A veces hay amores que son de paso.

Gracias a cada uno de ustedes por escribirme a mi correo miguel.perez@grupopozzeidon.com.mx es muy gratificante saber que es de su agrado total esta sección hecha con amor, pensando en ustedes y con una reflexión que puedan aplicar en su vida cotidiana.

“A veces hay amores que son de paso, no son eternos ni lo pretenden, y aunque duela su despedida no podemos culpar su andar, pues cumplen su propósito de amarnos y amar mejor”

Escuché esta frase en un video y atrajo poderosamente mi atención, ¿Cuántas veces, estimado lector, nos aferramos tanto a una persona, a un objeto, a una acción que no queremos soltarla, que, aunque sabemos que no nos hace bien seguimos enganchados y necios a tenerlo con nosotros, pase lo que pase, cueste lo que cueste y duela lo que duela?

Contaré en son de metáfora una historia, que sonará genérica con la misión que se identifiquen y reflexionemos juntos.

Había una vez un hombre que conoció por azares del destino a una misteriosa chica, la cuál y al principio mostraba mucho interés en aquel caballero. El tiempo que estuvieron realmente juntos fue efímero pero muy intenso, al grado que en un poco tiempo decidieron vivir juntos.

Como empezó todo, finalizó, ella decía no estar preparada para tremendo paquete y empezó a alejarse de forma radical, al o que el hombre decidió no darle más juego a la situación, dado que esta frialdad que ella emitía, le calaba hasta los huesos, por lo que terminó la relación. Ella por el impulso de la situación soltó por igual la relación.

Pasó un tiempo y ella lo buscó, mostrándose interesada de nuevo, como avanzaba la situación paulatinamente volvía a ser fría y se alejaba, él decía dejarla y terminaba la relación, comenzando así con un bucle que no tenía fin.

El hombre no entendía lo que sucedía, porque ella regresaba y regresaba y al final hacía que él se alejara hasta que observó lo siguiente:

“Ella quería su atención, pero no sabía como valorarla, por lo cuál al tenerla por completo, se alejaba y lo alejaba”

Esta situación ocurre muy a menudo con varias parejas y aquí observó dos sucesos dignos de nombrar

1)Ella sabía lo que quería, pero no sabía qué hacer con ello

2)Él la quería a ella, pero no toleraba la frialdad de ella, por eso decidía terminarla 

Aceptar a la otra persona es crucial, con sus defectos y virtudes, pero también el hecho de aceptar no implica hacerse daño, no implica aceptar cosas que no estás dispuesto a tolerar.

Esto fue lo que el hombre al fin del día entendió, agradeció a la mujer notar eso y siguió su camino, este amor le enseñó a poner límites y no aceptar cosas que duelen por más que quiera a la otra persona y se prometió a si mismo nunca más repetir menudo error.

“A veces hay amores que son de paso, no son eternos ni lo pretenden, y aunque duela su despedida no podemos culpar su andar, pues cumplen su propósito de amarnos y amar mejor”

Muchas gracias por leer “Mi Neta”, te espero la próxima semana para “Netear” más

Puedes encontrarme en todas las redes sociales como @mikeperezochoa , estoy cocinando nuevos proyectos los cuales compartiré con cada uno de ustedes 

Y la Neta nos leemos a la próxima