Por Miguel Eduardo Grimalt

[39] ¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado.[40] Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová;[41] Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos;
Lamentaciones 3:39-41
Al leer esta porción de Las Escrituras escrito por el profeta Jeremías podríamos preguntarnos;
¿Por qué nosotros, simples mortales, deberíamos quejarnos cuando somos reprendidos por consecuencia de nuestros propios pecados?
Si entendemos esta Palabra de las Escrituras, divisemos aceptar la corrección de nuestro Dios y volvernos a Él, levantando nuestros corazónes y nuestras manos al cielo, reconociendo con humildad que hemos pecado.
Al leer el libro de Lamentaciones y al hacer conciencia de lo que nos dice, sin duda que nos mantendrá alejados del pecado, pero como cristianos debemos entender que el pecado y nuestro enemigo común el diablo nos mantendrá alejado de este libro de las Escrituras.
El libro de Lamentaciones no es un libro que se lea en fiestas, porque en su contenido no hay risas ni diversión y de ahí su nombre.
Este escrito es un reflejo del corazón del profeta Jeremías durante la toma y destrucción de Jerusalén a mano del ejército babilónico
(Aprox. 580 a.C.)
A pesar de las advertencias divinas, el juicio de Dios cayó sobre Jerusalén y el profeta Jeremías fue un testigo presencial de aquel juicio.
El profeta Jeremías vio de primera fuente cómo la ciudad de Jerusalén se negó a tener en cuenta los avisos de desastres y cuando esto finalmente ocurrió, el profeta acongojado se sentó a llorar al observar que Jerusalén estaba siendo saqueada y convertida en ruinas.
Es mi intención que después de leer y aplicar esta reflexión en nuestras vidas, podamos ejecutar eficazmente las decisiones que debemos tomar antes que sea demasiado tarde para todos nosotros.
Aquí en esta porción que leímos, el profeta Jeremías se lamentaba tristemente porque fue demasiado tarde para esa ciudad y para que esa generación se arrepentirse.
Pero; ¿por qué nos lamentamos cuando somos nosotros los que por lo general fallamos?
Hay personas que se quejan del cónyuge o de sus hijos o de sus padres o en ocasiones del pastor, del vecino o de la esposa de otros, cuando en realidad primeramente deberíamos examinarnos a nosotros mismos antes de juzgar apresuradamente a los demás.
Muchas veces el culpable del problema no siempre son los demás y no admitimos que somos nosotros los principales culpables, y esto es así porque no asumimos nuestras culpabilidades,
Pero; ¿Por qué se lamenta el hombre viviente?
El solo hecho de estar vivo ya constituye una señal de que nuestro Dios nos ha mostrado Su infinita misericordia.
El saqueo y la destrucción que sufrió Jerusalén en el tiempo del profeta Jeremías y las ruinas en lo que quedó la ciudad, fueron por consecuencia del pecado del pueblo y ellos, en lugar de volcarse ante Dios y arrepentirse, sólo se quejaron, por lo que el enemigo les estaba robando y no reconocieron sus propias faltas ante Dios.
Pero lo que debieron considerar es, que lo que les sucedió fue por culpa de ellos mismos y que por esta razón los babilónicos los estaban saqueando;
¿Podría ser mi culpa estar en una situación similar?
A la luz de esta Palabra, yo diría que sí, porque con nuestras malas acciones dejamos la puerta abierta para que el enemigo entre a saquearnos o porque no hemos terminado con las tentaciones pecaminosas que como hijos de Dios deberíamos haber cortado de nuestras vidas.
Una cosa son las pruebas que el Señor nos manda y otra cosa son las consecuencias que deberemos pagar por no superar nuestros pecados.
Los padres disciplinamos a nuestros hijos para formar una buena conducta en ellos, y en este caso nuestro Dios disciplinó a Su pueblo para formar en ellos una vida y una adoración correcta, por lo tanto tú y yo no debemos quejarnos de la disciplina que viene de nuestro Dios, sino más bien aprender de ella y estar dispuestos a corregir lo que haya que cambiar.
Debemos permitir que la corrección de nuestro Dios haga surgir en nosotros una nueva identidad y la clase de conducta que le agrada a nuestro Dios y lo que Él espera de cada uno de nosotros.
