Por Judy Tapia Cerezo
Leía sobre los árboles como en un bosque se nutren por las raíces recíprocamente y meditaba sobre la comunidad.

De cómo nos necesitamos los unos a los otros. Estamos en un proceso de renovar nuestra mente. En Romanos 12, el compartir lo que hemos avanzado y en lo que nos hemos estancado.
Tener relaciones íntimas y no nada más de apariencia, desimulaciones o de sentirte como un impostor, sino de comunión con Dios. La conexión con los demás, el poder de la escritura en este caminar juntos. En los diferentes temperamentos donde unos son fuertes y otros débiles. El desarrollo del carácter es esencial, exhortarnos en amor y conviviendo en armonía, para aprender de unos a otros.
El amor es dar, pero también saber recibir. La humildad de aprender a escuchar y la generosidad de dar tiempo a otros.
Los testimonios inspirados en JESÚS son vida. De la inteligencia de la vida poco se habla y nosotros tenemos a JESÚS, el camino, la verdad y la vida. (Juan 14).
El mundo sólo se perfecciona en valores, pero nosotros tenemos las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable (Pedro 2:9).
Por eso es importante escribir sobre esta inteligencia de vida inspirada en JESÚS para creyentes y no creyentes. Creciendo juntos sin juzgarnos.
El apoyo de complementarnos y de no competir.
La soledad se experimenta por no tener este tipo de relaciones, aun cuando estemos rodeados de personas, es por eso su importancia.
El escribir con tres pasos sobre las virtudes y sus contrarios plasmando nuestra historia.
Definiendo, ilustrando y mostrando el beneficio, y el cómo.
La palabra de Dios define lo que es correcto, hay que desaprender y volver a aprender, desarraigar y volver a plantar.
Ser creativos, ilustrando con vivencias personales, la palabra que te inspira y como en un plan llegaste al cambio de hábito.
Cómo cuándo vas al metro, ves dónde estás y a dónde quieres llegar. El camino a tomar, compartirlos y leer los que otros escribieron.
Orar de acuerdo a la palabra de Dios. De una meditación profunda, es inspirador ya que es la comunión con el Espíritu Santo y JESÚS. Nos guiará a toda verdad y enderezará nuestras veredas.
Ponlo en práctica en tu comunidad, verás la diferencia.
No podemos solos, es depender de Dios, no viviendo en autosuficiencia.


AMADO DIOS
Hoy me acerco hasta Ti, lleno de ilusión y alegría a darte gracias por cada uno de los favores que Tú me das, por permitirme la dicha de vivir un día más y por cada una de tus bendiciones. Yo soy una persona feliz porque Tú estás conmigo, por favor nunca te apartes de mi vida, pues a cada instante yo necesito más y más de tu presencia.
Padre Celestial, pongo este nuevo domingo en tus amorosas manos, por favor ilumíname a cada instante, muéstrame el mejor camino y si por algún motivo llegará a caer, dame tu mano y ayúdame a ponerme nuevamente en pie.
Gracias porque sé que Tú nunca me abandonas y que con tu inmensa misericordia me das luz y esperanza aun en medio de la tristeza y me llenas de fuerza para seguir adelante.
Señor, en este nuevo día dejo en tus manos mi vida y la vida de mi familia. Confío en Ti y te suplico que seas abrazándonos con tu amor, cubriéndonos con tu manto y colmando nuestros caminos de tu paz, tu sabiduría y tu bondad. Por favor toma nuestras manos y llévanos por sendas de victoria y bendición.
Y si se llegará a presentar alguna situación difícil, permítenos recordar que siempre hay una solución a cada problema y que aquellas pruebas que debemos enfrentar son para superarlas y avanzar hacia el futuro siendo más sabios y mejores personas. Hoy y siempre caminaré seguro y lleno de confianza en tu nombre, pues sé que contigo a mi lado no habrá obstáculo que no pueda superar ni anhelos que no pueda alcanzar.
Amado Dios, Tú conoces mis sueños, mis ilusiones, mis alegrías y también mis tristezas. Te pido que en este nuevo día me des tu amor, tu sabiduría y tu compañía. Bendíceme a mí y también a todas las personas que hagan esta oración, cuídanos y danos la dicha de vivir en triunfo, paz, bienestar y realización, Amén.
Por Ma.Guanajuato González Castañales.











