CUANDO TE SIENTES INSATISFECHO.

Cuando un hombre no está contento consigo mismo, proyectará esa infelicidad en cualquier mujer que intente amarlo. Arruinará su felicidad porque no puede encontrar la suya.

Así que, querido hombre, trabaja en ti mismo, porque el amor de una mujer no es remedio para tu dolor. No es su trabajo sanar las heridas que te niegas a afrontar. Si cargas con ira, inseguridad o dudas sin resolver, inevitablemente convertirás su ternura en un campo de batalla donde lucha constantemente por un amor que aún no has aprendido a dar.

Ella intentará abrazarte, recordarte tu valor, pero si tú mismo no lo crees, sus palabras te parecerán mentiras. La alejarás, no porque no sea digna, sino porque en el fondo, crees que sí lo eres. Y cuando un hombre cree que no es digno de amor, inconscientemente destruirá cualquier amor que se le presente.

Podrías criticarla, menospreciarla o hacerla sentir que nunca es suficiente. No porque no lo sea, sino porque tú sientes que no lo eres. Una mujer enamorada hará todo lo posible por iluminar tu oscuridad, pero si te niegas a soltar las sombras, también apagarás su luz.

Por eso la sanación es esencial. No puedes servir de una copa vacía, ni puedes construir una relación amorosa sobre la base del autodesprecio. Trabaja en ti mismo para que, cuando llegue el amor, puedas recibirlo con los brazos abiertos en lugar de rechazarlo por miedo.

Sana tu pasado para no desangrarte con una mujer que no tuvo nada que ver con tus heridas. Asume la responsabilidad de tu felicidad para que ella no tenga que cargar con el peso de su corazón y el tuyo. Aprende a amarte a ti mismo para que, cuando ella te ame, le creas.

Una buena mujer te amará profundamente, pero ni la mujer más fuerte puede salvar a un hombre que se niega a salvarse. Si estás roto, reconócelo. Si estás perdido, encuentra tu camino. Si te sientes herido, busca sanar.

Tu dolor no es tu culpa, pero sanar es tu responsabilidad. Ninguna mujer merece sufrir por negarse a trabajar. El amor es un santuario, no un lugar de destrucción.

Así que, querido hombre, trabaja en ti mismo, no solo por ella, sino por ti. Ámate lo suficiente como para convertirte en el hombre que pueda amarla como se merece.

DICHO POR UN HOMBRE

La infidelidad no es una cualidad inherente a las mujeres, sino una consecuencia de la falta de atención y pasión en la relación. Existen hombres que se han vuelto demasiado rutinarios, olvidando los detalles que hacen que el amor siga vivo.

Se olvidan de las pequeñas cosas que hacen que una mujer se sienta especial: un almuerzo juntos, un helado en un día caluroso, una cena romántica, un día en la piscina, un paseo solos… Se olvidan del poder de un beso sincero, de la mirada que hace que el corazón late más rápido.

Pecan al no desear lo que otros hombres desean en secreto: la conexión profunda con su pareja, la pasión que nunca se apaga, el amor que crece con cada día que pasa.

Un verdadero hombre no es aquel que conquista a mil mujeres, sino aquel que es capaz de conquistar mil veces el corazón de la misma mujer. Es aquel que se esfuerza por mantener la llama del amor viva, que se da cuenta de que el amor es un arte que hay que cultivar, conquistar y cosechar cada día.

No dejes que sean otros hombres quienes dibujen sonrisas en el rostro de tu mujer. Sé el hombre que hace que su corazón late más rápido, que hace que se sienta especial, que hace que se sienta amada.

Recuerda, el amor no es una destino, es un viaje. Y es en este viaje donde se encuentra la verdadera pasión, la verdadera conexión y el verdadero amor.

Leo Larregui fomentando la lectura 📖☕

NOTICIAS DEL REINO

TU PERIÓDICO DIGITAL

Deja un comentario