Por Miguel Eduardo Grimalt

Tal vez por muy eruditos que seamos en el conocimiento de Las Escrituras, no conocemos todas las respuestas e incógnitas acerca de los últimos tiempos.
¿Pero sabes qué es lo más importante que podemos hacer?
¡¡¡ ES ESTAR PREPARADOS PARA LA VENIDA DE JESÚS !!!
El hablar acerca de “Los Últimos Tiempos” puede llegar a generar una gran expectación para muchas personas y hay términos que acuñamos como lectores de Las Escrituras tales como;
“La Gran Tribulación”, “El Día del Juicio”, “El Anticristo”, pero en nuestro conocimiento básico racional y humano no sabemos del todo de qué se trata toda esta terminología que usa la Palabra de Dios.
En la actualidad, a través de la tecnología, podemos buscar en internet sobre estos intricados temas y encontrar una gran variedad de explicaciones, las cuales nos pueden llevar a tener mucha incertidumbre y por lo general, terminamos más confundidos y atemorizados que informados, pero;
¿Cómo saber si estamos en los últimos tiempos de los cuales nos habla la Biblia?
Nuestro Señor Jesucristo nos da más claridad sobre este tema y nos dice;
Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
S.Mateo 24:36
Las Escrituras nos entregan varias señales que podemos consultar y tener como referencia a través de Sus escritos, sin embargo, nadie sabe con exactitud precisa cuándo ocurrirá este gran acontecimiento.
Pero para los que le amamos y hacemos su voluntad, no tendremos nada que temer.
Las Escrituras nos dicen que seremos arrebatados de esta tierra en un abrir y cerrar de ojos para encontrarnos con nuestro Salvador por toda la eternidad.
Y si tú y yo aún estamos vivos para cuando esto ocurra, sin duda que habremos cumplido nuestra meta de encontrarnos en las nubes con Él.
En vez de preocuparnos y sentir temor por ese gran acontecimiento que ocurrirá y que hemos estado esperando, debemos sentir gozo con gran expectación, ya que veremos con nuestros propios ojos el día que como cristianos hemos anhelado ver.
Muestro Señor Jesucristo nos advierte a través de ciertos acontecimientos que sucederán en los últimos tiempos Su inminente venida y la forma de cómo debemos reaccionar.
Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.
S. Lucas 21:28
Bueno, mis queridos hermanos, alegrense; ¡porqué nuestra redención está cada vez mas cerca!!.
Pero; ¿Estamos preparados para enfrentar este gran acontecimiento?
Nuestro Señor Jesucristo nos responde claramente a esta interrogante y nos dice;
Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
S.Mateo 24:44
¿Deberíamos prepararnos cuando comiencen a ocurrir las señales que Él nos dijo? o como hijos de Dios deberíamos estar siempre preparados para enfrentar este gran evento.
Todas nuestras vidas deberían residir en un espíritu de expectativa tanto por día de Su inminente venida o por la sencilla razón de que no sabemos qué nos depara el mañana.
Tomar conciencia por estas señales obvias de estos últimos tiempos como; pandemias, recesión mundial, hambre, guerras, delincuencia desmedida y un espíritu apostata que invade a la mayoría de los seres humanos, nos hacen pensar que si debemos preocupemos, ya que al ver y a vivir estas señales que anuncian Su venida, tendremos mucha más convicción y certeza, para que podamos entregar este mensaje a los que no conocen a nuestro Señor Jesucristo.
Por lo tanto, no vivamos angustiados pensando en el final de los tiempos, ni nos arrepintamos solo por el hecho de sentir temor, para ver si alcanzamos salvación.
Mis queridos hermanos, vivimos un día a la vez para la gloria a Dios, y si Él viniese hoy, nos encontrará preparados por el amor que le profesamos y no por el temor a quedarnos en esta tierra.
