¿ESA EMOCIÓN HUMANA TAN INNECESARIA?
El miedo es una emoción humana universal presente en todas las culturas y en todas las sociedades del mundo. Es la respuesta a un estímulo real estresante; o bien, puede ser producto de un pensamiento real o imaginario. El miedo, no es solo humano, también lo padecen todos los mamíferos y algunos vertebrados.

Recuerdo que mi madre siempre me decía: “Hija yo crecí con mucho miedo”. Cuando lo expresaba, se encogía de hombros. Traerlos a su memoria sin confesar lo qué causó sus miedos, le provocaba cierto sufrimiento. Nunca se me ocurrió preguntarle qué situaciones o experiencias en su niñez le provocaron miedos que aún en su vejez seguían latentes..
En el mundo, el miedo adquiere un significado totalmente distinto del espiritual. Para el primero, es necesario pues es adaptativo; para el segundo, en mi apreciación, es innecesario, es mejor no tenerlo presente en la vida.
¿Cómo se define y cómo se vive el miedo en el mundo?
Jonathan García-Allen escribe: “El miedo es una emoción que genera una sensación angustiosa provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Es una reacción que comienza con un estímulo estresante y termina con la liberación de sustancias químicas que causan, entre otras cosas, que el corazón y la respiración se aceleren o que el cuerpo se ponga tenso. El miedo suele provocar comportamientos propios de la respuesta de estrés y una respuesta conocida como de lucha o huida”.
Vale decir que es un fenómeno complejo que no siempre se expresa de la misma manera ni tampoco se produce por las mismas causas. Está condicionado a diferentes factores, por citar algunos, el estado psicológico de la persona o el contexto social, incluso hay quienes sostienen que existen algunos miedos inherentes al ser humano, la incertidumbre por ejemplo. Se habla asimismo, desde la psicología, de un aprendizaje asociativo, del que aquí no daré cuenta.
Esta combinación entre factores biológicos, ambientales y aprendidos hace que los tipos de miedo que desarrollamos sean muy variados.
El miedo como señal de alerta para la sobrevivencia
Todos hemos sentido miedo en algún momento de nuestra vida. A decir de los que estudian el tema, el miedo aun cuando es una emoción incómoda, una sensación desagradable, es necesario, pues nos permite sobrevivir frente a situaciones amenazantes que ponen en riesgo nuestra integridad no solo física, sino psicológica, atacando nuestra autoestima, o el concepto que tenemos de nosotros mismos; y en consecuencia, la forma en cómo nos relacionamos con otros en nuestro entorno social más inmediato.
Nahum Montagud Rubio señala: “El miedo es un mecanismo adaptativo, algo que nos sirve para identificar posibles amenazas y huir antes de darles la oportunidad de que nos hagan un daño real. Nos sirve para reaccionar rápidamente ante situaciones potencialmente peligrosas”.
Siendo una de las emociones más primitivas, cumple con la función de prepararnos para la supervivencia, para reaccionar rápida y eficazmente frente a una amenaza, se convierte pues en un mecanismo de defensa que nos ayuda a alejarnos de un peligro para el cual no estamos preparados o no tenemos la posibilidad de salir victoriosos.
En el proceso de adaptación frente a las amenazas externas o internas está la utilidad de esta emoción. Sin embargo, porotra parte el miedo reprime al instinto lúdico, frena la iniciativa y la creatividad. La psicología ofrece mecanismos para lidiar con el miedo y evitar que resulte patológico.
¿Pero qué es el miedo en el ámbito espiritual y cómo se concibe?
En la Biblia encontramos grandes personajes que tuvieron miedo por distintos motivos: por la falta cometida; por situaciones adversas; al reconocer sus limitaciones e incompetencias; frente a la tarea asignada; al peligro; a lo desconocido; a la muerte.
Dios mismo reconoció el miedo como una emoción de naturaleza humana. Entonces no es de origen divino. El miedo nos disminuye, nos debilita, nos confunde, nos paraliza, nos provoca sensaciones desagradables como la ansiedad e incertidumbre, nos hace padecer, nos hace descalificarnos a nosotros mismos; experimentar sensaciones dolorosas. Luego entonces, nos preguntamos ¿el miedo es necesario?
A través de la historia de algunos personajes bíblicos podremos definir los miedos que experimentaron, las causas que los provocaron y cómo los superaron con el consejo de Dios en cada caso.
Temor al juicio de Dios: Adán.
“Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí”.
Gn. 3:10.
Este versículo se refiere al miedo que Adán sintió por comer un fruto prohibido por Dios, de un árbol del Edén. Dice Matthew Henry: “Es cosa cierta que fue el diablo quien sedujo a Eva”; y Sí, fue seducida y tentada pero no forzada y cayó en la tentación.
No obstante, Adán también sucumbió a la tentación, y fueron abiertos sus ojos y le sobrevino el miedo por la incertidumbre de las consecuencias de sus actos: desobediencia; falta de arrepentimiento; irresponsabilidad al no admitir su participación en el hecho y culpar a su Varona y a Dios por haberle dado esa mujer.
Aquí vemos que el miedo que sintió Adán por el juicio de su Creador fue producido porque tuvo consciencia de su desacato. No perdamos de vista, así mismo, que hubo ahí una raíz maligna y que posiblemente fue Adán el primer humano que experimentó miedo.
Por ese hecho hubo castigo divino. Sobrevino maldición desde lo alto al hombre, a la mujer, a la serpiente y a la tierra; y la separación del hombre de Dios.
Sin embargo, Dios en su infinita misericordia da la primera promesa de redención, esa fue su sabia respuesta. ¡Alabado sea su Santo Nombre!
