Una gran explosión se percibe en mi corazón al leer las Palabras de Jesús dijo respecto a este varón, “Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe”, Jesús se maravillo de este hombre.
Pero, ¿Qué fue lo que Jesús vio, escucho, percibió en este centurión?
¡Amado Espíritu Santo muéstranos!

Amado lector, ¿Usted desea que Jesús se maraville con sus acciones, con sus palabras, con su estilo de vida?
Entonces analicemos a este varón, pues Nuestro Señor Jesús desea enseñarnos una gran manera de hacer negocios opulentos.
¡Sí! Amado lector, un gran negocio, donde usted y yo obtenemos la hermosa formula: ganar-ganar.
¿Cómo? ¿De qué me habla?
Veamos: Tenemos al inicio del capítulo siete del evangelio según San Lucas, el siguiente comunicado: “después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que lo oía, entró en Capernaum.
¿Porque están estos detalles en la escritura?
Porque Nuestros Señor desea que sepamos lo que para Él es importante: el da tiempo a enseñar, Él tiene pueblo que le oye, El entra a Capernaum, sabemos que Capernaum significa consuelo, El consuelo que Dios nos da por medio de su Palabra en respuesta a nuestra fe y su ayuda.
Y en seguida viene lo previo a la explosión:
Recibimos la palabra “siervo de un centurión” a quien su amo le quería mucho.
Leemos que el Centurión cedía sus oídos a escuchar de Jesús, este centurión tenia amor por su siervo, mostro humildad al enviar a unos ancianos de los judíos a dirigirse a Jesús, es decir no se brinca líneas de autoridad. Pidió que rogaron a Jesús que viniese y sanase a su siervo.
Ellos, los judíos dieron buen testimonio de este centurión: Es un hombre que ama nuestra nación y nos edificó una sinagoga (edificio dedicado al estudio de la Palabra de Dios, a la oración y alabanza a Dios).
Nuestro Señor determino atender dicha petición. Y …. Viene la explosión
¿Qué dijo el centurión?
“Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi servo será sano. Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace».
Vemos que este hombre con rango de centurión, dentro del ejercito romano, entendía perfectamente la línea de mando.
Y este varón menciono “también yo”, es decil al igual que tú.
Entonces este centurión comprendía que Jesús es un hombre puesto baja autoridad y que tiene soldados y siervos.
Jesús estando en la tierra, llevo a cabo su ministerio siempre bajo la autoridad de Dios y la guía del Espíritu Santo, y su Palabra siempre se cumplió, son sus soldados.
Soldados que ahora podrían estar en nuestra boca, si tenemos su Palabra en nuestro corazón.
¿Qué entendemos aquí?
Amado lector el honrar a nuestro superior, a nuestros semejantes y a quienes están bajo nuestra cobertura. ¡Es el gran negocio!
Usted y yo debemos tomar lo que Jesús desea que aprendamos, que nuestro estilo de vida, sea de fieles hacedores a la Palabra de Dios.
Que seamos edificios vivos, edificados por su Palabra, quienes enseñamos con nuestro Palabra, acciones y estilo de vida toda buena dadiva que Él nos ha dado para que otros también tomen de Él.
Que cuidemos, amemos, al grado de rogar, interceder por aquellos que están bajo nuestra cobertura.
Amado lector coloque esta imagen en su imaginación: usted en el centro, una línea hacia arriba en donde esta Dios, una línea en horizontal a usted en donde están todos los de su misma jerarquía y una línea hacia abajo en donde están todas las personas a quienes usted a sido asignado a proteger, a cuidar, enseñar.
Es un esquema de TRIPLE HONRA, IGUAL A UN GRAN NEGOCIO.
En poner en práctica este esquema usted tendrá la capacidad, de construir grandes edificios, de tener un excelente equipo de trabajo, de tener el mejor asesor de negocios: El Espíritu Santo.
Y una hermosa vida de Honor. ¡Usted provocara que el Señor se maraville, de usted!
Amado lector: es mi responsabilidad advertirle que una vida que no esta sometida a la autoridad Divina es una vida que no esta presente la Fe, lo que entonces representa una vida de no honra, sino de constantes decepciones.


AMADO DIOS
Una noche más ha pasado, la mañana ha llegado y en este momento quiero acercarme hasta Ti en oración para darte gracias porque Tú me has permitido la alegría de vivir un nuevo día.
Gracias Señor por haber cuidado de mí y de mi hogar en la noche que ya pasó, gracias por ser mi constante guía y mi amorosa compañía.
Gracias también por haber multiplicado mis fuerzas, por haber renovado mi energía y por haber abierto de par en par las puertas de la prosperidad. En este nuevo día mi mayor anhelo es ser fiel a tu santa voluntad y a tus divinas enseñanzas; por favor no permitas que me aleje ni un instante de tu lado.
Padre amado, Tú conoces mi corazón, mis obligaciones y sabes mejor que nadie que tengo muchas metas y compromisos por cumplir; te suplico que me ayudes a ver la vida con ojos llenos de amor, dame la sabiduría para entender a los demás y colma mi espíritu de bondad y esperanza.
Te suplico que me des las fuerzas suficientes para poder enfrentar mis problemas y mis necesidades. Por favor acompáñame en todas mis actividades en este día, bendice mi trabajo, ayúdame a vencer todas las dificultades y avanzar con paso firme en mi camino hacia la felicidad y la realización.
Por favor líbrame de todo mal, del peligro y del enemigo malintencionado, cubre mi vida y la vida de mi familia con tu manto y permítenos sentir tu divina presencia en cada momento y en todo lugar.
Amado Dios, en esta mañana te doy gracias por un nuevo día, por un nuevo comienzo, por las nuevas oportunidades y por las bendiciones con que Tú colmarás mi existencia. Te amo y confío en Ti, por eso te entrego todas mis obligaciones, pues sé que contigo a mi lado nunca me hará falta nada.
En el nombre de Jesús. Amén.
Por Ma. Guanajuato González Castañales.










