No podemos ignorar el cambio climático

Por Hugo Rodríguez Barroso

PARTE 2

Y es que de facto, la estrategia más viable que dé lugar a generar las condiciones adecuadas para reducir la cantidad de emisiones de gases efecto invernadero, es a través de la expansión económica basada en el aceleramiento de la transición energética, en el reaprovechamiento del agua, la reconfiguración del transporte multimodal y la reconversión industrial. Todo impulsado por la demanda en los mercados de consumo, a través de los propios consumidores que asuman estilos de vida convenientes y hábitos de consumo racionales. Es decir mediante la Sustentabilidad Individual.

Mientras las condiciones actuales no se modifiquen o no se atiendan esos cuatro factores, lo más probable será continuar atestiguando el fracaso de las llamadas COPs. Y con ellas, el fracaso y deterioro de la ONU, que con habilidad y destreza ha hecho, del Cambio Climático, a través de su estructura burocrática y de su alta dirigencia, un modus vivendi para la organización y para sus altos mandos.

Según datos del portal de Internet “statista.com”, en 1990 se tenían registradas 22.75 billones de toneladas métricas de emisiones de CO2 por la quema de combustibles fósiles a escala mundial. Siendo que para el año 2020 las emisiones se incrementaron hasta 34.81 billones de toneladas métricas. Un aumento en tan solo 30 años de 12.06 billones de toneladas métricas, lo que representa el 53%. Entendiendo además que esas 22.75 billones de toneladas métricas se habían alcanzado durante los 240 años previos, de 1750 a 1990.

(https://www.statista.com/statistics/264699/worldwide-co2-emissions).

Es claro que la ONU no es responsable directa del aumento de las emisiones, pero es claro también, que sus esfuerzos por disminuirlas y frenar el avance del Cambio Climático, bajo la agenda que ha venido operando, no ha funcionado. Nos encontramos entonces, de modo paralelo, en una crisis de las instituciones del Derecho Internacional.

Ante este panorama no es sorprendente que algunos países comiencen a tomar distancia de tales esfuerzos fallidos y hayan creado – durante el día 12 de la COP-26, el 11 de noviembre de 2021 – una alianza internacional denominada ´Beyond Oil´ que aspira a desvincular sus economías de la producción y consumo de combustibles fósiles.

La alianza está conformada por Dinamarca, Costa Rica, Francia, Groenlandia, Irlanda, Suecia, Gales y la provincia de Quebec. Juntos para desplegar acciones eficaces que logren desacelerar el ritmo de avance del Cambio Climático.

Son este tipo de iniciativas de países comprometidos con el cambio, los que harán la diferencia, y los que hoy nos dan la esperanza, a quienes intentamos de modo incansable en participar con pensamiento y hechos, a entender que una nueva vía abrirá el camino hacia el rescate de nuestro Hábitat y del Planeta.

Hugo Rodríguez Barroso

Pero también nos ayuda a reiterar que en esta lucha debemos participar individuos, familias, empresas, universidades, organizaciones no gubernamentales, sociedades, gobiernos e instancias internacionales. Y más aún, que la lucha más fructífera será desde la economía. Desde la economía individual y familiar, la comunitaria y local, estatal y nacional, así como la regional y global.

Vivimos la conclusión de una era económica que dará lugar a otra de mayor crecimiento, resultante en primera instancia de un proceso de substitución de los combustibles fósiles y del carbón por las energías renovables: la transición energética también llamada cuarta revolución industrial.

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