Por Ps. Santiago Moya
Creo que como cristianos, seguidores de Cristo, Dios nos llama a lugares de pacto, lugares donde se muestra Dios a nuestras vidas, lugares donde vamos delante de él, y experimentamos su poder, su palabra y sus promesa, lugares donde nos equipa y nos envía a cumplir nuestros propósitos en él, lugares donde son confirmados los llamados a servirle, y sobre todo, lugares donde somos envestidos con amor y poder.

Esto mismo le sucedió a Moisés, antes de ir y liberar al pueblo de Israel de su cautividad.
Moisés y la zarza ardiente
3 Un día, Moisés estaba cuidando el rebaño de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, y llevó las ovejas hasta el otro extremo del desierto hasta llegar a Horeb, la montaña de Dios. 2 Estando allí, el ángel del Señor se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés notó que la zarza estaba envuelta en llamas, pero que no se consumía, 3 así que pensó: «¡Qué increíble! Voy a ver por qué no se consume la zarza».
4 Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:
—¡Moisés, Moisés!—Aquí estoy —respondió.
5 —No te acerques más —le dijo Dios—. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. 6 Yo soy el Dios de tu padre. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Al oír esto, Moisés se cubrió el rostro, pues tuvo miedo de mirar a Dios.
7 Pero el Señor siguió diciendo:
—Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces y conozco bien sus penurias. 8 Así que he descendido para librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, tierra donde abundan la leche y la miel. Me refiero al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. 9 Han llegado a mis oídos los gritos desesperados de los israelitas y he visto también cómo los oprimen los egipcios. 10 Así que disponte a partir. Voy a enviarte al faraón para que saques de Egipto a los israelitas, que son mi pueblo.
Exodo 3: 3-10 NVI
Dios nos llama a ti y a mi para vivir para su gloria, nos llama por que ha escuchado las oraciones de la gente que te ama, de aquellos que han ido delante de nosotros preparando en camino, pagando el precio, de aquellos que busca alivio, nos llama por que ha escuchado los llantos y oraciones de las madres desesperadas que clama por las almas de sus hijos y de aquellos que claman por las almas y su destino eterno.
Nos llama a lugares santos, a su presencia donde no podemos esconder o disfrazar quien somos, para que en su presencia tu y yo soltemos todo lo que estorbe y toda paja sea consumida en nosotros, donde su fuego consumidor nos purificará, donde nos templara, donde conoceremos que él es quien es.
Leyendo el resto de capitulo, Moisés, levanta a Dios dudas, ¿Quien soy yo?, ¿Cómo me escucharán?, ¿Cómo sabrán que tu me envías?
Y si somos honestos todos dudamos de nosotros mismos,pensamos cosas como que no somos suficiente, ¡Mi pasado me descalifica!, ¡Yo no se!, ¿Cómo pudiera yo?, ¡Hay otros mas calificados!, incluso hay algunos de nosotros que dudamos que Dios, puede hacer algo con nosotros o en nuestras vidas, que lo puede hacer en todos los demás, pero no en mí.
Pero Dios, siendo Dios, le dice a Moisés, les dirás que yo te envió, les dirás que en mi nombre vas, les dirás que yo tengo mi mano sobre ti, que yo soy quien soy, el que siempre a sido el que siempre será.
Tu y yo tenemos que darnos cuenta, reconocer y aceptar, la soberanía de Dios sobre nuestras vidas, y el solo necesita y obra en corazones dispuestos, el utiliza vasijas rotas, y que es por su gracia y su por amor que podemos ser instrumentos de su amor, que el deposita su fuego y unción en nosotros, encendiéndonos, para que tu y yo seamos zarzas ardientes.
Para que el mundo sepa, que él ha escuchado a los que sufren, a los que claman por él, a los que necesitan de su amor.
¡Sube al monte y acepta tu llamado!, puede ser que Dios te esté llamando o que ya estés en el monte, delante de Él, y ya sea que es la primera vez que vas delante de Él o ya hayas estado ahí, no dudes, Dios te está llamando a ese lugar de pacto, a ese lugar delante de su presencia y te preparará para cumplir tu propósito, así que recuerda.
La zarza sigue ardiendo, y está esperando a aquellos valientes que subirán a su monte, a su presencia, para ser contagiados por su fuego y poder.
Sigue ardiendo para Cristo, sigue ardiendo por el mensaje de la cruz, sigue ardiendo por tu llamado, sigue ardiendo, por que desgastarse por él lo vale, sube al monte y
Sigue ardiendo…


AMADO DIOS
Hoy me acerco hasta Ti para darte gracias por este nuevo amanecer que Tú nos has regalado, por tus cuidados, por tu misericordia, por tu amor incondicional y por estar siempre a mi lado dándome fuerza y protegiendo mis pasos. Es hermoso poder empezar cada día con la seguridad que solo da tu entrañable compañía.
Hoy inicia una nueva semana y con ella llegan siete nuevos días en los que daré lo mejor de mí para poder alcanzar mis objetivos.
Señor, te pido que esta semana que inicia sea de mucha protección y bendición para mí y para los míos. Tú mejor que nadie conoces nuestras vidas, nuestra alma, nuestras necesidades más latentes y también sabes cuando tenemos tristezas o temores.
Te pido que tengas misericordia de nosotros y que en esta nueva semana seas Tú abriendo caminos de bendición, bienestar y esperanza.
Por favor abrázanos con tu amor, llévate de nuestra vida cualquier preocupación y danos fuerza, valor y sabiduría para asumir nuestros retos de cada jornada. Toca también nuestro corazón para que nazcan en él los sentimientos de la empatía y la bondad, para así, poder servir a los demás con alegría y ser un humilde instrumento de tu obra.
Padre celestial, te pido que seas Tú tomándonos de la mano y ayúdanos a avanzar por verdes valles de paz, tranquilidad y con frescas aguas que nos aviven y calmen nuestra sed. Por favor abre aquellas puertas que aún están cerradas y ayúdanos a alcanzar aquellas peticiones por las que tanto te hemos clamado.
Amado Dios, gracias por escuchar mi oración y por la alegría de vivir una nueva semana. En este día dejo todo mi temor a un lado y pongo mi confianza en Ti, porque sé que Tú serás protegiendo mi vida, la vida de mi familia y cólmanos con tu amor, tu dicha y tu prosperidad, Amén.
Por Ma. Guanajuato González Y Castañales.










