
¿Cuántas veces hemos escuchado? “Déjate guiar por tu corazón, el corazón no se equivoca”
Dios dice en Su Palabra que es engañoso.
El corazón humano, es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe que tan malo es?
Jeremías 17:9 NTV
Y porque es así, tenemos que cuidarlo, incluso, dice que tenemos que creer y amar a Dios con todo nuestro corazón.
Sobre todas las cosas, cuida tu corazón, porque, este determina el rumbo de tu vida.
Proverbios 4:23 NTV
El corazón es la fuente de la vida, es el centro de nuestro ser; es el órgano que determina todo lo que somos y cómo nos comportamos.
El corazón es como el centro de control. La Palabra de Dios habla mucho de él.
El corazón puede ser influenciado por el alma o por el espíritu.
Si es gobernado por el espíritu, será gobernado por la ley del amor, de la justicia, de la misericordia; por la voluntad y el propósito de Dios.
Si es gobernado por el alma, puede ser gobernado por pensamientos negativos, malos pensamientos; emociones como el odio, el rencor el resentimiento.
Por eso, dice la Biblia que debemos cuidarlo.
¿Quién está influenciando tu corazón? ¿El espíritu o el alma?
Jesús habló de los de limpio corazón.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Mateo 5:8
En el agua se refleja el rostro y en el corazón la persona.
Proverbios 27:19 NVI
Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él.
Proverbios 23:7
¿De qué está lleno mi corazón? ¿De lo que yo quiero, o de lo que Dios quiere?
Dios hace el proceso de limpiar, pero nos toca a nosotras tomar la decisión de entregarle esas áreas que tiene que limpiar en nuestro corazón.
Por ejemplo, la gente hace cosas que te irritan (alarma interior) echamos la culpa al otro. Trasladamos la culpa: Es que me enojo porque…me hizo
Si miras en tu interior, verás que no es el hecho de lo que hace el otro, sino que hay sentimientos de víctima en ti (emociones sin control).
Frases que a menudo decimos como, ¡no tienen consideración! ¡no me ayudan, yo sola hago todo!
Sabes, este es el resultado de un corazón mal gobernado por el alma.
Hay muchas situaciones complicadas que actualmente estamos viviendo, Dios las va a usar y va a sacar lo que a veces queremos esconder.
Necesitamos reconocer y entregarle eso a Dios, y confesar que no somos pacientes, que nos falta tolerancia a los errores de los demás, que no somos empáticas.
Cuando nosotras lo exponemos a Dios, Su gracia lo transforma.
Que cualquiera que sea la situación que estemos viviendo, podamos aprovecharla y sacar cosas buenas.
Quizá, Dios nos está mostrando esas áreas que Él tiene que limpiar, a través de lo que otros hacen.
¿Qué cargas en el corazón?
- Enojo
- Frustración
- Victimismo: “¡es la carga que Dios me dio!”
6Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. 7Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón
1 Samuel 16:6-7
El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón.
Jesús mismo dijo:
De la abundancia del corazón, habla la boca.
Mateo 12:34 RV
Necesitamos aprender a reconocer, que no es lo que el otro hace o deja de hacer, lo que nos provoca ira, sino que es lo que hay en nuestro corazón.
Este inicio de año es un buen tiempo de reflexionar y de llevarle estas cosas al Señor, pedirle que Él limpie nuestro corazón, que quite de allí lo que no es agradable para Él y nos está haciendo daño a nosotras.
Dejemos el orgullo y dejemos de echar la culpa a los demás. Reconozcamos y entreguemos al Señor todo eso que guardamos en el corazón y que ha estado influenciando nuestras palabras, y por consiguiente nuestro comportamiento.
Expongamos esas situaciones y dejemos que la gracia de Dios las limpie.


A veces estamos disfrutando de algo bello, pero sin darnos cuenta aparece en el corazón un temor difuso que empaña la alegría. ¿Temor a perder lo que tenemos? ¿Temor de arruinarlo todo? ¿Temor a que algo se acabe? ¿0 será simplemente que experimentamos el sabor amargo de nuestros límites, el recuerdo escondido de que todo se termina, de que va llegando el desgaste, la vejez, la enfermedad?
Sólo el Espíritu Santo tiene poder para liberarnos de la oscuridad que se encuentra en el alma.
Nos dejan libres para disfrutar de la existencia, para amar con alegría, para trabajar con entusiasmo.
Hay una tristeza sutil que es contraria al Espíritu Santo. Por eso dice la carta a los Efesios:
«No entristezcan al Espíritu Santo»(Efesios 4,30).
La tristeza aleja al Espíritu Santo. De manera que cuando nos encerramos en nuestras maquinaciones mentales, y fomentamos los recuerdos negativos, cuando rumiamos las faltas de amor de los demás, o lo que la vida no nos está dando, entonces comenzamos a ocupar con todo eso el espacio que debería llenar el Espíritu Santo. De ese modo lo vamos expulsando de nuestra vida.
Créditos al Autor
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MariCarmen Lozada A.
Te invito a leer otro artículo mío.






Si del♡ emana la vida☆:)
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