Cuando llegue ese gran día, será maravilloso porque nuestro Señor Jesucristo nos llevará a vivir a Su Reino Celestial;
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
S. Juan 14:3
Como fieles seguidores de nuestro Señor Jesucristo debemos enmendar nuestros caminos y no sólo tener el título de cristianos para los demás o creer que por sólo el hecho de pertenecer a una determinada iglesia o denominación seremos salvos y en este sentido nuestro Señor lo deja más que claro;
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
S. Mateo 7:21
Cuando el apóstol Pablo le escribe a Timoteo acerca de los tiempos peligrosos que vendrán en los postreros días, Pablo no orienta su advertencia en las catástrofes que ocurrirán, sino más bien en el espíritu del hombre postrero que reinará en estos últimos tiempos. Diciendo:
[1] También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
[2] Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
[3] sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
[4] traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,
[5] que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
(2 Timoteo 3:1-5)
Entonces; ¿Cómo debemos andar?
La Escritura lo dice;
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Gálatas 5:16
(Gálatas 5:16)
Tal vez la pregunta que muchos se puedan estar haciendo es; ¿Cómo podemos estar seguros de que estaremos listos cuando nuestro Señor Jesucristo venga por nosotros?
Si vivimos en consecuencia con Sus enseñanzas y somos fieles discípulos de Él, entonces no debemos angustiarnos y menos debemos tener temor si estamos haciendo Su voluntad. Y La Escritura reafirma está idea diciendo;
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
Y todo aquel que tiene esta esperanza en Él, se purifica a sí mismo, así como Él es puro.
1 Juan 3:2-3
La Escritura nos dice que seremos semejantes a Él y estaremos con nuestro Señor Jesucristo por toda la eternidad, y ese debe ser el anhelo de nuestro corazón y nuestra meta final.
Por eso vivíamos nuestras vidas en torno a nuestro amado Señor Jesucristo y esperemos ese día glorioso en el que nos reuniremos con Él por toda la eternidad.
𝑸𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝑫𝒊𝒐𝒔 𝒂𝒏̃𝒂𝒅𝒂 𝒃𝒆𝒏𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂́ 𝒓𝒆𝒇𝒍𝒆𝒙𝒊𝒐́𝒏
Que Dios te cuide y bendiga junto a tus seres queridos y anúnciale al mundo que nuestro Señor Jesucristo vive y espera con Sus manos amorosas por el que quiera conocerle.


AMADO DIOS
Me acerco hasta Ti en esta mañana, con mucha devoción y respeto, para darte gracias desde lo más profundo de mi corazón, porque Tú eres un Dios bueno y bondadoso que día tras día y de mil maneras demuestra su inmenso amor por mí. Qué bello es poder despertar cada mañana y sentirse rodeado por tus sublimes bendiciones.
He despertado en un hermoso hogar, tengo salud, voluntad para alcanzar mis sueños, siempre hay alimentos en mi mesa e incluso puedo compartirlos con los demás, Tú me das amor e iluminas mi camino con tu hermosa luz.
Mi vida es maravillosa gracias a Ti Señor, por favor nunca te separes de mi lado pues cada día que pasa necesito más de tu presencia.
Hoy saldré a vivir mi vida y cumplir con mis obligaciones feliz, con confianza y muchísima ilusión, pues sé que Tú avanzas a mi vera y si Tú estás conmigo, nunca nada habré de temer. Por favor, sigue colmando mi vida de bendiciones y llena mis días de alegría, paciencia, bondad y prosperidad.
Te pido Señor, que mires mi cotidianidad y mis necesidades y si es tu voluntad por favor concédeme los milagros por los cuales te he clamado. Mi esperanza está puesta en tus manos, pues confío en tus promesas.
Por favor guía mis pasos en este nuevo día, aconséjame para tomar buenas decisiones, permíteme ser un instrumento de tu amor y de tu obra, dame humildad en el triunfo, valor y dignidad en la derrota y fe para saber que siempre habrá un mañana y que detrás de lo que hoy parece una prueba se esconden maravillosas bendiciones.
Termino esta oración con mucha alegría y esperanza, porque sé que Tú escuchas mis clamores y que muy pronto mis ojos verán aquello por lo que tanto he pedido.
Te ofrezco mi vida, mis pensamientos y mis acciones, por favor protégeme de toda envidia y líbrame siempre de todo mal,
En el nombre de Jesús.Amén.
Por Ma. Guanajuato González Castañales.









