
Un día mientras Jesús predicaba junto al lago de Genesaret vio dos barcas cerca de la orilla y a los pescadores que lavaban sus redes. Uno era Simón Pedro y le dijo:
Boga mar a dentro y echa tus redes para pescar. Respondiendo Pedro le dijo: Maestro toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado; mas en tu Palabra echare la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces y la red se rompía.
Lucas 5:4-6

Un pescador sabe lo que hace, conoce su oficio, parecería increíble que un carpintero pudiera enseñarle a pescar a un hombre que lleva toda la vida haciéndolo.
Igual nos pasa a nosotros, nos consideramos expertos en lo que hacemos incluso cuando al tener problemas los tratamos de solucionar a nuestra manera, como si fuéramos expertos. Pero siempre la palabra de Dios tiene la respuesta y no la queremos ver.
La diferencia, la clave está en esta frase que Pedro dice: … más en tu palabra. Lo que dice la biblia es verdad es Su palabra: … por lo que Tú dices yo lo hago.
Cuando Dios nos manda hacer algo, ponemos pretextos debiendo decir con toda confianza: …más en tu palabra yo lo haré
¿Por qué no lo hacemos?
• Pensamos que somos expertos, más aún que Dios,más sabios
• Decimos frases como: ¿pero no entiendes ya lo intenté todo? ¿pero no entiendes que no puedo?
Analizando el pasaje anterior, v. 8 Pedro se da cuenta quien le está hablando, se humilla delante de Jesús y ya no le llama maestro, sino Señor.
V 8 Cuando Pedro se dio cuenta de lo que había sucedido, cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: Señor, por favor, aléjate de mí, soy un hombre pecador.
Se da cuenta de su pecado (apártate) Entre más te acercas y conoces a Dios, más evidente es nuestro pecado y nuestra necesidad de un SEÑOR más que de un MAESTRO.
V. 11 Dejándolo todo, en pocas palabras le dice: “lo que Tú quieras” Porque Tú me lo dices yo lo hago.
A veces es necesario detenerse y reflexionar: ¿Qué me ha pedido Dios que no le he entregado?
¿Qué tanto estoy confiando en Su palabra?
La palabra de Dios tiene repuestas para cualquier necesidad que tengamos, pero ¿qué tanto recurrimos a ella para resolverlas? ¿qué tanta es nuestra confianza en Él?
Para confiadamente decir: …Mas en tu Palabra lo haré.


AMADO DIOS
La noche ya ha terminado, ha dado paso a un nuevo amanecer y como es costumbre, yo me acerco hasta Ti en esta mañana para darte gracias por tu bondad, por tu compañía, por todas las cosas que me rodean y las bendiciones que hay en mi vida, que son un signo de tu amor y de tu maravillosa generosidad.
Gracias por mi hogar, por la salud, por el bienestar que me concedes, por los alimentos que han llegado a mi mesa, por el pan de vida que nunca falta y por el agua de bendición y de renuevo para nuestro espíritu.
Gracias Señor porque en este nuevo día puedo sentir que el cielo se abre para mí y para mi familia, que Tú estás a nuestro lado y que serás concediéndonos el valor y la sabiduría que necesitamos para salir adelante.
Te suplico que mires nuestros anhelos, nuestras motivaciones, nuestras necesidades y que seas Tú tomando nuestra mano y ayudándonos a avanzar por el camino más conveniente a nuestros propósitos; por favor danos la fe y la fuerza para romper toda cadena de tristeza, de enfermedad, de ansiedad o de necesidad.
Te pido también por aquellas personas que reciben este nuevo día en medio de una aflicción o alguna angustia, especialmente por mis seres queridos. Por favor derrama tu luz y tu amor sobre el mundo y permite que siempre florezcan la ilusión, la justicia y la felicidad.
Amado Dios, gracias por escuchar mi oración y por obrar a mi favor. Tus planes son perfectos y Tú conoces aquello que es más conveniente para mí, por eso hoy me entrego a Ti con toda confianza y te pido que se haga tu voluntad en este y en todos los días de mi vida; porque solo bajo tu compañía podré vivir con alegría, bendición y prosperidad.
En Nombre de Jesús. Amén.
Por Ma. Guanajuato González Castañales














