La ansiedad es muy real. Es ese susurro inquieto que nos dice que algo podría salir mal, que tal vez no tengamos suficiente, que quizás estamos solos en esta lucha.
Yo sé lo que es sentir esa presión sobre tu pecho, en el corazón, esa inquietud que parece invadirlo todo. Pero quiero decirte algo desde lo profundo de mi corazón: no estás solo, y no estás sin ayuda.

La ansiedad es una estrategia sutil del enemigo para robarnos lo que Dios ya nos ha dado: su paz, su verdad y su amor.
Si le damos lugar, empieza a alejarnos de lo que Dios dice sobre nosotros.
Empieza a susurrar mentiras donde Dios ya ha declarado verdad sobre tu vida.
¿Cómo podemos enfrentarlo?
¿Cómo podemos romper con esa cadena que quiere atraparnos?
1. Reprende la ansiedad con la Palabra de Dios
La ansiedad no es simplemente un sentimiento; es una batalla espiritual.
Y nuestras armas no son humanas; son poderosas en Dios.
Su Palabra es viva, eficaz y poderosa (Hebreos 4:12).
Cuando la ansiedad golpee, no te quedes en silencio. Habla la Palabra de Dios.
Declara en voz alta sus promesas.
Recuerda que Jesús mismo combatió las mentiras del enemigo citando la Escritura.
«No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender.» (Filipenses 4:6-7, NTV)
La Palabra no solo calma la tormenta exterior; calma la tormenta dentro de ti.
2. Ancla tu alma en la verdad inamovible
Nuestros ojos a veces nos engañan. Vemos problemas, vemos imposibles, vemos puertas cerradas. Pero no vivimos por vista, vivimos por fe (2 Corintios 5:7).
Aunque todo alrededor parezca moverse, la Palabra de Dios es nuestra tierra firme.
Es nuestro refugio seguro, nuestra ancla en medio de la tempestad.
El Señor mismo va delante de ti y estará contigo; no te fallará ni te abandonará. No tengas miedo ni te desanimes.
Deuteronomio 31:8, NTV
Él ya está contigo. Él no te va a dejar.
Nada de lo que sientas cambia lo que Dios ya ha dicho sobre ti. Su Palabra es absoluta.
3. Guarda tu corazón, porque es tu fuente de vida
La ansiedad quiere contaminar el corazón. Pero Dios nos llama a vigilarlo cuidadosamente.
Sobre todas las cosas, cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida.
Proverbios 4:23, NTV
Cuando la ansiedad quiera entrar, levanta una muralla de fe. Llena tu mente con sus promesas.
Rodéate de alabanzas, de oración, de su presencia viva. No permitas que lo temporal destruya lo eterno que Dios está formando en ti.
4. Recuerda: ya eres amado
No tienes que ganar el amor de Dios.
No tienes que ser perfecto para ser abrazado por Él.
¡Ya eres suyo!
Y eso nada ni nadie lo puede cambiar.
Estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana podrán separarnos del amor de Dios.
Romanos 8:38, NTV
Descansa en ese amor.
Refúgiate en esa verdad.
El amor de Dios no depende de cómo te sientas hoy.
Depende de su fidelidad, que jamás falla.
Una Oración para Hoy
Señor, hoy vengo delante de Ti con todo lo que soy. Tú ves mi corazón, mis miedos y mis cargas. Hoy elijo creerte más a Ti que a mi ansiedad. Hoy me anclo a tu Palabra, me aferro a tus promesas y me refugio en tu amor perfecto. Gracias porque tu paz guarda mi mente y corazón. Amén.


AMADO DIOS
Hoy me acerco hasta Ti para elevar una oración de gratitud y de fe. Quiero darte las gracias por este nuevo día, por permitirme abrir mis ojos a tu hermosa creación y porque siempre puedo sentir que eres Tú quien toma mi mano para guiar mis pasos por senderos de amor, de bendición, de dicha y de prosperidad.
Padre eterno, comienzo este día de rodillas ante Ti, porque sé que solo Tú me darás la fuerza que necesito para mantenerme de pie ante cualquier circunstancia que se pueda presentar. Qué hermoso es poder despertar cada mañana y sentirse lleno de tus cuidados y de tus bendiciones.
Señor, confío en Ti y en tus promesas y por eso te entrego mi vida y la vida de mi familia. Por favor envuelve a mi hogar con tu amor y permítenos vivir en paz y en armonía. Tus planes son perfectos y los aceptamos, gracias por amarnos y por cuidar siempre de nosotros.
Permite también amado Dios, que el bello sol que ilumina este día sea iluminando mi senda y que su luz despeje cualquier tristeza y preocupación de mi vida. Señor, te suplico que me des voluntad para cumplir con mis obligaciones diarias, sabiduría para poder tomar siempre las mejores decisiones, confianza para alcanzar mis metas y un corazón noble que pueda amar a los demás.
Tú eres mi roca y mi refugio seguro y si Tú estás junto a mí de nada habré de temer. Hoy saldré a vivir este día y con muchísimo amor y alegría plantaré las semillas de la que pronto será mi gran cosecha, porque aquellos que siembran con amor siempre van a recoger los frutos de lo sembrado.
Amado Dios, es en Ti donde están mi vida y mis más grandes anhelos. Que todo lo que suceda hoy, suceda bajo tu voluntad y tu tiempo perfecto.
En el nombre de Jeús. Amén.
Por Ma. Guanajutao González Castañales











Excelente 💯
Me gustaLe gusta a 1 persona