Crónicas Bíblicas: Las Heridas De Dios

Por Timothy Keller

Las últimas doctrinas que sirven como recursos para nuestros corazones son las doctrinas de la encarnación y la expiación.

Peter Berger es sociólogo, no teólogo, pero sabe que cada cultura debe proporcionar una forma de darle sentido al sufrimiento de sus integrantes. Berger dice que la Biblia presenta dos formas básicas de hacerlo.

En el libro antiguo testamentario de Job tenemos la verdad más difícil y severa sobre el sufrimiento, es decir, que al final no podemos cuestionar a Dios.

Job le pide a Dios que le explique por qué todas esas penas y tristezas han caído sobre él. Pero en respuesta, «el interrogador es desafiado radicalmente en cuanto a su derecho de siquiera plantear la pregunta» Dios confronta a Job con su propia finitud, su incapacidad para comprender los consejos y propósitos de Dios, aunque le fueran revelados, y tu condición de pecador que no tiene derecho a exigir una vida cómoda.

Banger admite que esta visión de las cosas tiene una lógica sólida, pero (que en sí misma, tal visión sería difícil de aceptar para la mayoría de la gente… y solo es posible para ciertos religiosos virtuosos. Pero, afortunadamete, eso no es lo único que dice la Biblia acerca del sufrimiento Berger señala que la «tensión insoportable de este problema que tenemos. en el Antiguo Testamento» se resuelve con «la solución cristiana problema».

Y esa solución es que «el Dios encarnado es un Dios que sufre” Sin este sufrimiento, sin la agonía de la cruz, la encarnación no proporcionaría la solución a ese problema (del sufrimiento). Berger luego cita a Albert Camus, quien escribió:

«Solo el sacrificio de un Dios inocente podría justificar la tortura interminable y universal de la inocencia. Solo el más miserable sufrimiento de Dios podría calmar la agonía del hombre» Berger percibe la genialidad de la solución. El escribe: Por medio de Cristo se apacigua la terrible orfrandad del Yahvé de las tormentas [en Job].

Al mismo tiempo, debido a que la contemplación del sufrimiento de Cristo profundiza la convicción de la indignidad del hombre, se permite repetir la antigua rendición [arrepentimiento] de una forma más refinada… [Pues] el sufrimiento de Cristo no justifica a Dios, sino al hombre.

El libro de Job señala la indignidad y la finitud humanas, y exige una rendición completa ante la soberanía de Dios. En sí mismo, el llamado podría parecer más de lo que alguien que sufre puede soportar.

Pero luego llegamos al Nuevo Testamento, el cual contiene un consuelo inimaginable para aquellos que confían en la soberanía de Dios. El Dios soberano ha descendido a este mundo y ha experimentado su oscuridad. El mismo bebió la copa del sufrimiento más horrendo. Y lo hizo no para justificarse, sino para justificarnos, es decir, para soportar el sufrimiento, la muerte y la maldición que nosotros merecemos por nuestro pecado.

El mismo sufrió el castigo para algún día regresar y acabar con todo el mal sin tener que condenarnos ni castigarnos.

El Nuevo Testamento enseña que Jesús es Dios hecho carne: «‘Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo (Col 29). Eill seguía siendo Dios, pero sufrió. Experimentó debilidad, una vida llena de «fuerte clamor y lágrimas» (HIeb 5:7). El conocía de primera mano el rechazo, la traición, la pobreza, el abuso, la desilusión, la desesperación, el duelo, la tortura y la muerte.

Y es por eso que Él puede «compadecerse de nuestras debilidades», porque «ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado» (Heb4:15). Su sufrimiento en la cruz fue mucho más allá del peor sufrimiento humano, y allí experimentó un rechazo y un dolor que exceden los nuestros tan infinitamente como Su conocimiento y poder superan los nuestros.

No hay mayor agonía que la pérdida de una relación de amor. Sin embargo, no podemos imaginar lo que sería perder no solo una relación humana que ha durado algunos años, sino el amor infinito del Padre que Jesús tuvo desde la eternidad. La separación debió ser insoportable. Jesús experimentó el rechazo de Dios en la cruz cuando gritó: «¡Dios Mío, Dios Mío! ¿Por qué me has desamparado?»

