Parte 2
LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO
El rey David fue el segundo y más importante rey del antiguo Israel por haber unificado las doce tribus israelíes; por establecer a Jerusalén como capital y haber creado un periodo de prosperidad conocido como “La Edad de Oro” de Israel; por ser un gran guerrero y, sobre todo, por su cercanísima relación con Dios.
Pese a todas esas virtudes, fue tentado por satanás en lo que fue una debilidad de su naturaleza pecaminosa. Con toda esa integridad de carácter sucumbió y cometió adulterio, mismo que lo llevó a incurrir en otro pecado: propiciar la muerte del marido de Betsabé.
Las consecuencias de sus actos no fueron menores. A veces se nos olvida que Dios todo lo ve, y el comportamiento de David provocó su enojo: “por cuanto me menospreciaste” le dijo y sentenció: “…no se apartará jamás de tu casa la espada”.
(…) Haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a otro, que se acostará con tus mujeres a la luz del sol” (…) “el hijo que te ha nacido ciertamente morirá
2 Sam. 12:11-14
Así fue, al interior de su casa surgió el mal: El niño enfermó gravemente y David suplicó a Dios por él, ayuno y durmió en la tierra, lloró, sufrió profundamente la sentencia, no escuchaba consejo de nadie, sólo esperaba compasión de Jehová, pero el niño murió.
Sucedió así mismo que Amnón, el hijo más grande del rey David le tendió una trampa a Tamar su hermana y la violó. Absalón al enterarse organizó, dos años después, una convivencia con todos los hijos del rey David, y ordenó a los criados que le dieran muerte a Amnón, lo odiaba por haber abusado de su hermana.
Cuando lo supo el rey lloró profundamente por la muerte de Amnón y, aún más, porque Absalón, también hijo suyo, huyó. David lloraba su ausencia todos los días. Pasado el tiempo hicieron volver a Absalón quien pidió al rey la restitución de sus derechos, y luego salió, con permiso del rey, de Jerusalén.
Estando fuera conspiró contra el rey; robó el corazón de un número importante de israelitas y se sublevó contra el rey, el cual ya estaba enterado. “Tratad benignamente por amor de mí al joven Absalón” (18:5) recomendó el rey. Sin embargo, en el enfrentamiento quedó atrapado en dos ramas espesas de una encina y estando ahí “suspendido aún con vida entre el cielo y la tierra”, dice la escritura, diez hombres adeptos del rey le dieron muerte.
A raíz de su pecado el rey David perdió la paz de su alma. Sufrió desasosiego por la muerte de Absalón, pues fue siempre un padre amoroso con todos sus hijos. Y aunque fue perdonado de morir por su pecado, todo el mal, a raíz de su debilidad, le sobrevino en su casa. El niño nacido del adulterio murió. Amnón violó a su hermana. Absalón vengó el abuso propiciando la muerte de Amnón. Y finalmente, Absalón fue muerto también por conspirar en contra del rey.
Un rey con tantas virtudes, mostró así mismo su fragilidad humana al subírsele el poder a la cabeza y abusó de ese mismo poder en el trato a Betsabé, por lo que pasó el resto de sus días lamentando su debilidad, lleno de culpa y de sentimientos y emociones que destruyen la identidad en Dios. No obstante, con arrepentimiento genuino suplicó perdón a Dios a quien ofendió con su comportamiento.
Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
Lávame más y más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
No me eches de delante de tu presencia,
y no quites de mí tu santo Espíritu.
Salmo 51:1-2;10-11
Vencer la tentación no es fácil, pero Dios promete ayudarte. Dice su palabra: “A ustedes no les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero Dios es fiel y no permitirá que ustedes sean sometidos a una prueba más allá de lo que puedan resistir, sino que junto con la prueba les dará la salida, para que puedan sobrellevarla.” (1 Corintios 10:13).
¡Alabado sea su Santo Nombre!