Miedo al llamado: Moisés.
Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?
Ex. 3:11
Aquí el miedo de Moisés tuvo que ver con el concepto que tenía de sí mismo. No se sentía facultado para lo que consideraba una enorme tarea: liberar al pueblo de Israel de la esclavitud egipcia. Se subestimó y se vio incapaz, disminuido, inseguro, “poca cosa”, como decimos en México.
Mattew Henry señala: “Moisés era con mucho el hombre más adecuado de su tiempo para esa tarea, eminente por su erudición, sabiduría, experiencia, valor, fe, y santidad; sin embargo dice: ¿Quién soy yo? Ordinariamente cuanto más apta es una persona para un servicio, tanto más baja es la opinión que tiene de sí misma”.
¿Cuál fue la respuesta de Dios?: Ve, porque yo estaré contigo.
En cualquier misión que Dios te asigna, su presencia te acompaña siempre; te da una visión; te dota de todo tipo de fortalezas para soslayar tus debilidades; te da los medios y el equipo necesario para el cumplimiento del propósito divino. Sobre todo, la seguridad de que poniendo tu fe y confianza en Dios la victoria es segura.
El miedo al llamado divino es más común de lo que imaginamos; pero Dios no busca personas perfectas sino corazones dispuestos. Es cierto que cuando sabes que es Dios quien te elige para una tarea específica, te impone demasiado, lo cual puede ser comprensible.
También es necesario decir, que si miramos en retrospectiva, Dios va colocando el andamiaje en distintos momentos de tu vida para llegado el momento elegirte para su propósito divino. A veces, sin saberlo –como Moisés– ya estamos preparados. Entonces ¿por qué albergar miedo?
Miedo a predicar: Jeremías.
“…antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones:”“…Ay, Señor, Yavé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!.
Jer. 1:5-6.
Jeremías tenía miedo a predicar, se sabía un joven de 14 años inexperto e incapaz. Pero a diferencia de Moisés, fue elegido por Dios antes de su propia existencia, antes de haber nacido fue santificado y dado por profeta a las naciones, así dice su palabra.
“Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca” Jer. 1:9. Esta fue la respuesta de Dios al miedo de Jeremías.
Amado lector posiblemente tú has experimentado miedo al predicar y seguramente si obedeciste el mandato también experimentaste que es el Espíritu Santo quien te da de qué hablar. Luego entonces, se trata de hacer lo que te pide y de poner tu fe y confianza en Dios en cualquier tarea que te asigne, a pesar de los miedos y limitaciones que Nuestro Padre Celestial bien conoce. A Gedeón que tenía muy baja autoestima y dudaba de sí mismo, Dios lo llamó valiente.
Si identificas tus miedos enfréntalos con la palabra sagrada, fortalece tu espíritu con el consejo divino, sabiendo que Dios no te ve como te ves a ti mismo, o como te ve el hombre. Dios sabe tu potencial y “tiene la capacidad de transformar esos miedos en testimonios de fe”; Él busca que tu tierra fértil dé fruto en tu llamado para la gloria de su Santo Nombre.
No permitas que tu humanidad te alcance, ni que el miedo ocupe lugar en tus emociones. Escucha la voz de Dios:
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo…”
Isaías 41:10
No tengan miedo, pequeño rebaño, porque a su Padre le ha complacido darles el reino.
Lucas 12:32:
Jonathan García-Allen, Los 16 tipos de miedo y sus características.
Nahum Montagud Rubio,¿Qué es el miedo? Características de esta emoción https: //psicologiaymente.com/ psicologia/que-es-miedo
Henry Matthew, Biblia de estudio ampliada; con relevantes autores evangélicos de todos los tiempos, Ed. Clie, 2021. 2da, Ed.


AMADO DIOS
Hoy me acerco hasta Ti para decirte que nunca me cansaré de darte las gracias por todas las bendiciones y los hermosos regalos con los que Tú colmas mi vida. Tú eres un Dios bueno, grande y misericordioso y a cada instante puedo sentir tu maravillosa presencia conmigo a donde quiera que yo vaya.
Señor, hoy más que nunca te pido que me guíes y me protejas, pues Tú conoces mi vida, mis anhelos, mis temores y también mis necesidades. Por favor susúrrame palabras de fuerza y sabiduría, tómame de la mano y llévame por aquel camino que debo seguir, pues yo confío plenamente en Ti y en tus planes y acepto con alegría cada uno de los propósitos que tienes para mí.
Padre amado, en esta oración también quiero poner en tus brazos a mi hogar y a mi familia y te pido que seas Tú llenándonos de amor y entendimiento para actuar en tu tiempo perfecto y de acuerdo a tus designios.
Permítenos cumplir con nuestras obligaciones con gozo y alegría y si por algún motivo tuviésemos que superar una situación difícil, ayúdanos a recordar que atrás de lo que hoy parece una prueba siempre aguarda una hermosa bendición. Por favor, danos fuerza de voluntad y carácter para poder hacer de cada día, un gran día en tu nombre.
Te pido también por las necesidades físicas, materiales y espirituales de cada uno de nosotros, bendícenos en esta jornada y sé nuestro amoroso proveedor, pues si Tú estás a nuestro lado, absolutamente nada habrá de faltarnos.
Amado Dios, en este nuevo día pongo en tus manos mi ser, mis sueños y aquellas necesidades que Tú muy bien conoces, y sé que Tú serás guardando cada uno de mis pasos y preservándome libre de todo mal, porque tu amor y tu bondad no conocen límites.
En nombre de nuestro único salvador Jesús. Amén.
Por Ma. Guanajuato González Castañales.











