¿ Dónde Nace ?

Por Yunuén Herrera Morgado

Es un día de incrementar tesoros en el conocimiento infantil, Atzimba aparece en la puerta de la farmacia de Maximiliano, a él le brillan los ojos al ver a su pequeña princesa. Ella corre a sus brazos.

Llegan clientes a sol. Atzimba se introduce a su mundo maravilloso, a su “escuelita”, esa pequeña bodega, que para ella es su gran salón.

Deja su mochila en su debido lugar, se cambia del uniforme a ropa más fresca, quita calzado escolar y coloca sus guarachitas de piel. 

Saluda a sus cajas-alumnos y se dispone a dibujar hermosas y grandes flores en ese gran lienzo que es su pizarrón, usa todos sus gises para plasmar flores que siempre las dibuja en una maceta de barro.

¡Oh! Papá llama a comer:

-Atzimba hora de comer, ven…

-Voy papá, ya casi termino…

Sentados en una pequeña mesa, solo ambos, empiezan a comer unas deliciosas albóndigas, las preferidas de papá. 

En esta mesa, ahí comunicación entre los comensales, ahí risas, ahí cuentos hermosos que Maximiliano crea para su pequeña princesa. Y ahí un atento oído de la princesa hacia papá.

– ¡Papá hoy aprendí del reloj! (expresa Atzimba)

-Maximiliano: ¿En serió?, veamos trae una libreta, jugaremos un poco.

Y empieza una clase de preguntas y respuestas, sobre manecillas, horas, minutos y dirección. En repetidas ocasiones interrumpida pues llegan clientes y proveedores, en cada interrupción ella corre a dibujar una flor más en su pizarrón.

Atenta siempre a cuando papá se desocupe para continuar con el juego del reloj.

-Papá dice: Amada Atzimba, el tiempo que representas en el reloj, es una divisa divina, es un regalo que se ha otorgado y es para que seas feliz, para que sonrías siempre, para que ames y para que aprendas. Nunca uses mal el tiempo, los buenos regalos siembre debemos atesorarlos.

-La pequeña solo escucha y sonríe, respondiendo: si papá.

-Maximiliano: anda ve a terminar tu tarea en lo que acomodo unos pedidos.

Termina la jornada laboral y ambos están listos para regresar a casa, la que se encuentra del otro lado de la ciudad.

Camino a casa, Maximiliano retoma la conversación.

– Atzimba ¿Qué te gustaría estudiar cuando seas grande? (pregunta papá)

– Maestra, quiero ser maestra.

-Maximiliano: mmmm las maestras en nuestro país no ganan mucho dinero, pero bueno estas pequeña, veremos más adelante.

-Atzimba: sonríe y permanece alegre con la idea de tener una hermosa y grande escuela, semejante a la escuela que asiste de lunes a viernes y que los domingos llora porque no la llevan a clases.

Así transcurrían los días hasta que un día la hermosa princesa asomo por la puerta y papá no estaba, ella entro dejo mochila y busco a papá.

El estaba afuera de la farmacia en su maverick verde, en el asiento del conductor, abierta la puerta, y el vomitándose del exceso de alcohol que había ingerido, siendo las 2:00 de la tarde.

Atzimba se sorprendió y quiso correr a vera a papá,pero llegaron clientes, a ella se le había enseñado la gran importancia de dar buen servicio al cliente, entonces atendió a los clientes, leyendo y surtiendo las recetas diligentemente, apoyándose en la calculadora para sumar y dar cambio.

Por fin, pudo ir a donde papá y el olor era muy desagradable, su imagen era muy diferente al habitual.

Papá dijo: ten las llaves cierra la farmacia y vayamos a casa, Ella obedeció y en el camino de regreso su mente no podía dejar de preguntarse ¿Qué paso a papá? La escena al pasar por mamá a su negocio y continuar camino a casa no es escena apta para oídos infantiles. 

Ella tenía muchas preguntas en mente. Al llegar a casa aún en medio de gritos y portazos. Papá le dio un libro a Atzimba y le encendió la lampara junto a su cama para que leyera.

Le dijo: Atzimba, leer es como viajar por el mundo, es el mejor tiempo invertido.

Ella respondió: si papá me gusta mucho leer, le dio un beso en la mejilla pese al desagradable olor y empezó su lectura, la lectura silencio lo escuchado y empezó a viajar por la narrativa de ese cuento, su alma se alegro y decidió no pensar más en lo sucedió, creyendo que no volvería a ver a papá en ese estado. 

Al fin niña, quien todavía disfrutaba de la ingenuidad.

Amado lector: Te has preguntado ¿Dónde nace un hermoso habitó? Toma unos minutos y medita la pregunta. El habitó por la lectura en Atzimba nació no en el mejor ambiente y siendo este habito el que callaba su mente para no recordar escenas lastimosas de sus padres, así como viajar por el mundo atreves de la lectura

¿Tu hermoso habitó donde nació?

Es sábado super entusiasmada se despertó determinada a compartirle a papá lo que había leído y acompañarle a su “gran salón”, o mejor dicho a la farmacia sol.

