Por Marlene Socorro Herrera Huerta.

CONTENIDO CRISTIANO
La monotonía en el Señor, no existe. Todo es inédito. Ningún día es lo mismo. Todos los días son nuevos.
Todo son retos diarios. Nada es cotidiano. Los sucesos, las personas, todo es reciente. Por favor, dime mi Señor. Tú, que nos haces vivir cosas que necesitamos superar y a veces sentimos que no podemos más.
Nos sentimos agotados y nos sentimos angustiados, presionados. A veces, no vemos una luz en medio de tantas tinieblas o en la oscuridad, sólo la percibimos.
Padre nuestro, danos de tu corazón, tu mente, tu carácter, tu visión hacia el mundo celestial. No podemos quedarnos sin hacer nada al respecto. Sino a luchar.
La vida es una batalla.
Si, una donde todo es aprender cosas nuevas, diferentes, y a veces extrañas para nosotros. Pero todo lo vivido vale la pena. Ya que de los errores se aprende y de los triunfos también.
Todo sirve para la obra del Señor. Nuestra vida vale la pena. No es por casualidad nuestra existencia siempre hay un propósito. La vida vale la pena vivirla.
¿Cómo expresar la delicia de seguir vivo?
Con alegría, con regocijo y muchas ganas de vivir. Tenemos todo para triunfar. El deseo es más ferviente, ahora más que nunca, porque el júbilo, hoy por hoy, es uno tan grande, que queremos llegar hasta los rincones más inexplorables, porque la Palabra, es para compartir y saber que, si uno es feliz, el otro también.
Es sabido, que toda marcha es para bien, no hay malos días, hay más vida más aún.
Marlene Herrera Huerta
Y la monotonía en el Señor, no existe, porque la vida en el Señor, es una renovación todos los días.
Al dolido de corazón, al necesitado, a las almas perdidas, el Padre nos ayuda en todo momento, y más en los tiempos difíciles. Porque su Palabra, nos dice
Esfuérzate y se valiente
Josué 1:6
Como tú le dijiste a Josué, esforcémonos y seamos valientes cada día. Tú Señor, que nos has prometido estar con nosotros hasta el fin de nuestros tiempos.
En un principio cuando me sentí sola y triste, algo me atraía al El Señor, pude ver que cuando lo necesité, Él me respondió. Es como en un sueño que TÚ, mi Señor, me hablabas con una voz suave, pronunciando: ¡NO ESTÁS SOLA, HIJA MÍA!
Así efectivamente, NO EXISTE la monotonía en el Señor, porque Él te da las herramientas espirituales necesarias, como la oración, el acercamiento más estrecho que tenemos con Él.
La vida, es un pasatiempo, es una travesía, una coyuntura, un milagro, que con tan sólo respirar ya es un MILAGRO.
Vivamos como el Señor nos expresa en sus sagradas escrituras: El espíritu de sabiduría y de revelación, la cita de
La plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Efesios 1:23 RVR 1960
Así como dice Proverbios 4:23:
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de el mana la vida.»
Finalmente concluimos. La MONOTONÍA EN EL SEÑOR, NO EXISTE.
Ya explicamos las citas a la luz de la palabra. La vida en el Señor es una lucha constante ferviente para el que lo sigue y somos sus siervos rendidos ante ÉL.
Y le servimos plena y contundentemente para la obra que el Señor quiere hacer con cada uno de nosotros.


Amado Dios
Empiezo esta oración dándote gracias por la dicha de un bello despertar y por regalarme un día más de vida. Hoy te ofrezco mi alma, mi corazón y todo mi ser. También te ofrezco en este nuevo día todas mis emociones, mis actitudes, mis palabras y mis pensamientos. Por favor tómame en tus brazos y enséñame a ser una persona merecedora de tu amor y de tu bondad.
Padre celestial, te pido que permitas que el sol de esta nueva mañana despeje cualquier rastro de tristeza, desesperanza o preocupación de mi mente. Dame la fuerza, el valor y la sabiduría para afrontar los retos que se presenten en este nuevo día y por favor derrama una hermosa lluvia de bendiciones sobre mi vida y sobre la vida de todas las personas que amo.
Señor, te suplico también que seas Tú colmando mi hogar con amor y prosperidad, a mi familia con armonía y comprensión y que todo mi ser se llene de misericordia generosidad y bondad, para así poder ser un humilde instrumento de tu obra.
Y si por algún motivo el cielo llegase a nublarse y se presentasen dificultades en mi vida, por favor permíteme recordar que las pruebas son el origen de los más grandes milagros. Amado Dios, Te suplico que me mantengas firme en la incertidumbre y que me hagas fuerte en mi fe, pues las hermosas cosechas son para aquellos que tienen el valor de sembrar sus campos con gozo y esperanza.
Señor, en tus manos dejo cada una de mis obras del día de hoy, te suplico que guíes todas mis acciones y me ayudes a alcanzar mis propósitos, que alejes al enemigo mal intencionado de mi vida y que me permitas avanzar por caminos de plenitud, felicidad y bendición.
Mi alma y todas mis esperanzas están bajo tu cuidado, porque confío en Ti, confío en tus promesas y porque sé que Tú has de cumplir tu maravillosa palabra en mi vida, Amén.
Por Ma. Guanajuato González Castañales.
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Marlene Socorro Herrera Huerta
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