Hay momentos en la vida en los que sabemos agradecer. Un ascenso, una sanidad, un milagro evidente…
en esas ocasiones las palabras de gratitud brotan solas. Pero ¿qué pasa con las pequeñas bendiciones, con los detalles que damos por sentado?

El antiguo canto judío del Dayenu nos enseña una lección que atraviesa los siglos. Dayenu significa:
“¡Hubiera sido suficiente!”.
En la Pascua, el pueblo de Israel recuerda cada favor de Dios
—sacarlos de Egipto, abrir el Mar Rojo, darles maná, entregarles la Torá, llevarlos a la tierra prometida
—y después de cada uno dicen: “¡Hubiera sido suficiente!”.
Es como si el corazón entendiera: aunque Dios hubiera hecho una sola de esas cosas, eso ya era motivo para agradecerle por toda la vida.
La Biblia lo dice de otra forma:
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”
(1 Tesalonicenses 5:18)
La Gratitud que Transforma
El Dayenu nos enseña tres cosas:
• Humildad: no merecemos tanto.
• Gratitud: no debemos olvidar ninguno de Sus beneficios. (Salmo 103:2).
• Suficiencia: Su gracia nos basta (2 Corintios 12:9).
El corazón que aprende a decir “hubiera sido suficiente” deja de quejarse y comienza a ver la vida como un regalo. Cada respiro, cada día, cada provisión, cada promesa… son razones suficientes para arrodillarnos en gratitud.
Nuestro Dayenu en Cristo
Y si los judíos cantaban recordando su liberación de Egipto, ¿qué deberíamos cantar nosotros, que hemos recibido tanto más en Cristo?
• Si Dios solo nos hubiera dado la vida… ¡hubiera sido suficiente!
• Si solo nos hubiera perdonado los pecados… ¡hubiera sido suficiente!
• Si solo nos hubiera dado Su Palabra… ¡hubiera sido suficiente!
• Si solo hubiera enviado a Jesús… ¡hubiera sido suficiente!
• Si Jesús solo hubiera muerto en la cruz… ¡hubiera sido suficiente!
• Si solo nos hubiera dado el Espíritu Santo… ¡hubiera sido suficiente!
• Si solo nos hubiera prometido la vida eterna… ¡hubiera sido suficiente!
Pero aquí está la maravilla: Dios no nos dio solo una cosa. ¡Nos lo dio todo!
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?
(Romanos 8:32)
Una Gratitud que Se Convierte en Vida
La cruz sola bastaría para agradecer eternamente. Pero Dios nos dio cruz, Espíritu, Palabra, iglesia y eternidad.
La verdadera pregunta es: ¿viviremos como agradecidos o como quejosos?
“Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.”
(Colosenses 2:6–7)
El agradecimiento no es una emoción pasajera, es una manera de vivir. Es levantarse cada día y decir: Señor, si solo me hubieras dado vida, hubiera sido suficiente. Si solo me hubieras perdonado, hubiera sido suficiente. Pero me diste todo. Mi vida será un canto de gratitud.
Más que Suficiente
Hoy, mientras lees estas palabras, recuerda: tu Dios es más que suficiente. Él no se quedó en lo mínimo, Él te dio lo máximo.
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos….
(Efesios 3:20)
Que tu corazón cante:
“Si Cristo solo me hubiera dado perdón…
hubiera sido suficiente.
Si solo me hubiera dado al Espíritu Santo… hubiera sido suficiente.
Pero Él me dio todo…
¡Dios ha sido más que suficiente!”


AMADO DIOS
Los primeros rayos del sol empiezan a llegar hasta mi morada, el trinar alegre de las aves nos anuncia que un nuevo día ha llegado y yo estoy aquí en frente de Ti para darte gracias por la dicha de un nuevo despertar.
En la mañana de este domingo quiero darte las gracias por todo el amor que Tú derramas sobre mi vida, sobre mis seres queridos y sobre nuestros hogares, por la paz que le das a nuestros corazones y por la tranquilidad y la certeza que nos brinda el cobijo permanente de tu manto sagrado.Señor, en esta oración quiero reafirmar que mi vida y la vida de mi familia está en tus manos. Por favor dirige nuestros pasos, libranos siempre de todo mal, del enemigo malvado y llévanos hacia destinos colmados de dicha, paz, plenitud y bendición.Te suplico que seas mirando nuestras obligaciones, nuestras necesidades, nuestros sueños y nuestras batallas. Por favor ayúdanos a mantener la calma frente a toda dificultad, danos motivos para creer que todo puede ser mejor y guíanos hacia soluciones y nuevas oportunidades.Te pido también por todas aquellas personas que hoy viven en angustia y escasez. Por favor fortalece a los enfermos, a los tristes, a los desamparados y permite que tu ayuda sea luz de esperanza para la humanidad.Amado Dios, yo confío plenamente en Ti y en tus planes perfectos y es por eso hoy te pido que se haga tu voluntad y que cada cosa en mi vida se realice según tu buen propósito.En este día yo daré lo mejor de mí, trabajaré con ilusión y me mantendré confiado por tus promesas, pues sé que de tus manos solo recibiré bienestar, milagros, misericordia, bienaventuranza y compasión, Amén.
En el nombre de Jesús. Amen.
Por Ma.Guanajuato González Castañales.








