Ateísmo y la Biblia

Primera Parte

Ateísmo es la condición de aquellos que no creen en Dios. El ateo no cree en Dios. Siendo vocablo griego, la “a” indica “sin”, “teos” simboliza “dios” y por último “ismo” es análogo de “doctrina”.

El ateísmo es la doctrina que excluye a Dios, al único y verdadero Dios.

Tiene su origen tras la decisión del hombre de romper relaciones con los dioses en la antigua Grecia. Pienso que debieron tener sus razones para tomar esta decisión. Me imagino que esos dioses, al no ser reales, no pudieron cumplir con las expectativas de las personas, y por lo tanto fueron desechados.

Como te darás cuenta, no es algo nuevo, pero hoy, el porcentaje de ateos es mucho mayor. Hay personas que son abiertamente ateas. Mientras que otras, no necesariamente expresan su negación de la existencia de Dios; más bien, demuestran una indiferencia creciente hacia Él.

Es triste que el mundo cada vez tiene un corazón más endurecido hacia lo espiritual y la fe.

En mi opinión, el orgullo es la principal razón. Pensamos que el ser humano es el centro del universo, que puede controlar su propia vida, y que no le debe nada a nadie. Fuimos creados para conocer a Dios y tener una relación con Él.

¡Ese fue el diseño original! Lo vemos en Edén. ¿Quieres saber cuál fue el plan original de Dios para tu vida y la mía? ¡Estudia Edén! Dios estaba en continua comunión con Su Creación, hasta que entró el pecado.

Satanás no quiere que tú y yo tengamos esta relación, que nos llevará a tener una vida victoriosa. Ve lo que hizo con Eva; la llevó a dudar de la veracidad de la Palabra de Dios. ¿Te suena familiar? Él sigue llevando a cabo estas maquinaciones hasta el día de hoy. Leamos el pasaje:

“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.”

Génesis 3:1-5

¿Recuerdas cuál fue el pecado de Satanás, por el cual fue expulsado del paraíso? Querer ser como Dios. Él quiere llevar al hombre a creer que puede ser el “dios” de su propia vida, que puede alcanzar la felicidad a su manera, que puede vivir sin autoridad, que puede hacer y deshacer aquí en la Tierra, sin tener una consecuencia eterna. ¿Te das cuenta cómo Satanás le da “rienda suelta” al orgullo del hombre?

Hay muchas religiones que creen en el único y verdadero Dios, otras que creen en el “poder del universo”, otras creen en algún hombre o mujer que fue “iluminado por seres sobrenaturales”, otras creen en la “Madre Tierra”

En fin, religiones hay muchísimas. La mayoría cree en un ser superior. Pero, esta doctrina, el ateísmo, pone al ser humano por encima de cualquier otra cosa.

¿Cuáles son las características del ateísmo?

  1. El ateo se ama a sí mismo y a su prójimo en vez de a un dios.
  2. El ateo sabe (más bien, cree) que el paraíso es algo por lo cual deberíamos trabajar ahora (aquí en la Tierra) para que todos los hombres juntos lo disfruten.  Esto me hace pensar, que el ateo no cree en la eternidad de su alma. Y si no cree en el cielo, mucho menos en el infierno. Está “de moda” decir que el infierno ya lo estamos viviendo aquí, en la Tierra, con todo el sufrimiento que nos rodea.
  3. El ateo cree que no puede obtener ayuda a través de la oración, sino que debe encontrar en sí mismo la convicción y la fuerza interna para encontrarse con la vida, aferrarla, someterla y disfrutarla.
  4. El ateo cree que sólo en el conocimiento de sí mismo y de su prójimo, puede encontrar el entendimiento que lo ayudará a vivir una vida llena de logros. Por lo tanto, busca conocerse a sí mismo y a su prójimo más que conocer a un dios.

En la segunda parte de este artículo, veremos el paralelismo que existe entre estas características del ateísmo y aquellas que definen la vida cristiana.

Deja un comentario