La falta de sueño influye en nuestro peso

Por Paola Kegel

¿Cómo se relaciona el sueño con el peso?. Cuando dormimos, se llevan a cabo procesos de producción y secreción de hormonas importantes para mantener un estado óptimo de salud.

Un estudio realizado por la Asociación Norteamericana para el control de la Obesidad (NAASO) señala que son necesarias mas de 6 horas de sueño para mantener un estado saludable.

La restricción de sueño afecta a la secreción de hormonas relacionadas con el apetito y la saciedad. La grelina que es la hormona encargada de que sintamos hambre se aumenta ante la falta de sueño. Al mismo tiempo disminuye la secreción de leptina, la hormona que provoca que sintamos saciedad.

La calidad del sueño es otro factor que influye en nuestro peso. Cuando tenemos un sueño poco profundo y no descansamos adecuadamente, es muy probable que sintamos una falta de energía durante el día que nos va a llevar a querer comer. Sin embargo, esta falta de energía no se debe a una falta calórica sino a la falta de descanso. 

El no dormir suficiente también influye en que a consecuencia del cansancio no realicemos actividad física. Realizar actividad física junto con una correcta alimentación, ayudan a regular nuestro peso.

Para tener una mejor calidad de sueño checa los siguientes consejos:

• Cena de 2 a 3 horas antes de acostarte.
• Realiza ejercicios de relajación y respiración para llevar a la mente y al cuerpo a un estado de descanso.
• Evita usar dispositivos 1 hora antes de dormir como celulares, computadoras y TV.
• Procura no ver imágenes o noticias que puedan alterarte.
• Evita bebidas con cafeína o alcohólicas.
• Acondiciona tu espacio de sueño para que esté oscuro, sin ruido ni distracciones, con un colchón cómodo y una temperatura agradable.
• Por último, mantén un horario se sueño regular. Darle horarios a tu cuerpo es la mejor manera de ayudar al cuerpo a llevar a cabo mejor sus procesos.

Si aún llevando a cabo todos estos procesos tienes dificultad para dormir, puedes tomar algún té con pasiflora, valeriana, manzanilla o algún suplemento con melatonina o magnesio.