Aquí vemos la mayor fortaleza: un Dios que es lo suficientemente fuerte como para volverse débil voluntariamente y sumergirse en la vulnerabilidad y la oscuridad por amor a nosotros. Y observamos la mayor gloria posible: la voluntad de dejar de lado toda Su gloria por amor a nosotros.

No hay otra religión que siquiera conciba algo semejante. El ministro cristiano John Dickson habló una vez sobre el tema de las heridas de Dios en un campus universitario en Sydney, Australia. Durante la sesión de preguntas, un hombre musulmán se levantó para explicar “cuán descabellada era la afirmación de que el Creador del universo estuviera sujeto a las fuerzas de Su propia creación que tuviera que comer dormir, ir al baño y para colmo, ¿morir solo en una cruz? Dickson señaló que sus comentarios fueron inteligentes, convincentes y civilizados.

El hombre continuó argumentando que era ilógico que Dios, la «causa de todas las causas», pudiera ser afligido por cualquier ser inferior.

El ministro no le respondió con un buen argumento ni con una frase ingeniosa, sino que simplemente le agradeció al hombre por hacer tan clara la singularidad del cristianismo. «lo que el musulmán ve como una blasfemia, el cristiano lo considera valioso: «Dios tiene heridas» Así que Peter Berger tiene razón. La respuesta del libro de Job (que «Dios sabe lo que hace, así que calla y confía en El), es correcta paro insuficiente. Es inadecuada porque por sí misma solo es cruel, y porque el Nuevo Testamento nos da más para afrontar los horrores de la vida.

Nos alejamos de Dios, pero Dios no nos abandonó. De todas las principales religiones del mundo, solo el cristianismo enseña que Dios vino a la tierra en Jesucristo y experimentó personalmente el sufrimiento y la muerte. ¿Ves lo que esto significa? Sí, no sabemos por qué Dios permite que continúen el mal y el sufrimiento, ni por qué son tan aleatorios, pero ahora al menos sabemos cuál no es la razón. No puede ser que Él no nos ame. No puede ser que no le importemos.

Está tan comprometido con nuestra felicidad que estuvo dispuesto a sumergirse en las profundidades del sufrimiento. Él nos entiende, ha estado allí y nos asegura que tiene un plan para un día enjugar todas nuestras lágrimas. Alguien podría decir: «Pero eso es solo la mitad de la respuesta a la pregunta ¿Por qué? Sí, pero es la mitad que necesitamos. Si Dios nos diera una explicación de todas las razones por las que permite que las cosas sucedan como lo hacen, sería demasiado para nuestros cerebros finitos.

Piensa en los niños pequeños y su relación con sus padres. Los niños de tres años de edad no pueden entender la mayor parte de las razones por las que sus padres permiten o no permiten ciertas cosas.

Pero, aunque no son capaces de comprender las razones de sus padres, son capaces de conocer el amor de sus padres y por lo tanto, son capaces de confiar en ellos y vivir de forma segura.

Eso es lo que realmente necesitan. Ahora, la diferencia entre Dios y los seres humanos es infinitamente mayor que la diferencia entre un padre de treinta años y un niño de tres años, por lo que no debemos esperar poder comprender todos los propósitos de Dios.

Lo que sí podemos hacer es conocer Su amor a través de la cruz y el evangelio de Jesucristo. Y eso es lo que más necesitamos.

En el libro de Ann Voskamp llamado Un millar de obsequios, ella comparto el proceso que atravesó para comprender la muerte sin sentido de su hermana, aplastada por un camión a la edad de dos años.

Al Final ella concluye que el asunto principal es si confiamos en el carácter de Dios. ¿Es realmente amoroso? ¿Es realmente justo? Esta es su conclusión: [Dios] nos dio a Jesús. Si Dios no nos rehusó a Su propio Hijo, ¿nos negará algo que necesitemos? Si la confianza es algo que debe ganarse, ¿no se ha ganado Dios nuestra confianza después de las cruentas heridas, de las espinas clavadas en Su frente y de Él haber intercedido por ti con Sus labios lastimados? ¿Cómo no nos dará amorosamente todas las cosas que Él considera mejores y correctas? Él ya nos ha dado lo incomprensible. 


 

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