A la luz de esta reflexión bíblica debemos entender que si no estamos dispuestos a dejar nuestros pecados por nuestra voluntad, lo tendremos que hacer con dolor.
Pero al corregir nuestras faltas voluntariamente, Dios mismo nos ayudará a salir adelante.
Por lo tanto, dejemos de culpar a nuestro Dios y a los demás y examinemos nuestras propias actitudes.
La mayoría de nosotros somos rápidos para analizar y juzgar a los demás y opinamos sacando conclusiones rápidas, que la mayoría de las veces son erradas.
Pero somos lentísimos cuando debemos hacerlo sobre nuestras actitudes negativas.
[13] El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
Proverbios 28:13
Dicho esto deberíamos tener cuidado con ser piedra de tropiezo para otros que están creciendo en el camino de la fe.
[17] Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Marcos 2:17
¿Cómo están nuestros caminos?
¿Están torcidos?
¡¡¡BUSQUEMOS BIEN, YA ES HORA DE VOLVERNOS A NUESTRO DIOS!!!
Si buscamos bien en nuestro caminar, de lo que está mal… Y luego de eso, no nos damos el tiempo de arrepentirnos, es porque no está el deseo de volvernos a nuestro Dios;
[5] Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
Apocalipsis 2:5
Por eso, mis queridos hermanos, levantemos nuestras manos y nuestros corazones a nuestro Dios;
Pero; ¿qué nos impide levantar libremente nuestras manos a nuestro Dios?
¿Vergüenza o tal vez falta de costumbre?
Desde hoy les animo mis hermanos a que levantar nuestras manos a nuestro Dios, ya que hay cosas que debemos hacerlas de forma literal, y otras en forma espiritual.
Y como una analogía de lo que hemos leído, levantemos nuestros corazones de todo el saqueo y de toda la destrucción que hemos experimentado en nuestras vidas.
[57] Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas.
Lamentaciones 3:57
¡¡¡Por lo tanto, dejemos de Lamentarnos y empecemos a creer en lo que nos dice nuestro Dios a través de Su Palabra!!!
El propósito de cualquier problema que nos afecte, nos da la posibilidad de que nos acerquemos cada vez más a nuestro Dios y que le glorifiquem y le honremos como el Dios de nuestra salvación.
𝑸𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝑫𝒊𝒐𝒔 𝒂𝒏̃𝒂𝒅𝒂 𝒃𝒆𝒏𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂́ 𝒓𝒆𝒇𝒍𝒆𝒙𝒊𝒐́𝒏


AMADO DIOS
la luz del sol anuncia la llegada de un nuevo día y como es habitual y debido, yo me encuentro delante de Ti para agradecerte por haberme cuidado en la noche y por haberme concedido la alegría de un nuevo despertar.
Es hermoso vivir con la confianza que dan tu constante presencia y tu amor divino. Gracias Señor por todas las cosas maravillosas que Tú haces por mí y por las personas que amo. Gracias por ser nuestro proveedor, nuestro protector y nuestro apropiado maestro.
Al iniciar este día quiero pedirte que derrames sobre mí y sobre mi familia una bendición grande y misericordiosa que nos haga estar listos para vivir esta jornada con ilusión y alegría. Tú mejor que nadie conoces nuestros sueños, nuestras angustias y nuestras necesidades y también sabes cuál es el camino más conveniente para llegar a nuestros propósitos.
Por favor toma nuestra mano, guía cada uno de nuestros pasos y llévanos por caminos ciertos de conquistas, de triunfos, de bienestar y abundancia. Te suplico que no permitas que los obstáculos del camino me hagan rendir o claudicar en mis propósitos y que mi mente nunca olvide que detrás de cada prueba siempre aguarda una enorme bendición.
En esta oración también quiero pedirte por todas aquellas personas que están viviendo momentos difíciles, especialmente por mis amigos y familiares. Te pido que tu mano misericordiosa sea obrando en la vida de todo aquel que necesite de Ti y que en la tierra florezcan la calma, la justicia y la bienandanza.
Amado Dios, encomiendo a Ti este día que empieza, mis planes, mis anhelos y mis necesidades. Por favor guíame en las decisiones que deba tomar, dame tu paz, provee a los míos del sustento diario, pero ante todo, que nunca nos falte tu bendición,
En nombre de Jesús. Amén.
Por Ma. Guanuajuato Gonzáles Castañales.









