Cuando recién llegué a Cristo, no entendía cómo era que había gente que decía que Dios le hablaba, era completamente extraño para mí.
No imaginaba que Dios hablara, y si lo hacía,
¿cómo podría yo escucharlo?
Recientemente, tuve la oportunidad de sentarme a meditar, en cómo poder apoyar a mis seres queridos,a conocer a nuestro Padre Celestial, y, con su ayuda, logramos ponerlo en algunos sencillos pasos, que quiero compartir contigo.
1. Alaba a Dios. Es importante empezar el día alabando a Dios, no porque Él lo necesite, pero, en lo personal, he descubierto, que la alabanza lo cambia todo. No necesitamos ser prodigios musicales para cantarle a nuestro amado, sólo un corazón que le ame. Esto, es suficiente, un corazón que esté dispuesto a ser corregido cuando sea necesario, un corazón conforme al suyo, dócil y amoroso. Y la alabanza, tiene el poder de hacer que nuestro corazón cambie, que la tristeza se vaya y el gozo nos inunde, haciendo que, nos sea más sencillo a nosotros, conectarnos con Él.
2. Lee o escucha un devocional. Existen muchas maneras de hacerlo, hay libros e incluso puedes acceder a los que se encuentran en línea, tú decides cuál te conviene más. Las recomendaciones que podría hacerte, primeramente, es, que le preguntes al Espíritu Santo, qué predicador seguir, no está por demás decirte, que no todos los que dicen conocer al Señor, realmente lo conocen, tal y como lo dice Mateo 7:22-23
“22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (RVR60).
En segundo, creo que es importante, que contenga preguntas, esto nos ayuda a meditar en la enseñanza.
Y, por último, es importante que contenga versículos bíblicos, y, si es posible, en diferentes versiones, así podremos comprenderlos mejor y comenzar a memorizarlos.
3. Oración. Esto significa, platicar con Dios, esto,incluye contarle nuestras penas, tristezas y preocupaciones, pero, también nuestros sueños y anhelos.
No olvides agradecerle lo que está haciendo en tu vida, no minimices nada, por más pequeño que pueda parecer, es importante que entiendas, que todo comienza con una pequeña semilla.
Haz de este paso un hábito, es decir, ora al despertarte, al desayunar, al ir hacia tu trabajo, en tu trabajo, en tu casa, en tu oficina, en la cena; simplemente ora, ora, ora, todo el tiempo. Recuerda; Dios conoce nuestros pensamientos, así que, aun haciéndolo en tu mente, Dios te escuchará.
4. Calla y escucha. Date tiempo de escuchar a Dios, el hecho de que, en el punto anterior, te haya dicho que ores sin cesar, no significa que no te des tiempo de escuchar el susurro del Espíritu Santo. Nos encanta hablar, pero no escuchar, así que, toma tiempos para preguntarle cosas y esperar sus respuestas.
5. Lee la Biblia. Empieza por los Evangelios, no es que el Antiguo Testamento no sea importante, porque vaya que lo es, pero si estás comenzando, necesitas conocer a Jesús, y lo que hizo por ti al morir en la cruz.
No necesitas leer todo un libro o incluso un capitulo en un día, cuando decimos, “lee la Palabra para que conozcas a Jesús”, es hacerlo de una manera que te permita, a tu propio ritmo, entender su mensaje para tu vida.
Es más, la calidad, que la cantidad, aunque eventualmente, si es recomendable leerla de tapa a tapa.
6. La presencia de Dios. Este es un ejercicio que yo practico constantemente, y es, procurar hacerme consciente de la presencia de Dios en todos los aspectos de mi vida, en todo momento.
Sólo consiste en estar atento a su presencia, a veces no siento la manifestación de su presencia, pero ahí es donde entra la fe, creer que está conmigo en todo momento. Con el tiempo, podrás desarrollar una manera de sentirte conectado a Él en los momentos difíciles.
En mi caso, es poner mis manos en mi pecho y escuchar el silbo apacible.
Deuteronomio 31:6 “Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides”. (RVR60).
Por último, quiero darte algunas recomendaciones generales; practica estos pasos todos los días, preferentemente a la misma hora, y de ser posible por la mañana.
De esta manera, empezaras tu día, lleno de la presencia de Dios, aunque, si por alguna cuestión, no pudiste hacerlo de esta manera, no te preocupes, y mucho menos creas que Dios te amará menos, hazlo cuando el tiempo te lo permita.
Otra manera, es escuchar todo el tiempo posible,alabanza y mantener a Dios siendo parte de tu vida, mientras tomas tus alimentos, pídele que te acompañe, pídele su opinión acerca de algún asunto en casa o en la oficina, podrías sorprenderte.
Incluso, estos sencillos pasos, podrías realizarlos al transcurrir tu día, no todos los tienes que cumplir en un momento determinado, los puedes ir acomodando conforme a tus necesidades.
Al levantarte alaba, mientras manejas a tu trabajo escucha un devocional y ora. Escucha a Dios y lee la Biblia en tus descansos, practica su presencia todo el tiempo.


Amado Dios
Hoy me levanto, tengo salud, tengo vida, tengo miles de bendiciones y miles de razones para darte gracias. Te agradezco por el descanso que me has otorgado y por permitirme ver la luz de un nuevo amanecer. Te doy gracias de corazón por la comida que pones en mi mesa, por el techo que me protege y por cada una de las personas que amo.
Padre celestial, inicio esta oración pidiéndote que hoy camines a mi vera y alejes de mi todo mal y peligro. Por favor guía mi andar y haz que en el camino que recorra no dé un solo paso en falso. Tú serás la verdad que me oriente a lo largo de estas horas y la energía y fuerza que necesito para afrontar cada reto.
Por favor dame valor, paz, sabiduría y hazme un instrumento de tu obra. Permíteme ser comprensivo, paciente y bueno; toma mi mano y guíame por la senda que me lleva a alcanzar mis sueños y concédeme la dicha de vivir una vida plena, prospera y abundante.
Padre, en este miércoles ayúdame a obrar con buenas intenciones, otórgame la gracia de ser justo y haz que los que se acerquen a mí sientan tu presencia. Vísteme de tu bondad y permite que durante este día yo refleje tu amor inmenso y misericordioso.
Te pido también por todos aquellos que inician este miércoles con dificultades o preocupaciones, especialmente por todos mis familiares y seres queridos. Señor, te suplico que derrames una lluvia de bendiciones sobre el mundo que tanto necesita de Ti y que cada vez más personas puedan sonreír.
Inicio mi día con la certeza de que mi oración ha sido escuchada y que quien a Ti se acerca con humildad y esperanza recibe respuesta a sus suplicas. A tu santo nombre encomiendo cada una de mis acciones y sé que con tu amorosa protección no tendré nada que temer,
La Gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espiritu Santo sean contigo. Amén.
Por Ma. Guanajuato González.








Amén
Me gustaLe gusta a 1 persona
🙏🌸🙏
Me gustaMe gusta