La lengua suele ser la gran olvidada durante la rutina de higiene bucodental, pero su higiene es imprescindible para una buena salud dental.

La lengua está formada por diferentes tipos de papilas responsables de identificar el sabor de los alimentos que ingerimos. La lengua está llena de surcos, y en ellos pueden quedar atrapadas bacterias que provocan el mal aliento. La saliva actúa como limpiador, y por eso cuando tomamos medicamentos que resecan la boca, o al levantarnos por la mañana después de salivar menos por la noche, es más probable que tengamos mal aliento.
Una lengua limpia y sana tiene un aspecto rosado. Si tiene un tono blanquecino, amarillento o a veces ennegrecido, probablemente es señal de que algo no va bien. En general, este aspecto se relaciona con problemas gástricos, la candidiasis o está provocado por una higiene oral deficiente.
Efectos del azúcar en la lengua:
• El exceso de azúcar puede irritar los tejidos de la lengua y provocar bultos dolorosos.
• El azúcar y los caramelos ácidos pueden irritar los tejidos de la lengua.
• Los azúcares concentrados pueden erosionar el esmalte de los dientes y hacerlos más propensos a las caries.
• Mantener una buena higiene dental, cepillándose los dientes al menos tres veces al día con pasta dental sin flúor pues el flúor altera la tiroides.
• Acudir al dentista con frecuencia.
Algunos hábitos perjudiciales como el tabaquismo o el consumo de alcohol también pueden alterar la superficie lingual.
La salud de la lengua influye en la aparición de patologías e infecciones dentales, ya que retiene restos de alimentos y bacterias durante un largo período de tiempo.
La lengua es el músculo con mayor potencia en cuanto a tamaño y fuerza se refiere.
Funciones de la lengua:
Masticación, comunicación, lenguaje, deglución y sentido del gusto.
Además, es una parte fundamental del aparato digestivo por lo que una deficiente higiene puede derivar en patologías, infecciones, hongos y otras enfermedades, y problemas mal aliento.
A menudo, las causas del mal aliento se buscan en el estómago, cuando en realidad suelen ser, casi en la mayoría de los casos, problemas de la boca. Y es que los compuestos tóxicos que emanan de la boca resultan peligrosos para las encías que rodean a las piezas dentales y podrían comprometerlas en caso de falta de higiene lingual.
Limpiar la lengua es importante para mantener una boca más sana y evitar el mal aliento.
¿Qué técnicas hay para limpiarse la lengua?
• Cepillado suave de la lengua con el propio cepillo. Algunos cepillos incluyen una zona especial en la parte trasera para llevarlo a cabo.
• Limpiadores linguales específicos para limpiar la superficie lingual.
• Irrigador bucal. Aunque su uso concreto suele ser eliminar los restos de alimentos y bacterias incrustados entre dientes o la superficie dental, también sirve para limpiar la lengua.
• Limpiador de lengua: se raspa la saliva por las mañanas para eliminar esta capa de bacterias acumuladas en la noche.
Si tienes alguna duda, contáctame, porque tu salud está en tus manos.


Antes de discutir con alguien, pregúntate si esa persona es lo suficientemente madura mentalmente como para comprender el concepto de una perspectiva diferente. Porque si no lo haces, no tiene ningún sentido.
No todos los argumentos valen tu energía. A veces, no importa lo claramente que te expreses, la otra persona no escucha para entender – escucha para reaccionar. Está atrapado en su propio punto de vista, no quiere considerar otro punto de vista y comunicarse con él solo te agota.
Hay una diferencia entre una discusión saludable y un debate sin sentido. Una conversación con alguien que es abierto, que valora el crecimiento y la comprensión puede ser iluminadora, incluso si no estás de acuerdo. ¿Pero tratando de entender a alguien que se niega a ver más allá de sus propias creencias? Es como hablar en una pared. No importa cuánta lógica o verdad presentes, él distorsionará, desviará o rechazará tus palabras no porque estés equivocado sino porque no quiere ver el otro lado.
La madurez no se trata de quién gana el argumento, sino de saber cuando el argumento no vale la pena luchar. Es darse cuenta de que tu paz mental es más valiosa que probar a alguien que ya ha decidido que no cambiará su decisión. No todas las batallas deben pelearse. No toda persona merece tu explicación.
A veces lo más poderoso que puedes hacer es rendirte, no porque no tengas nada que decir, sino porque te das cuenta de que algunas personas no están dispuestas a escuchar. Y no es tu carga agacharte y llevar…










