No se preocupen por nada, en cambio oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y DENLE GRACIASpor todo lo que Él ha hecho.
Filipenses 4:6

Dios nos ha dado muchas y grandes promesas dicen los estudiosos que más de 5,000 en Su Palabra, hay algunos ingredientes que son necesarios para alcanzarlas, para tomarlas, cómo la fe, paciencia, persistencia, confianza que Dios nos llevará a un nuevo nivel de crecimiento espiritual y de influencia. Y otro más que es el AGRADECIMIENTO.
Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.
1 tesalonicenses 5:18
Ser agradecidos es un mandato.
La gratitud es una de las cualidades más nobles del ser humano, es muy desagradable convivir con alguien ingrato que no sabe reconocer las cosas buenas que tiene en su vida.
Los que amamos a Dios necesitamos ser agradecidos y tener una actitud constante de gratitud porque sabemos que hemos recibido mucho.
Alguna vez escuche que “Las promesas son como las semillas, no florecen de la noche a la mañana, hay que regarlas. Hay que regar esas semillas con agradecimiento”. La palabra es una semilla, Jesús lo menciono en la parábola del sembrador.
El agradecer a Dios por adelantado, una vez que oramos, es como regar esa semilla y a la vez esto fortalece nuestra fe.
Ejemplo: Abraham; Dios planto en él la semilla de la promesa. Le daría un hijo. Desde que Dios prometió hasta que se cumplió la promesas pasaron más de 20 años. Ellos eran ya ancianos.
Pero dice la Palabra que se fortaleció en fe.
Abraham no fue incrédulo a la promesa de Dios ni dudo jamás. Al contrario, fortaleció su fe y así le dio gloria a Dios y le dio gracias por aquella bendición antes que se produjera.
Romanos 4:20 NVB
Alabar/agradecer da fuerza, te fortalece para la espera.
Principio: “agradecer a Dios por adelantado, te dará la fuerza para esperar la promesa”
Cada vez que empiezas a desesperarte y a preocuparte, tómalo como un recordatorio para agradecer a Dios porque tu respuesta, está en camino.
“Gracias Señor porque lo mejor está por venir”
Cuando agradecemos, Dios nos dará la fuerza para esperar. Él va a cumplir la promesa, pero Él quiere que le demos gracias desde antes.
De esto se trata la fe. Agradecer por lo que esperamos y aún no vemos.
Una vez que pides, da gracias.
De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios, debe CREER que Él existe y que Él RECOMPENSA A LOS QUE LE BUSCAN CON SINCERIDAD.
Hebreos 11:6 NTV
Dios escucha desde el momento en que le pedimos.
Agradece a Dios y dile cuanto lo amas, eso te fortalecerá para esperar el cumplimiento de esa promesa.
Esto debe ser un hábito: Agradecer por la respuesta, aunque no veas señales de su cumplimiento.
Un ejemplo es Jesús mismo:
Juan 11. Ante la tumba de Lázaro, incluso antes de que resucitara, agradece al Padre:
V 41-43 “Padre te doy gracias porque me has escuchado. Yo sé que siempre me escuchas, pero lo dije para que la gente que está aquí crea que Tú me enviaste. Después de decir esto, gritó con todas sus fuerzas: Lázaro, sal de ahí”.
Si Jesús lo hizo, ¿quién dices que tú y que yo no debemos hacerlo?
Hay poder en el agradecimiento y debe ser un hábito en nuestro diario vivir.
Denle gracias al Señor de los Ejércitos Celestiales, porque el Señor es Bueno. Su fiel amor perdura para siempre. Pues restauraré la prosperidad de esta tierra a como era en el pasado dice el Señor.
Jeremías 33:11b NTV
Conclusión: Demos gracias a Dios, lo que mueve la mano de Dios es nuestra fe, no nuestra necesidad.
Debemos confiar en la fidelidad de nuestro Dios y agradecer, aunque no veamos lo que esperamos. Él va a cumplir lo que ha prometido.
Los pensamientos negativos intentarán que nos olvidemos de los sueños.
Normalmente cuando pasamos por situaciones complicadas solemos olvidar lo que Dios ha hecho en otro tiempo, olvidamos sus milagros y favores. Y nos concentramos en el problema.
No se acordaron de Su poder ni de cómo los rescató de sus enemigos. No recordaron las señales milagrosas que hizo en Egipto ni sus maravillas en la llanura de Zoán.
