LA PREGUNTA CORRECTA

Cómo transformar tu dolor en propósito eterno

Todos, sin excepción, hemos enfrentado momentos en los que la vida simplemente no tiene sentido. Noticias que rompen el alma, pérdidas que no se pueden explicar, luchas que parecen no tener fin.

Y es ahí, en ese valle de sombras, donde surge casi inevitablemente una pregunta:

“¿Por qué, Señor?”
¿Por qué a mí?
¿Por qué ahora?
¿Qué hice mal?

Puede que tú estés justo en ese punto. Quizás recibiste un diagnóstico devastador. Tal vez estás viendo cómo se desmorona tu familia o has perdido la estabilidad económica. Quizás ola soledad te pesa como nunca antes.
Y te entiendo. Porque todos hemos estado ahí.

Pero hoy quiero invitarte a algo radical. Algo que puede cambiar tu vida para siempre:

¿Y si estás haciendo la pregunta equivocada?

Los discípulos también preguntaron “¿por qué?” cuando vieron a un hombre ciego de nacimiento. Querían saber a quién culpar. Pero Jesús los sorprendió con Su respuesta:

Están haciendo la pregunta equivocada… En cambio, miren lo que Dios puede hacer.

Juan 9:3, MSG

¿Te das cuenta de lo poderoso que es eso?

Dios no está buscando culpables, no está castigando, no está señalando tu error.
Él está buscando una oportunidad para manifestar Su gloria a través de ti.

Por eso, más que preguntar “¿por qué me pasa esto?”, necesitamos aprender a preguntar:

“Señor, ¿para qué estás permitiendo esto?”
¿Qué estás formando en mí?
¿Cómo te vas a glorificar a través de esto?

Y cuando haces esa pregunta… todo cambia.

1. El dolor no es tu enemigo… si aprendes a escuchar lo que Dios quiere enseñarte

Todos buscamos respuestas cuando sufrimos. Es natural. Incluso Jesús, en la cruz, clamó:

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

(Mateo 27:46)

Pero la fe madura no se queda en el “¿por qué?”, sino que avanza con valentía hacia el “¿para qué?”.

Job perdió todo: su familia, su salud, su riqueza… pero al final dijo:

Antes solo había oído hablar de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos.

 (Job 42:5)

El dolor, bien enfrentado, puede convertirse en el lugar donde Dios se te revela de forma real y transformadora.

2. La gloria de Dios se manifiesta en los escenarios más oscuros

¿Sabías que Jesús no llegó inmediatamente cuando Lázaro enfermó? Esperó. Y no fue por falta de amor, fue porque tenía un plan más grande.

“Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para la gloria de Dios…” (Juan 11:4, NVI)


“¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan 11:40)

Dios no llega tarde. Él llega justo a tiempo para mostrar Su gloria.

Tu historia aún no termina. La página que estás viviendo hoy puede parecer caótica, pero es parte de un capítulo donde Dios se va a glorificar si decides confiar.

3. Dios está usando esta temporada para formar en ti algo eterno

El sufrimiento no es en vano. Mira lo que dice Pablo:

El sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, carácter; y el carácter, esperanza. 

Romanos 5:3-4)

Y mira cómo lo vivió José:

Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios lo cambió en bien…

Génesis 50:20

Todo lo que vivió —el rechazo, la injusticia, la prisión— no fue el final, sino la plataforma para cumplir su propósito.

Lo que hoy te duele, mañana puede convertirse en tu ministerio.

4. A veces Dios no cambia las circunstancias… porque está cambiándote a ti

Pablo pidió tres veces que Dios quitara su aflicción. Pero Dios respondió con algo más poderoso:

Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.

2 Corintios 12:9

¿Sabes qué significa eso?

Significa que, aunque no veas el milagro que esperas, Dios te está fortaleciendote está formando, y te está llenando de Su poder.

Las dificultades que tenemos son pequeñas y no van a durar siempre… Dios nos llena de una gloria grande y eterna.

(2 Corintios 4:17, DHH)

Conclusión: Dios no ha terminado contigo

¿Estás atravesando una tormenta?
¿Te dieron un diagnóstico que te quebró?
¿Sientes que no puedes más?

Dios no te ha olvidado. No estás solo.

Él sigue escribiendo tu historia.
Él sigue obrando, incluso si no lo ves.
Y hoy te llama a hacer La Pregunta Correcta.

“Eso que estás viviendo ahora no se compara con la gloria que Dios está a punto de revelar en ti.” (Romanos 8:18, MSG)

Cambia tu pregunta. Abre tu corazón.

Haz esta oración conmigo:

“Señor, ya no quiero preguntarte por qué.
Hoy te pregunto: ¿Para qué estás permitiendo esto?
Fortalece mi fe. Glorifícate en mi vida.
Enséñame a confiar en tu propósito, aun en medio de la oscuridad.
No quiero quedarme en la queja ni en el dolor… quiero vivir con propósito.”

Amén.

Hoy es el comienzo de algo nuevo.

Hoy comienzas a ver con nuevos ojos.
Hoy dejas de buscar culpables… y empiezas a buscar a Dios.

AMADO DIOS

Hoy acudo ante Ti con un corazón lleno de dicha y fidelidad para darte gracias por este nuevo día, ya que con él, tengo la oportunidad de hacer más grande mi fe y servir a tu obra.

Gracias Señor por mi familia, por mis amigos y por todas las maravillosas bendiciones que Tú has puesto en mi camino. Amado Dios, confío en tu bondad y pongo en tus manos mi vida, mi destino, mis metas y mis más grandes sueños.

Señor, cada día llega a mi vida con nuevos retos y para salir victorioso en cada jornada necesito contar con tu hermosa presencia en mi vida.

Por favor tómame de la mano y llévame por sendas de bienestar, plenitud y prosperidad; ilumina mi mente para que cada uno de mis actos sea para tu gloria y por favor abre mis ojos para que vean tu grandeza, todo tu esplendor y de este modo, poder tener claridad en cada una de las decisiones que tome durante esta jornada.

Te entrego mi corazón, mis propósitos, mis ideales y todo mi ser para que los transformes a tu imagen, y así, yo poder obrar de acuerdo a tus designios.

Y una vez los últimos rayos del sol anuncien el fin de este día, permíteme reunirme con los míos en el calor y la seguridad de mi hogar. Permítenos disfrutar del pan en nuestra mesa, de la salud en nuestros cuerpos y de tu paz y tu amor en nuestros corazones.

Te suplico, amado Dios, que visites y habites en nuestra casa, pues tu presencia ilumina y dirige nuestras vidas y donde Tú estás, nunca falta absolutamente nada.

No sé lo que me espera en este nuevo día, pero estoy feliz y tranquilo, porque ya lo puse en las manos de Dios y yo confió en sus planes perfectos y maravillosos,

En el nombre de nuestro único intercesor Jesús. Amén 🙏.

Ma. Guanajuato González Catañales.

¡ Hola Bienvenido !

Ps. Santiago Moya

NOTICIAS DEL REINO

TU PERIÓDICO DIGITAL

Deja un comentario