PODA DEL CORAZÓN

Por Judith Tapia Cerezo

CONTENIDO CRISTIANO

Vino el mozo de mi papá a ayudarme con el jardín, tengo un árbol de Noche Buena, que cada diciembre florecía, esta vez, que cortó el árbol, al otro año ya no floreció, en ese momento pensé en las raíces de los árboles que brotan y rompen el suelo, me hizo recordar lo que me pasó en el artículo donde escribí sobre los resentimientos; de esas raíces de amargura; eso fue lo que a mí me pasó, guardar tantos años ese dolor.

Llegó un momento en que esa raíz no se pudo ocultar, y al salir a la luz, Dios lo usó para transformarme y darme cuenta, que necesitaba atender un dolor que antes no me ocupaba, al atenderlo, pude entregárselo a Dios y pude ver esa raíz seca. Recordé cuando Jesús llegó a podar mi árbol, y de arriba no se veía hermoso, pero Él estaba adornando mi corazón.

Tuve problemas de salud como el cáncer, la diabetes y el sobrepeso. Hubo un tiempo en el que estuve tomando pastillas para acelerar el proceso, para bajar de peso, sin embargo, me hacían daño para mi tiroides y las dejé de tomar de golpe.

Fue un error, ya que subí mucho de peso, me di cuenta que perdí ese adorno, pero en realidad, el cuerpo es para servir a los demás, para propósitos para llevar sus buenas nuevas, para dar generosidad. Al perder el diseño de Dios, pierde su funcionalidad; todo cuesta más trabajo, no se veía tan agradable ni a mis ojos, ni a los ojos de los demás.

Esto me hizo poner mis ojos en mi Yo profundo y en Dios; así que pensé, que muchas veces perdemos del piso para arriba una belleza externa, muchas veces todo eso nos hace meditar en que esa raíz de vanidad, en poner tu seguridad en lo superficial, se necesita llegar a secar, eso fue lo que aprendí este año, al tener esta experiencia con el árbol de mi jardín.

Espero que este año, cuando recuerden lo bueno y lo malo, piensen que Dios siempre lo hará para el bienestar de nuestras vidas, y sobre todo desde el corazón

Bendiciones y que tengan un año lleno de transformación.

Lleno de fe y confianza en Ti, saldré a vivir este día con amor y alegría. Daré lo mejor de mí a cada momento y serán cada una de mis acciones como semillas que germinarán y habrán de dar un hermoso y bendecido fruto.

Permíteme ser un instrumento de tu obra, llena mi mente de entendimiento y mi corazón de bondad para poder ser útil a los demás.

Y si en medio de mi jornada existiese algún problema por favor dame la fortaleza para seguir adelante aun en medio de las dificultades y ayúdame a recordar que las grandes bendiciones se esconden atrás de las grandes pruebas; porque es tu grandeza la que me sostiene y es tu amor infinito mi mayor inspiración para salir adelante.

Amado Dios, por favor permite que en este nuevo día todo me salga bien y que por donde vaya encuentre dicha, bendiciones y prosperidad, porque Tú Señor siempre estás conmigo y donde Tú estás nunca falta absolutamente nada, en nombre de Jesús, Amén.
Por Ma. Guanajuato Gonzáles