Salmo 78: 42-43 NTV
En este Salmo Dios está reprochando a su pueblo como olvidaron lo que El hizo en tiempos pasados, olvidaron Su poder, Su bondad y Su fidelidad.
En el Antiguo testamento diferentes personas cada vez que llegaban a algún lugar o tenían un logro levantaban un altar.
Un altar era un lugar de bendición y de promesa.
El primer altar lo hizo Noé después que él y su familia sobrevivieron el diluvio.
Abraham donde quiera que llegaba levantaba altar para adorar a Dios y agradecer por el trayecto que había recorrido con éxito.
Esta instrucción Dios se la da a Su pueblo“RECUERDEN”
Constrúyanme un altar donde yo determine que recuerden mi Nombre y allí me presentaré ante ustedes y los bendeciré
Éxodo 20:24b NTV
Cuando el pueblo de Israel por fin cruzó el Rio Jordán para llegar a la tierra prometida, Josué erigió doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban el arca (Josué 4:9)
Estas doce piedras que representan las doce tribus de Israel en su vida por el desierto, el cuidado que Dios tuvo de ellos y la promesa de que Él había cumplido con darles la tierra prometida.
Actualmente para nosotros esas piedras son los testimonios que tenemos que recordar de lo que Dios ha hecho en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestra salud y en nuestra economía.
Quizá una de esas piedras es la casa donde vives, o la enfermedad de la que Dios te sanó.
Hay valor en recordar porque esto nos mantendrá alineados. Israel por olvidar, lo que Dios había hecho y les había prometido, hicieron dioses falsos. Y eso mismo nos puede pasar a nosotros.
Si nuestra mente no está llena de lo que Dios hizo, se llenará de otras cosas.
Recordar nos mantendrá en agradecimiento y además nos ayudará a enseñarles a nuestras generaciones.
No les ocultemos estas verdades a nuestros hijos, a la próxima generación le contaremos de las gloriosas obras del Señor, de Su poder y de sus imponentes maravillas.
Salmo 78:4,7 NTV.
De modo que cada generación volviera a poner su esperanza en Dios y no olvidara sus gloriosos milagros, sino que obedeciera sus mandamientos.
Esas verdades, estas piedras, son nuestros testimonios que tenemos que tener presentes, recordarlos y trasmitirlos especialmente a nuestros hijos y nuestras generaciones.
Hay valor en recordar porque nos mantendrá en agradecimiento. Y EN LA GRATITUD HAY PODER.


AMADO DIOS
Hoy al igual que al inicio de cada día, me acerco hasta Ti en oración para darte gracias por la dicha de un nuevo despertar. Gracias por este amanecer, por permitirme abrir mis ojos a tu hermosa creación y porque eres Tú quien en cada jornada me abraza con su amor y orienta mis pasos por senderos de esperanza, dicha y prosperidad.
Señor, pongo este nuevo día y mi destino en tus manos; yo te amo, confío en tus planes y por eso te pido que se haga siempre tu voluntad antes que la mía.
Perdóname si en algún momento no he sido agradecido, pues la verdad es que Tú siempre me das todo e incluso más de lo que necesito. Me das amor, salud, un hogar, el pan de cada día y la fuerza de voluntad para convertir mis anhelos en hermosa realidad. Soy salvo y feliz gracias a Ti. Padre eterno, por favor nunca te alejes de mi vida.
Permite que el sol de este día despeje cualquier tristeza y que la luz de tu espíritu ilumine mi senda.
Dame tan solo una gota de tu sabiduría para tener la capacidad de tomar decisiones certeras y permíteme servirte a través de mis actos. Hoy daré lo mejor de mí a cada instante y tuyos serán mis triunfos.
También te pido, amado Señor, que seas Tú envolviendo mi casa de amor, rodeando a mi familia con paz y armonía y que sean tus manos misericordiosas cubriéndonos de victorias y bendiciones; no nos permitas caer en la tentación y mantennos libres y salvos de todos aquellos que quieran hacernos mal.
Amado Dios, es en Ti donde están mi vida y mis más grandes ilusiones. Permite que en este nuevo día todo se haga bajo tus designios y tu tiempo perfecto y en la noche concédenos la dicha de descansar con la satisfacción del deber cumplido,
En nombre de Jesús. Amén.
Por Ma.Guanajuato González Castañales.














