Bástate de Mi Gracia

En segunda de Corintios, capítulo nueve, el apóstol Pablo, nos habla acerca de un aguijón en la carne. No se sabe con exactitud, a qué, se refería Pablo. Cuando habla de esto, algunos creen, que pudo haber sido una enfermedad o algún tipo de persecución, entre otras teorías. Sin embargo, es una de esas preguntas, sin contestación, a menos, por ahora.

Yo, en lo personal, creo que Pablo, pudo haberse referido a cosas tan simples como a los procesos y/o dificultades que enfrentamos todos los días; desde una enfermedad física, hasta una mental, como la ansiedad, la depresión o el desánimo, o a la falta de trabajo, incluso, de propósito.

Yo, no te puedo decir, cuál fue el aguijón de Pablo, pero, te puedo asegurar, que, todos tenemos uno o varios de ellos en nuestras vidas.

Lo importante, no es cuántos tenemos, sino, cuáles son, que identifiquemos esos aguijones en la carne, que nos hacen sentirnos débiles y poco aptos, para las obras de Dios.

A veces, no es sencillo identificarlos, ya que, muchas veces, se esconden detrás de la espiritualidad, detrás de capas y capas de buenas intenciones, pero, si te acercas a la fuente, a Dios, y pasas tiempo en su presencia, podrás encontrarlos.

En mi experiencia, no hay mejor psicólogo que Dios, Él, conoce toda tu vida,y te puede ayudar a entender tus procesos, tus miedos, y carencias más profundas.

Pablo, dijo: 

“⁷Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; ⁸respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. ⁹Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.”  

2 Crintios 9:7-9 RVR 1960

Hemos identificado, que el aguijón en la carne, puede tener diversas connotaciones, y que, básicamente, son las luchas a las que nos enfrentamos todos los días.

Ahora bien, ¿qué debo hacer?

Pablo, nos dice, que él, pidió al Señor, se lo quitase; y creo, que ese, es el error, que cometemos la mayoría de nosotros. Le pedimos a Dios, que nos saque del proceso o de la prueba, porque, es muy doloroso. 

Sin embargo, olvidamos que es ahí, en el fuego, donde somos pulidos, y que, es a través, de soportar las pruebas que se producen en nosotros, los frutos, del Espíritu Santo, o como, dijo Santiago: 

“²Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, ³sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.” 

Santiago 1:2-3 RVR 1960

Entonces, ¿qué debemos hacer?

Dios, le dijo a Pablo: “bástate de mi gracia”, es decir, gózate en mi presencia, gózate en mi amor, confía,que, aunque no veas nada; Yo, estoy haciendo la obra en ti.

Es difícil, estando en el fuego; en medio del dolor, poder confiar y creer que Dios, aun, tiene un propósito para nosotros y nuestras familias.

Pero, es justo aquí,cuando Él, nos enseña a confiar. Cuando, ya no tienes nada que perder, puedes entender a lo que Job, se refería, cuando dijo:

 “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven” 

Job 42:5 RVR 1960

Pablo, también nos enseña, que el poder de Dios, se perfecciona, en nuestra debilidad. Porque, es justo,cuando somos débiles, que permitimos, que el Señor,haga su obra.

Es aquí, donde se produce en nosotros,el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre y la templanza. (Gálatas 5:22-23, RVR60)

Es donde, podemos descansar en el amor de Dios, entendemos, que Su gozo, nos fortalece, disfrutamos de la paz, que sobrepasa todo entendimiento.

Desarrollamos paciencia, en las promesas demoradas.

La benignidad, que nos hace ser empáticos con el dolor ajeno; y la bondad, que crece en nuestro corazón, para ayudar a aquellos, que pasan dificultades.

La fe, que crece en esperanza contra esperanza, la humildad, que desarrollamos, para ser mansos; y la templanza, que nos permite mantenernos fieles a la Palabra de Dios, y las promesas hechas a nuestras vidas.

“Bástate de mi gracia”, no es sólo una frase famosa y rebuscada, es un modo de vida, que nos permite,caminar en el amor y el favor de Dios; que nos permite, descansar en su providencia.

Es entender,que el Todopoderoso, vela por mí, todo el tiempo; y que me sostiene, en el hueco de su mano.