Esta parte de la historia del rey David ilustra claramente como los actos de cualquier individuo que comete pecado afectan, no solo al que cae en la tentación, sino a toda su casa, a toda su familia, a quienes más ama. En este caso, David perdió toda autoridad moral frente a sus hijos, lo que le impidió corregirlos cuando pecaron. Vulneró así su honorabilidad de padre provocando la tragedia familiar.
Supo David de la transgresión de Amnón contra Tamar y no pudo reprenderlo, porque él abusó de su poder con Betsabé, fue su mismo espejo. Sintió culpa. Absalón tampoco enfrentó a su medio hermano por haber violado a su hermana, y propicio su muerte. Conflictos sin resolver de esa magnitud nunca desaparecen por sí mismos. No enfrentarlos provoca una destrucción que en muchos casos es peor que la incomodidad que puede resultar de tratar con los asuntos cuando estos surgen.3 Pero David no estaba en condiciones de hacerlo porque sentía culpa.
Es bueno tomar ejemplo de estas narrativas bíblicas que nos muestran la luz y la oscuridad de la naturaleza humana. De cómo un hombre de la integridad de David, quien construyó su reinado con firmeza y respeto al consejo y presencia divinos, tropezó en un abrir y cerrar de ojos, cayó en la tentación que satanás le puso provocando el drama familiar; una guerra civil; y la ira de Dios. Pese a ello, Jehová lo sostuvo, posiblemente porque el corazón de David permaneció fiel a Dios.
En esta historia vimos como un pecado condujo a otro y trajo consigo maldición a la vida del rey, sentimientos de culpa y quebranto en su autoridad. Pero sabemos que Nuestro Señor es misericordioso y perdona a quien se arrepiente por la falta cometida, pero las consecuencias de la conducta pecaminosa quedan. De eso Dios no te libera.
Dichoso el que hace frente a la tentación; porque, pasada la prueba, se hace acreedor a la corona de vida, la cual Dios ha prometido dar a quienes lo aman
Sgo.1:12-14
1Mathew Henry, Biblia de Estudio Ampliada, ed. clie. 2 Samuel, Introducción, 4), p. 422.
2Ibidem, 2 Sam. 7:16, #76, p.435


AMADO DIOS
Hoy quiero empezar mi oración dándote gracias por este día que Tú en tu inmensa bondad me regalas. Es hermoso poder despertar cada mañana y verme rodeado de tantas maravillosas bendiciones.
Tú me das la vida y me permites vivirla al lado de mi familia, me das un techo seguro bajo el cual descansar, me brindas el pan de alimento y siempre cuidas de mí y de los míos. Qué glorioso es poder sentir tu presencia a cada instante en mi senda y qué glorioso es saber que Tú siempre escuchas mis plegarias y me brindas maravillosas respuestas.
Hoy viviré con alegría, porque sé que Tú estás conmigo y te pido que hoy sea un día de triunfo, donde mis anhelos se convertirán en dulce realidad y viviré rodeado de amor, felicidad, paz y prosperidad. Mi vida es maravillosa gracias a Ti Señor, alabado seas por siempre.
Amado Dios, te pido que no te apartes de mi vida ni por un instante y que seas mi guía, mi refugio y también mi consuelo. Te pido que me colmes de sabiduría para tomar buenas decisiones, paciencia para no desfallecer en medio de las pruebas y fe para comprender que tus designios son perfectos y que tus planes siempre son mejores que los míos.
Señor, por favor ayúdame a alcanzar mis metas, Tú conoces mi vida y mis sueños, tómame de la mano y guíame por caminos de victoria.
Padre eterno, confío en Ti, en tus palabras y en tus promesas maravillosas. Por eso te entrego este nuevo día que comienza. Por favor orienta mi andar, cuida de las personas que amo, ilumina mi mente, despeja mis dudas, llena de valentía mi espíritu y desborda éxito y abundancia en todos mis proyectos.
Señor, la fuerza de tu amor me permite salir siempre adelante; Gracias por ser la luz que aclara mi senda y gracias por ser mi mejor amigo,
Nombre de Jesús. Amén.
Por Ma. Guanajuato Gonzáles Castañales









