El SER está igualmente involucrado e interesado en representar un papel en la obra dramática del ego, si bien su interés no sólo se debe a la experiencia y al aprendizaje que su interpretación le reportaría, sino también a que espera algún día que el ego se quite de encima el espejismo de la separación.

El hecho de despertarnos y salir del estado ilusorio, así como de darnos cuenta que somos el SER y no un ente separado, se llama AUTORREALIZACIÓN, hecho que puede suceder de repente o de forma tan lenta que apenas sea perceptible.
El SER además de despertarse y salir del estado ilusorio, intenta expresarse a través de nosotros de una manera más plena. Su meta no es sólo que nos demos cuenta de nuestra verdadera naturaleza como SER, sino también que actuemos en consecuencia. A veces, está forma de actuar en calidad de SER recibe el nombre de “Personificación”.
Todo el mundo puede AUTORREALIZARSE, si bien solo pocos están interesados en despertar del sueño. Muchos disfrutan de este sueño a su manera y ni siquiera se les ocurre cuestionarlo. Sin embargo, más tarde o más temprano llega el momento de despertarse, y esto suele ir acompañado de un profundo deseo de descubrir la verdad de nuestra existencia.
Los impulsos, los deseos y el drama del ego retroceden, prestándole entonces más atención y energía al SER desde el instante en que éste empieza a moverse con más plenitud a través de nosotros.
Este alejarse del ego —-y de sus deseos y a veces de sus percepciones—- para acercarse al SER constituye un paso significativo en nuestra evolución. Es llegar a la mayoría de edad como ser humano, ya que nuestro destino es despertarnos del estado egoico y descubrir que somos divinos.
Este descubrimiento cambia para siempre la experiencia de la vida, toda vez que el amor reemplaza el miedo como fuerza impulsora. Nuestro anhelo es experimentar la clase más profunda de amor ✨.












