Mi Regalo, Perdonar

Siempre quise saber lo que había detrás de  la famosa frase de Facundo Cabral 

«No soy de aquí ni soy de allá…», 

y cuando lo supe, amé esta historia que ahora les cuento y que tanto tiene qué ver con un  sentimiento tan noble como el amor: 

El perdón.

El padre de Facundo Cabral se fue de casa antes  de que este naciera. Luego Sara, la madre de  Cabral, fue echada junto a sus pequeños hijos,  y Facundo no tuvo un techo donde nacer, de ahí  lo de “No soy de aquí ni soy de allá”. 

Nació en una de las calles de La Plata, como  presagio de lo que más adelante la vida le  depararía: sinsabores, lucha y mucho aprendizaje,  como preparando al gran apóstol musical para  un camino que ni su absurda muerte detendría.

Una noche, tras terminar un concierto, Facundo  con 46 años encima, se llevó una gran sorpresa,  en el pasillo lo esperaba su padre. “Lo reconocí  porque era igual a la foto que mi madre siempre  había guardado, pero con el pelo cano. 

Lo reconocí en el acto porque siempre vi esa foto”, contaba Cabral. “Mi padre era muy apuesto. 

Todo lo contrario a mí, era muy elegante.  Estaba allí y me quedé congelado”.

Este era el primer encuentro con su padre, ¿se imaginan la tormenta de emociones,  pensamientos y nervios que azotaban dentro de  aquel hombre que paseaba su música por el  mundo pregonando la paz, el perdón y el amor? 

¿Qué hacer?

Un día Cabral dijo sobre su padre:

 “Mi padre agotó el odio que había acumulado en  mí, lo odié profundamente, había dejado sola a  mi madre con siete hijos.  Murieron cuatro de hambre y frío.  Tres sobrevivimos de milagro”. 

Y ahora estaba frente a él, con todo el derecho de  decirle lo que su corazón guardaba. 

En ese momento, el recuerdo de las palabras  de su madre retumbaron en su cabeza:

“Tú que caminás tanto, algún día te vas a  encontrar con tu padre. 

¡No cometas el error de juzgarlo! 

Recuerda el mandamiento:  honrarás al padre y a la madre.  Segundo, ese hombre que vas a tener enfrente  es el hombre que más amó, más ama y más  ha amado tu madre. 

Tercero, lo que corresponde es que le des un  abrazo y las gracias porque por él estás  gozando las maravillas de Dios en el mundo.”

El desenlace de este encuentro lo cuenta el  mismo Facundo: 

“Por eso cuando vi a mi padre nos acercamos,  nos abrazamos y fuimos grandes amigos hasta  el final de sus días. Aquella vez me liberé, dije:

 ‘Mi Dios, qué maravilloso es vivir sin odio’.  Me costó años perdonar y pude hacerlo en un  segundo.  Y me sentí tan bien”.

Algunas útiles autocríticas…

1. Haz una lista de todos tus obstáculos y llámalos desafíos. 

2. Acepta que los otros sean tal como son y renuncia a querer cambiarlos. Dales lo que deseas darles sin exigir resultados.

3. Si crecemos a causa de obedecer órdenes, nunca llegamos a ser lo que somos. 

4. Todo comienzo es confuso y amenazador. Si sientes que no puedes hacer nada, deja que eso se haga por sí solo. A la larga, todo es para bien. 

5. Si quieres ser libre, no te apropies de nada ni de nadie. Lo que guardas, se pudre. Lo que das, florece.

6. No eres capaz de apreciar la belleza ajena porque no eres consciente de la tuya.

7. El sufrimiento reposa sobre estas cuatro palabras : yo, posesión, odio y miedo.

La realidad se resume en dos palabras : PERMANENTE IMPERMANENCIA.

Un buen consejo : ¡Receptivo hacia el cielo, activo hacia la tierra!

Por Alejandro Jodorowsky

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