Por qué es importante nuestra comunión con Dios.

Por Rafael de la Sierra L

Estando enfrente de mi ordenador, me cuesta trabajo el poder tener un tema para comunicarlo, y creo, que voy a escoger, el “Cómo Gestiona su Milagro Ana”. Te voy a dejar estas llaves:

CONOCER A DIOS

En el Antiguo Testamento, podemos conocer la vida del Profeta Samuel y la historia de David, que fue ungido por el profeta por orden de Dios, para ser Rey.

Es interesante, adentrarnos un poco en la vida del profeta, y saber, que su mamá Ana, no podía tener hijos, lo cual, la tenía muy triste, pero ella, no se quedó de brazos cruzados; sabiendo su limitación, decidida, fue y le oró a Dios, haciéndole una promesa,  que podemos leer en 1 De Samuel 1 :11,he hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida.

BUSCAR CON FE A DIOS

Es importante, como Ana, había constantemente buscado a Dios, hasta había pensado, que estaba olvidada por Él. Cuántas veces no nos sentimos así, que nuestras plegarias, no son contestadas. Nos sentimos presionados y empiezan a entrar pensamientos a nuestra alma, recreando historias, que hasta podríamos hacer el guion de una telenovela o una película. Por lo general, son negativos y hacemos caso al mundo, y lo que nos ofrece este. Creemos que Dios no ve nuestra aflicción y te cuestionarás, ¡pero, si somos sus hijos!

TENÍA CLARO EL SENTIDO DE SU VIDA.

Ana, sabía y tenía  muy claro, lo que le quería pedir a Dios,y que iba hacer con esa petición, “cuando tienes un porqué para vivir, casi siempre encontrarás el cómo.” También, podemos leer, que no solamente quería un hijo, sino, que fuera hombre. El motivo era, que se lo quería entregar al profeta, que en ese momento era Elí, para que lo educara en las escrituras y estuviera cerca de Dios.

Observemos, la determinación de Ana, no se estancó en sus sentimientos o circunstancias, sino que, dio por hecha su petición, porque podemos leer lo siguiente: en V. 18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más tristeza. Ana, sabía que quería el favor de Dios, aunque no lo mereciera. 

HUMILDAD 

La gracia, que quiere que le reconozca Dios, es que necesita de Su ayuda, para poder cumplir con un propósito, de una forma correcta, aunque, ella sabía que era estéril (no podía tener hijos). Cuántas veces en nuestra vida, no sabemos, cómo podríamos arreglar algo destruido, o restituir el tiempo perdido, o arreglar el caos en que vivimos. Y no nos acordamos o nos distrae el miedo o duda pero ÉL  existe y es real y aparte experto en sacar una dificultad en un propósito bueno para cada uno de nosotros ; que necesitamos que alguien nos ame, cuando menos no lo merecemos, y saber, que Él está ahí.

PONER PRIMERO A DIOS.

Es importante notar algo, espero que me sigas, volvamos a la historia. En la petición de Ana, no vemos egoísmo, sería natural de querer a ese hijo para ella, para cubrir vacíos posiblemente, de afecto, sociales, o simplemente, de amar a un hijo. Y, rompiendo cualquier lógica, lo que quería, era ofrecérselo a Dios. Podemos leer, que Ana, lo seguiría viendo en los años venideros y estaría al pendiente de él.

LO QUE NOS ESTORBA: EL ORGULLO Y EGOSIMO

Observando con más frecuencia, y te puedo decir, que estamos en una época, que vemos cada vez más, un egoísmo y un orgullo homicida; viviendo en la oscuridad, un rechazo y abandono de la verdad. El no someternos a Dios, rechazando y celebrando el pecado, llamando bien al mal, centrándonos en nosotros mismos y en nuestros propios deseos, defendiendo estilos de vida, que son contrarios a Dios. Olvidándonos de nuestras responsabilidades con Dios y con quien nos rodea.  

AGRADECIMIENTO POR NUESTRO MILAGRO

Volvamos a nuestra historia. Podemos leer lo siguiente: V. 20. Aconteció, que, al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre, Samuel. Leemos: Por cuanto lo pedí a Jehová. Observemos el milagro, como Ana, estuvo alineada a la Voluntad de Dios. Podríamos pensar, que Ana, cumplió su promesa de entregárselo a el profeta Elí, para su educación, una especie de seminario. Ella creía, en agradar primero a Dios y su propósito, que era enorme. Samuel, en los años siguientes, leemos, que él dirigiría y sería,el profeta y sacerdote del pueblo de Israel. Ungiría,al futuro Rey Saúl y al Rey David.

Es importante ver, que debemos poner a Dios,primero en nuestras vidas, llenarnos del Espíritu Santo, de Jesús, para no distraer nuestra fe en cosas que son eventuales y generalmente frívolas, sin valor. Dios, conoce nuestras limitaciones, aparte de todas las cosas, él sabe, lo que es el sufrimiento, por qué lo experimentó en la cruz. Debemos de estar dispuestos, a hacer sacrificios por Dios y los demás, se nos llama, a ser la luz del mundo, a servir, anteponer las necesidades de los demás a las nuestras; no es una tarea fácil, pero, es una que debemos emprender, si queremos seguir a Jesús fielmente.

Amar, cuidar a nuestra familia, a protegerla, de la misma manera que Jesús lo hace dando su vida por nosotros. 

Concluyendo y volviendo a nuestra historia, Ana da las gracias, recordándole a Dios, que ella fue persistente y orándole a Dios en todo momento. Pidiendo de su ayuda, y reconociendo su gracia,para obtener lo que había pedido.

Estaba tan contenta, que hizo una canción, que podemos leer en el capítulo 2 del libro 1 de Samuel. Quiero acabar, diciéndote, que Ana tuvo más hijos.  Dios, la siguió bendiciendo, con 3 hijos y 2 hijas más, podemos leer en la Biblia, este actuar de Dios. Él nunca te olvida; es fiel, justo, soberano, amoroso, poderoso.

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