Hola ¿qué tal? Yo soy “Mike” Miguel Pérez Ochoa y les doy la bienvenida a “Mi Neta”.

En esta ocasión quiero compartirles una carta titulada

“Carta a aquella persona que dejé ir”.

Una carta escrita a corazón abierto y que expresa ese sentimiento que guardo para una persona especial.

Carta a aquella persona que dejé ir

Hola, ¿cómo estás? Espero que todo siga caminando como debe de, que hayas concretado aquel trabajo que me platicaste, que hayas cerrado ese contrato por comisión que te prometieron, que hayan llegado más pacientes y consultas, que sigas con ese rush de emoción y empuje que tuviste al tomar el curso que con tanto anhelo y gozo tomaste, que te haya impulsado a seguir con tu pasión y sueños. 

Espero que sigas tomando tus terapias, que tanto te ayudaron y te sirvieron para caminar hacia adelante en tus objetivos, que hayas ido a aquella consulta que determinaría si te operaban o no y ojalá el diagnóstico sea favorable y lo menos invasivo posible. 

Espero que el departamento al cuál querías cambiarte sea ya una realidad y hayas dejado aquel ruidoso, caluroso y asoleado espacio, al cuál ya no querías y hasta sentías cosas en él. 

Yo gracias a Dios estoy muy bien, he concretado varios clientes, ya estoy dando clases de locución y conducción, retomé el gimnasio y me dedico tiempo para mí, para soñar y pensar en nuevos horizontes y proyectos.

En el trabajo estoy estable, sigo proponiendo y construyendo nuevos espacios multimedia para generar algo diferente en la audiencia y renovando ideas.

Mi familia esta muy bien, mis papás trabajando, bien de salud y llevándose bien como siempre. Petunia como siempre fresca, exigiendo que le dé de comer lo que yo como y durmiendo en mi cama…

Siendo brutalmente honesto vivo bien, vivo tranquilo y con problemas mínimos y con solución, vivo momentos felices en los cuales, en ocasiones, me hubiera gustado compartir contigo, me encantaría que disfrutaras esa felicidad, esa sencilla felicidad que las cosas pequeñas de la vida nos dan, como el hecho de comer un pan diferente en una cafetería diferente, como el re enamorarte de un café capuchino o el probar por primera vez un postre nuevo.

Ese sentimiento, bonito y en ocasiones efímero, que nos hacen querer seguir probando más y caminando día a día, descubriendo cosas como niños.

En esos momentos te extraño, a veces más y a veces menos, a veces pienso superficialmente “¿por qué dos personas que en realidad se amaban tenían que distanciarse?”. 

Son pensamientos, que en ocasiones rondan mi cabeza como fantasmas en una gran casa antigua, que aparecen de vez en vez a los inquilinos de la misma, ya sea para asustarlos o confortarlos.

Aparecen para recordares que no están solos y que tienen a alguien que les hace compañía. Pero hay que recordar que todos los fantasmas, por muy tiernos o tétricos tienen historia. 

Una historia que los llevó, al final de sus días, a vagar por un lapso de tiempo, sea corto o por toda la eternidad, en estas casas antiguas, evocando al recuerdo y clamando por ser vistos y escuchados.

Tal vez estos fantasmas tomaron malas decisiones o ejecutaron de mal forma ciertas acciones que los confinó a ese destino. Tal vez el fantasma por querer hacer bien, no se fijó en ciertos detalles, que dicho sea de paso en los detalles esta el diablo. 

Esos detalles que nos hacen recordar porque tomamos esa decisión y dejamos que nos convirtamos en fantasmas y en un recuerdo feo, o en este caso, un dulce recuerdo, el cuál llevo en mi corazón y atesoro los momentos más lindos y bellos que puedo llevar o tener, debido a que los malos, los purgué y perdoné, porque no me hace bien cargarlos y llevarlos a cuesta, dado a que tal vez muchos de ellos también tuve parte de culpa y en otros, simplemente fui el catalizador para que salieran a flote.

Espero te encuentres bien, espero que todo salga de maravilla y que en tu memoria viva un fantasma que te amó e hizo todo lo posible para que las cosas salieran lo mejor a su alcance y en sus manos posible.

Gracias por estar y sentirte en ocasiones, gracias por esa bella sonrisa y mirada que espero aún conserves, gracias por el amor que le das al mundo y a tu entorno, gracias por buscar ese cambio que necesitamos como sociedad

Te dejé ir porque siento que la relación estaba trabada, te dejé ir por que sentí que no podía hacer algo más, algo diferente, te dejé ir porque el ruido que había en mi cabeza me superaba, te deje ir porque me lastimaba todo ello y me lastimaba no poder ser más para ti.

Te amo y extraño a distancia

Miguel.

P.D. Yo se a quién escribo, mientra ustedes en quien piensan.