Por Maricarmen Lozada Armesto

¿Son malas las emociones?
¿Qué dice la Biblia sobre las emociones?
La Palabra de Dios dice que somos un espíritu, tenemos un alma y vivimos en un cuerpo.
23Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
1 Tesalonicenses 5:23
Cuando nacemos de nuevo, somos como dice:
17De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2 Corintios 5:17
Nuevas criaturas. (espiritualmente). Pero tenemos un alma donde están los pensamientos y las emociones. Esta parte de nuestro ser es donde están la mayoría de nuestros conflictos, es el área que dice el apóstol Pablo, tiene que ser renovada.
2No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta
Romanos 12:2
Más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Alguien dijo: “Cambia tu manera de pensar y cambiará tu manera de vivir”.
Dios nos creó con emociones; estas forman parte de nuestras vidas. Somos seres emocionales. Pero cuando estas se vuelven tormentosas y no son debidamente controladas o gestionadas, se vuelven cárceles de donde necesitamos salir.
Las diferentes formas de pensamiento pueden generar emociones perturbadoras como el miedo, la ira, la tristeza, la ansiedad, etc.
Lo que la Biblia dice al respecto, es que sí somos seres emocionales diseñados y capacitados para controlar y manejar esas emociones, y no ser controlados por ellas. Por ejemplo; el enojo no es malo; lo malo es lo que hacemos cuando nos enojamos.
7Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
2 Timoteo 1:7
Dios no nos dio espíritu de cobardía, sino de poder amor y dominio propio. Otra versión NTV dice “autodisciplina”
En realidad, el ser humano fue creado por Dios con funciones espirituales, almáticas y físicas. Es decir, que somos seres trifuncionales; cada una de estas funciones están interrelacionadas. Muchas veces, el cuerpo se afecta por problemas en el alma. (pensamientos o emociones)





Es posible controlar las emociones, la Palabra de Dios nos da herramientas y ejemplos de esto, pero el mejor ejemplo del que podemos aprender es Jesús mismo, que siendo 100 % hombre cuando estuvo aquí en la tierra, ya que dice:
7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
Filipenses 2:7
Que se había despojado de toda Su Deidad, tuvo las mismas emociones que tenemos nosotros, pero nunca se dejó dominar por ellas. En diversas ocasiones lo vemos en los evangelios.
En Getsemaní antes de ir a la cruz. Él tuvo un cúmulo impresionante de emociones; estaba triste, enojado por la traición, sintió miedo porque Él sabía lo que significaba la crucifixión, vivió un grado de estrés que lo llevo a sudar y su sudor estaba mezclado con gotas de sangre.
44Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
Lucas 22:44.
Fenómeno conocido como hematidrosis y es provocado por un estrés físico o emocional extremo.
Aun así, no se dejó dominar por todas esas emociones perturbadoras porque eso hubiera impedido que cumpliera su propósito de Redención para la humanidad.
A nosotros nos sucede que cuando somos controlados o dominados por las emociones, perdemos el propósito y se vuelven una prisión o un obstáculo que muchas veces nos impide cumplir con el plan de Dios para nuestras vidas.
Somos seres emocionales aptos para controlar esas emociones. El Espíritu Santo que mora en nosotros nos capacita, como dice:
Gálatas 5:22 NTV dice: … la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.
Proverbios 16:32 dice: “Mejor es ser paciente que poderoso; más vale tener control propio que conquistar una ciudad”.


AMADO DIOS
Amado Dios, en esta mañana me acerco hasta Ti, con un corazón devoto y esperanzado, para darte gracias por regalarme este nuevo día.
Gracias por permitirme despertar con vida, con ilusión y con mi espíritu dispuesto a recibir tu amor. Hoy me acerco a Ti con humildad, pero también con fe, con la certeza de que si Tú estás conmigo, nada me faltará.
Te pido, Señor, que este día esté lleno de paz. Esa paz que solo Tú sabes dar, esa paz que calma tormentas internas, que disuelve el miedo y que llena de serenidad cada rincón del alma. Permíteme caminar con tranquilidad, tomar decisiones desde la calma y vivir este día con el corazón en armonía.
Derrama sobre mí tu felicidad, Dios bueno. Que pueda sonreír con gratitud, que encuentre belleza en los detalles simples y que cada momento del día me acerque más a tu presencia. Líbrame de todo pensamiento negativo, y si surge alguna tristeza, recuérdame que Tú estás conmigo y nunca me abandonarás.
Padre Celestial, en esta oración también elevo mi intención por mi hogar y mi familia. Por favor fortalece nuestros cuerpos, bendice nuestras mentes y llénanos de energía para cumplir con nuestros deberes y avanzar con entusiasmo hacia nuestras metas. Que todo lo que hagamos hoy sea fructífero, lleno de propósito y guiado por tu sabiduría.
Y sobre todo, Dios mío, no me dejes solo. Acompáñame en cada paso. Sé mi guía, mi escudo, mi luz y mi refugio. Sana mis heridas, salva mis pensamientos de la desesperanza, y prospera mi vida en todos los sentidos: espiritual, emocional y material. Que este día sea una prueba viva de que, cuando Tú estás presente, todo es posible.
Amado Dios, gracias por tu amor, por tu fidelidad y por bendecirme más de lo que merezco. Sé que en tu compañía, hoy será un día maravilloso de prosperidad, bienestar, felicidad y grandes milagros, Amén.
Gracia y paz a ustedes, de Dios nuestro Padre y en nombre del Señor Jesucristo. Amen. 🙏🏻
Por Ma.Guanajuato González Castañalez











Gracias por compartir la Palabra, me edificó mucho.
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Gracias por tu comentario Paty, Dios te bendiga.
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