Por tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos, al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe.
Hebreos 12;1-2 NTV
Hay cargas, pesos innecesarios de llevar y que hacen la carrera más difícil, Si tenemos que correr esta carrera, procuremos hacerla con el menos peso posible.

Un peso completamente innecesario y que pesa tanto,que no nos deja correr la carrera de la vida con libertad, que nos limita y esclaviza:
La culpa. Sentimiento de auto condenación.
Especialistas hablan de dos tipos de culpa:
• Imaginaria. (asumimos sin tener responsabilidad, y es cuando decimos: si le hubiera dicho, si hubiera hecho, si hubiera estado ahí)
• Real. (asumir la responsabilidad)
Condenación: Es mala (enemigo) y es externa.
Convicción: Buena, nos lleva al arrepentimiento (E.S) interna.
Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del juicio que viene.
Juan 16:8 RVR 1960
El Espíritu Santo redarguye y convence. Si no lo resolvemos con arrepentimiento, el enemigo traerá culpa.
La culpa: La sentimos cuando erramos en cumplir una norma o ley, cuando cruzamos una línea, ética, moral o legal.
La culpa, es un estado o una condición, más que un sentimiento.
La culpa, entró a la humanidad cuando Adán y Eva trasgredieron la ley, cuando cometieron alta traición contra Dios
Está la instrucción. Es sólo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se permite comer.
Genesis 3:3
Con esta transgresión, llegó un sentimiento de culpabilidad. La culpa les hizo sentirse desnudos y avergonzados. Trataron de cubrirse.
Y el Señor Dios hizo ropa de pieles de animales para Adán y su esposa.
Genesis 3.21
1er sacrificio, derramamiento de sangre para Dios cubrir su transgresión. Tipo sombra de Cristo. (ustedes,no pueden por sí mismos, yo lo haré por ustedes)
Hebreos 9:2 De hecho, según la ley de Moisés, casi todo se purificaba con sangre porque sin derramamiento de sangre, no hay perdón.
Dios mismo, trazó un plan para liberarnos de la culpaa través de Su Hijo.
Los sentimientos de culpa, son útiles cuando nos impulsan al arrepentimiento (E.S. redarguye) y esto nos acerca a Dios. (arrepentimiento)
Satanás, también puede utilizar los sentimientos de culpa para alejarnos de Dios. (condenación)
Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.
2 Corintios 7:10 NTV
La clase de tristeza (culpa) que Dios desea que suframos, nos aleja del pecado y trae como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza, pero la tristeza del mundo (condenación), a la cual, le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual.
La culpa de este mundo, está llena de condenación y desesperanza. Nos dice que somos malos y que nada nos hará suficientemente buenos para acercarnos a Dios. Nos miente sobre el carácter de Dios. Nos hace hacer cosas (obras) para ganarnos el favor de Dios y nos limita para cumplir su propósito.
Realmente, es una carga muy pesada, que nos hace rendirnos, sentirnos derrotados e incapaces de seguir la carrera.
Romanos 8:1 NTV. Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús.
2 corintios 5:21 NTV Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en relación con Dios por medio de Cristo.
Dios ha tomado la justicia de Cristo y nos la ha otorgado. (intercambio divino)
Pero si confesamos nuestros pecados a Dios, Él es Fiel y Justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
1 Juan 1:9 NTV
Cuando fallamos, tenemos la promesa de Dios, de que,si le confesamos nuestros pecados, nos perdona y borra todo rastro de culpa.
Muchos, batallan con la falsa culpa, son perdonados y todavía se sienten culpables. Atrapados en la culpa. Pueden pensar, que quizá ya Dios los perdono, pero no se han perdonado así mismos, actúan castigándose.
Aferrarse a la culpa después que nos arrepentimos y lo confesamos a Dios, siendo perdonados por Él, es orgullo.
La humildad acepta con gratitud el perdón. El orgullo dice: Dios puede perdonarme, pero, mi estándar es más alto que el de Dios.
Al aferrarnos a la falsa culpa, estamos ofendiendo y menospreciando el sacrificio de Jesús en la cruz.
La falsa culpa puede impedirnos crecer hasta convertirnos en cristianos maduros y correr la carrera con ligereza, para cumplir nuestro propósito y decir como el apóstol Pablo: he acabado la carrera con gozo, he guardado la fe.


AMADO DIO
En esta nueva mañana despierto con mucha alegría y esperanza para decirte que desde lo más profundo de mi corazón, te doy gracias. Te doy gracias Señor, porque sé que Tú tienes grandes propósitos para mi vida y que con cada nuevo amanecer me das la posibilidad de ponerme en pie y alcanzar todas mis metas.
Gracias amado Dios porque eres Tú quien día tras día me sostiene con su afecto, me libra de todo mal y colma mi vida de hermosas bendiciones. Me das un techo donde descansar, me abrazas con tu amor, me das el pan de cada día y me permites vivir con ilusión, fe y esperanza.
Mi vida es feliz y dichosa porque puedo sentir tu presencia a cada instante. Por favor amado Dios, asísteme hoy, cada día y nunca te apartes de mí, pues en tu nombre son todos mis triunfos, mis anhelos, mis conquistas y mis obras.
Cuando me aparto de Ti solo hay desolación y tristeza. Cuando voy de tu mano, puede que encuentre algún obstáculo, pero lo tomo como aprendizaje y sigo avanzando con la paz y la serenidad que dan tu compañía. Todo está bien cuando me dejo guiar por tu luz, Señor.
Padre eterno, en tus manos pongo esta nueva jornada y te pido que seas Tú guardándome a mí y a mi familia tanto dentro, como fuera de nuestro hogar. Cúbrenos con tu hermoso manto de esperanza y claridad, protégenos de todo peligro, de las malas intenciones del enemigo mezquino, bendice cada una de nuestras actividades, danos la fuerza necesaria para continuar firmes en medio de las pruebas y humildad para vivir nuestros triunfos.
Amado Dios, empiezo este nuevo día con ilusión y felicidad, porque sé que Tú me amas, Tú escuchas mi oración y Tú serás llenándome de tu amor, de tu paz y de tu fortaleza,
En el nombre de Jesús Amén.
Por Ma. Guanajuato González Catañales