Al salir de su recamara escucha gritos, portazos y al bajar las escaleras para su sorpresa papá ya se fue y no se despidió de ella. Triste, pregunta a mamá: ¿Y papá? A lo que recibe por respuesta: apúrate te iras conmigo a la tienda de ropa, hoy me ayudaras a mí.

En la tienda de ropa también tiene un espacio para ella: un par de escalones, el respaldo de un mueble y un anaquel, ella lo convierte en su oficina y fabrica su maquina de escribir, sus carpetas para llevar la administración y se convierte en una gerente de una gran empresa. 

Mamá es callada y cuando habla es con clientas o con proveedores.

Al terminar la jornada laboral, pasa por ellas una amiga de mamá y deciden ir a cenar un hermoso restaurant.

¡Si!  Atzimba super contenta se arregla para ir y más contenta porque va otra pequeña hija de la amiga de su mamá.

Al llegar al restaurant, tomar asiento y empezar a pedir, mamá se levanta y avienta su bolso de mano a Atzimba, ella sorprendida sigue con la mirada a mamá.

Solo empiezan a correr lagrimas sobre sus mejillas, lo más en silencio que le es posible, porque sabe que a papá no le gusta que llore.

A donde mamá se dirigió fue otra mesa en donde se encontraban Maximiliano y Mónica, se ve una gran discusión, aunque no se logra escuchar. O quizá Atzimba no deseo escuchar.

Papá y la Sra. Mónica quien era proveedor de la farmacia se levantan y se van, Atzimba solo los sigue con la mirada, su mirada nublada por las lágrimas.

Mamá regresa, toma a Atzimba de la mano y se van a casa, en el camino fue un silencio absoluto, mamá y Atzimba no cruzaron palabra.

Atzimba toma un libro y prendió su pequeña lamparapara retomar su lectura, las lagrimas se van, la sonrisa vuelve a aparecer y el pensar que mañana si le compartirá a papá.

Mamá muy reservada solo le dice no te desveles leyendo, mañana nos iremos temprano al negocio.

¿Cómo, en domingo? Si, vamos a salir a ver unos proveedores de ropa americana y es importante llegar temprano para ser las primeras en escoger.

Para Atzimba esas jornadas de mamá de escoger ropa y conversar con sus amigas proveedoras y colegas, le resultaban largas y aburridas.

Tenía la esperanza de llegar a casa y ver a papá para compartirle lo que había leído. Pero papá no estuvo.

Lunes por la mañana durante las clases, Atzimba estuvo pensativa, definitivamente fue un día que su mente no logro estar al 100% en el salón. Creía que saliendo de clases iría a la farmacia, platicaría con papá y todo volvería a estar bien.

La maestra Roció, se percata que Atzimba no esta presente mentalmente en clase y en el recreo aborda a la pequeña con algunas preguntas, y descubre que la tiene pensativa. 

La maestra trata de explicarle que ella no debe pensar en las cosas de adultos que con seguridad ellos podrán resolver. Y la anima a salir a jugar.

Atzima se siente mucho mejor porque pudo hablar con alguien, aunque no quedaron las cosas claras, pero si su mente más tranquila.

Para mayor sorpresa al salir de clases no fue a la farmacia, fue a la tienda de ropa, pero por la noche papá ya estaba en casa.

Atzimba corrió a abrasarlo y claro ha bombardearlo con miles de preguntas, a lo que él muy serio respondió: eres pequeña, pero esto que te voy a decir te ayudara siempre:

Mantente enfocada en lo tuyo, no permitas que algo o alguien más ocupe tu mente, turbe tu alma o te desenfoque. Siempre mantente en lo tuyo.

Definitivamente la pequeña de 7 años no entendió, ella solo quería jugar y platicar con papá, pero ese día no pudo ser así.

Amado lector, quizá eres Padre o Madre de familia ¿En verdad crees que tu hijo(a) tiene la madurez mental para estar aislado de lo que ve, oye y le provoca sentimientos en su entorno?

Los niños son pequeños vasos que reciben todo lo que ven, oyen, sienten, tocan, comen. Cuida a tus hijos, son niños no tienen esa madurez.

El maduro y responsable de crearle el mejor ambiente posible eres tú.

Una noche tuve un sueño.

Mientras caminaba por la playa con mi Señor.

A través del cielo oscuro aparecieron escenas de mi vida.

Para cada escena, noté dos pares de huellas en la arena,Uno mío y otro de mi Señor.

Después de que la última escena de mi vida pasó ante mí,

Volví a mirar las huellas en la arena. Noté que en muchos momentos del camino de mi vida, especialmente en los momentos más bajos y tristes, sólo había un par de huellas.Esto realmente me preocupó, así que le pregunté al Señor al respecto.

Señor, dijiste que una vez que decidí seguirte, caminarías conmigo todo el camino. Pero me di cuenta de que durante los momentos más tristes y problemáticos de mi vida, sólo había un par de huellas.

No entiendo por qué, cuando más te necesitaba, me dejabas.

«Él susurró: «Mi preciosa hija, te amo y nunca te dejaré».

Nunca, jamás, durante tus pruebas y pruebas.

Cuando viste solo un par de huellas, Fue entonces cuando yo te llevé.

Crédito Autor.

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Yunuén Herrera Morgado

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