La importancia de pastorear el corazón de nuestros hijos.

Por Maricarmen Lozada Armesto

CONTENIDO CRISTIANO

El corazón es la posesión más valiosa.

Sobre toda cosa guardada, guarda (cuida) tu corazón; porque de él mana la vida.

Proverbios 4:23

En la Biblia encontramos más de 750 versículos que utilizan la palabra corazón.

El corazón es donde nacen los anhelos, se guardan los secretos, se siente dolor, se trazan planes, se consideran los compromisos, y se desarrolla el carácter. En resumen, el corazón es el centro y el lugar más profundo de una persona.

El corazón es donde luchamos nuestras batallas internas.

Generalmente la religión se enfoca a cambiar comportamiento. Dios se dedica a cambiar corazones.

La tarea fundamental de los padres debería ser el pastorear (cuidar) el corazón de sus hijos.

Y Jehová respondió a Samuel; no mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque Yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.

1 Samuel 16:7

Porque cual es en su pensamiento en su corazón, tal es él.

Proverbios 23:7

El corazón determina la conducta. Por lo tanto, lo que decimos y hacemos expresa la orientación de nuestro corazón.

La mayoría de las veces, los padres estamos más enfocados en corregir conducta, que en ver que está sucediendo en el corazón de nuestros hijos, y que es donde verdaderamente se está generando la conducta.

Las necesidades de nuestros hijos son más profundas que su conducta. La conducta es originada en el corazón; así que la corrección, la disciplina y el entrenamiento debe ser dirigida al corazón.

Tenemos que estar seguros de que estamos supliendo sus necesidades más básicas como: que confiemos en ellos, que se sientan comprendidos y amados, que se sientan seguros, que sientan que su vida tiene significado, que son apreciados y escuchados.

Photo by Vlada Karpovich

Podemos obligar a un niño a cambiar su comportamiento, pero no podemos obligarlo a cambiar su corazón.

Las Escrituras enseñan que el corazón es el centro de control de la vida, por lo que la vida de una persona, es el reflejo de su corazón.

Lo que los niños dicen y hacen, son un reflejo de lo que sucede en su corazón, por lo mismo tenemos que poner atención en este, incluso antes de corregir comportamiento.

Si queremos comprender las luchas internas del niño, necesitamos ver el mundo a través de sus ojos.

Cuando vemos problemas de comportamiento, necesitamos saber que está sucediendo algo más profundo. Apuntemos la disciplina al corazón, porque cuando este cambia, los niños hacen correcciones duraderas en sus vidas.

Para lograrlo, es importante orar al Señor, para que nos ayude a percibir los asuntos del corazón de nuestros hijos.

La Biblia dice que hay dos maneras de descubrir lo que hay en el corazón de nuestros hijos:   Escuchar y ver lo que atesoran.

El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Lucas 6:45

El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Generalmente las personas hablan de lo que hay en su corazón, es por esto que debemos estar listos para saberlo, escuchándolos.

Un padre que escucha a sus hijos con aceptación y confianza; a menudo los ayuda a abrir su corazón de una manera que ningún otro método puede hacerlo.

Una puerta de entrada al corazón de una persona rara vez se abre con un sermón. Escuchar y ver lo que atesoran es una gran herramienta.

El corazón de los hijos es lo que los padres deben nutrir y cuidar, de esta manera, los padres nos convertimos en las manos que Dios usa para moldear el corazón del niño.

SECCIÓN DE NOTICIAS

REFLEXIÓN

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EL PODER CURATIVO DE LAS PALABRAS CARIÑOSAS

El Amor es un lenguaje y se acompaña de muchas palabras y expresiones:

«Te quiero mucho» «cuídate» «te ves muy bien» «avisa cuando llegues» «te extraño» «estaba esperando tu mensaje» «eres muy importante para mí» «me encanta tu actitud» «aprendo mucho de ti» «me gusta pasar tiempo contigo».

Podrían ser solo palabras, pero los afectos expresados en cada una de ellas nutren el alma.

No tengas miedo de las palabras afectivas. Es un mal social de estos tiempos el no querer usar las palabras afectivas por considerarlas ridículas o porque para algunos expresan debilidad.

Pero al contrario, expresan fortaleza, porque

estas palabras nos mantienen sanos y nos

ayudan a esparcir sanidad en los corazones

más lastimados.

Con palabras de Amor y Afecto puedes inyectar fortaleza, motivación, valor, coraje y determinación en las personas.

Por Jonathan Harris De Denver Colorado E.U.A:

¡ Hola Bienvenido !

Maricarmen Lozada Armesto

Te invito a leer otro artículo mío con el titulo:

RESILIENCIA

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