Ego O Estrés

Males De Nuestra Época

Por Jessica Canal

¿SERÁ QUE EL EGO Y EL ESTRÉS SON LOS MALES MÁS GRANDES DE NUESTRA ÉPOCA? | Acá te lo explico … 🌎

En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados y donde las exigencias del día a día parecen aumentar de manera exponencial, nos enfrentamos a un duelo constante contra dos adversarios implacables: el ego y el estrés.

Estos dos elementos, profundamente arraigados en nuestra sociedad moderna, se han convertido en una suerte de epidemia silenciosa que afecta a millones de personas alrededor del mundo.

Aunque a menudo pasan desapercibidos, o incluso son aceptados como parte de la ‘normalidad’ de la vida cotidiana, sus efectos pueden ser devastadores tanto para la salud mental como física de los individuos.

El ego, esa voz interior que constantemente busca validación y reconocimiento, se ha alimentado vorazmente en la era de las redes sociales.

Nos enfrentamos a un escenario en el que la imagen que proyectamos hacia el exterior adquiere una importancia desmesurada, generando una constante búsqueda de aprobación y éxito.

Esta hambre insaciable por destacar, por ser vistos y reconocidos, a menudo nos lleva a un estado de competencia perpetua con los demás y, lo que es peor, con nosotros mismos.

El ego, cuando no se gestiona adecuadamente, puede desembocar en sentimientos de insatisfacción crónica, envidia y una constante sensación de carencia.

Por otro lado, el estrés, ese compañero indeseado pero frecuente en nuestras vidas, se ha convertido en una constante casi tan natural como respirar.

Vivimos en una sociedad que glorifica la ocupación constante y el ‘estar siempre ocupados’, donde el tiempo de ocio y descanso es a menudo visto como un lujo o incluso un signo de pereza.

Esta cultura del ‘hacer’ constante nos empuja a un ciclo interminable de actividades y responsabilidades, dejando poco espacio para la reflexión o el disfrute de los momentos de paz. El estrés crónico no solo afecta nuestra salud mental, desencadenando problemas como la ansiedad y la depresión, sino que también tiene un impacto significativo en nuestra salud física, pudiendo provocar desde problemas cardíacos hasta trastornos del sueño.

La combinación del ego y el estrés crea un caldo de cultivo para un estilo de vida insostenible.

Esta dualidad, alimentada por una sociedad que constantemente nos incita a ‘más’ y ‘mejor’, nos empuja hacia un estado de insatisfacción permanente. En este escenario, resulta esencial tomar conciencia de estos patrones y trabajar activamente en su gestión.

La práctica de la autoconsciencia, la meditación, el mindfulness, y el cultivar una actitud de gratitud pueden ser herramientas valiosas en esta lucha.

Además, es importante recordar que el valor de una persona no se mide por sus logros externos ni por la aprobación de los demás, sino por su capacidad de encontrar paz y satisfacción en su propia existencia.

El desafío que enfrentamos en esta era no es solo tecnológico o económico, sino fundamentalmente humano.

Enfrentar el ego y el estrés requiere un compromiso personal y colectivo hacia un estilo de vida más consciente y equilibrado.

Solo así podremos esperar construir una sociedad donde el bienestar de cada individuo sea la piedra angular sobre la que se edifique el progreso.