, siempre eres fiel y haces brillar tu sol para que llene mis días de bienestar y alegría. Por eso termino esta oración llena de ilusión, pues estoy seguro que Tú siempre me escuchas y serás cumpliendo tu esplendida palabra en mi vida,

La Gracia del Sr. Jesús este contigo. Amén.

Por Ma. Guanajuato González

¡ Hola Bienvenida !

Lourdes Salcedo Cárdenas

Te invito a leer otro artículo mío.

LAS CINCO MANERAS DE AMAR: EL AM❤R AGAPE

Te invito a que escuches la siguiente Audio Crónica:

NOTICIAS DEL REINO

TU PERIÓDICO DIGITAL

Deja un comentario